Que los medios mercenarios abran su micro a la confrontación de ideas para espantar al bicho del abstencionismo.
Hace poco, no me sorprendió, el dramático cambio encarnado por la luchadora social Rosalía Peredo Aguilar, sentada a la mesa de aquellos a los que en su momento tuvo en la mira. O sea, disfrutando de las mismas viandas que Luis H. Álvarez (que la malquiere) y Santiago Creel, con quien la hizo de una rota para un descosido.
Ya se veía venir la moda de los partidos en tanto franquicias. Usados como mero trámite, sin más cimiento ideológico que el servir de bastón a los personajes de siempre para asirse del presupuesto, hoy panistas, ayer opositores y seguramente mañana tricolores.
Por eso la propuesta perredista planteada este lunes: debatir ideas, me parece extra urgente para que los medios con apariencia de izquierdones dejen de ser unos mercenarios y aquellos de origen muy conservador, dejen de confundirnos con un manejo enteramente maquiavélico de la información política.
¿Qué pasa con la esencia de los partidos?
Pues, este avance en la democracia nos hizo unos primeros actores en cuestiones políticas. Y los priístas encarnan de maravilla el papel de panistas. Y los panistas la hacen de panistas disfrazados, o sea, qué complejo, ¿no? (como la seño que acude al café disfrazada de alcohólica camuflada porque busca otra cosa y no solo la cafeína del express cortado).
Es sano recuperar los principios. Más hablar con la verdad. El permanente estado de engaño en el que vivimos luego nos hace reconocer logros inverosímiles: “que los candidatos del PAN perdieron credibilidad”, ¡no me digas!, ¿de veras?, ¿se puede perder algo que nunca se tuvo?
Que los micrófonos mercenarios y maquiavelos… ahí perdón, los micrófonos privados y públicos se activen para que a muchos llegue la verdadera confrontación de ideas, así sea como dice el abanderado albiazul del segundo distrito, para expresar, “bendita ignorancia”.
Que con muchos watts se escuche el suplicio de tabasqueños a la voz de “Jilojtla” en lugar de Xiloxoxtla y los clascalas en lugar de Tlaxcalas. Pues si para eso es el micrófono, como decía Salvador Novo, “frío e impasible”, capaz de encuerar las más ocultas pasiones en tu interior.
Pero al defender ideas, entonces afloran los demonios menos imaginados. Y al panista le sale lo comunista y al priísta lo honesto y al perredista lo ordenado.
De eso se trata.
Quién quita y así espantamos al bicho ese del abstencionismo, decidido a subir hasta sesenta por ciento en una elección dominada por la apatía.
Pero que no se culpe de ella a los ciudadanos.
Mejor que se reconozca que es en el engaño como sistema y el dinero como medio que las elecciones como quien dice actualizadas, consiguen los votos del electorado.
Adelante con el debate… que la autoridad electoral deje su mecedora de las pasividades y los partidos el trabajo físico como único mecanismo de activar la energía en sus militantes.
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