La ingenuidad y la soberbia son una mala combinación que seguramente provocará serios dolores de cabeza al inepto secretario de Educación Pública de Tlaxcala, Manuel Camacho Higareda, que aunque no lo reconozca su sector vive en el desorden administrativo, en la ilegalidad y sumergido en la corrupción, problemas que podrían salirse de control en las próximas semanas.

A la par que el aspirante a poeta y titular de la SEP lidiaba con el conflicto y paro de los trabajadores administrativos de las oficinas centrales de la dependencia, Manuel Camacho enfrentaba el malestar de los supervisores y jefes de sector que se quejaban no sólo de la mala organización al interior de la USET, sino de despidos injustificados de personal y la carencia de recursos materiales, humanos y espacios físicos para desempeñar correctamente sus funciones.

Tales quejas y actitud de ese personal le habrían costado a finales de junio y principios de julio la chamba al director de Primarias de la USET, Rodolfo Suárez Pérez, quien fue removido por el torpe Camacho Higareda, ya que lo culpó de esa rebelión y de no poder controlar a los supervisores y jefes de sector de enseñanza básica.

En su lugar fue designada hace unos días Victoria Ramírez Rosales, quien seguramente tendrá problemas en la Dirección de Primaria de la USET una vez que arranque el próximo ciclo escolar, pues nadie ha resuelto ni atendido las quejas y problemática que enfrentan los supervisores y jefes de sector, quienes podrían llevar a cabo acciones de protesta, sobre todo porque Manuel Camacho ha hecho todo lo posible por ignorarlos y minimizar su labor dentro del sector educativo de Tlaxcala.

También hay que tener presente que el personal administrativo de las oficinas centrales de la dependencia que mantuvo un paro de labores por más de un mes insiste en lograr la renuncia de la altanera directora de Relaciones Laborales de la USET, Claudia Xochihua Rodríguez, pues no están conformes con la “licencia por enfermedad” que obtuvo esa “influyente” funcionaria, de ahí que está por verse si aceptan que José Joel Parada Matamoros desempeñe ese puesto como encargado y no como titular de esa importante área.

El funcionario consentido de la actual administración estatal tiene varios frentes abiertos con el personal de la Secretaría de Educación y no descarte que en breve se hagan evidentes los conflictos que se encuentran latentes y que las autoridades educativas han minimizado por la enorme soberbia con que se conducen.

Un claro ejemplo son los maestros afines a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que están más que dispuestos a evidenciar las anomalías del sector educativo de Tlaxcala, sobre todo cuando las arrogantes autoridades encabezadas por Manuel Camacho se niegan a reinstalar a todos los docentes que fueron cesados por mostrar su rechazo a la reforma educativa impuesta por el gobierno priista de Enrique Peña Nieto.

La reinstalación fue un acuerdo nacional, pero en Tlaxcala el altanero Manuel Camacho giró instrucciones a su nefasto director Jurídico, Juan Pablo Alvarado Cortés, para violentar ese pacto y mantener fuera de la nómina a maestros como Citlali Ortiz Cano que nunca dejaron de luchar y denunciar los atropellos que se hacían contra los docentes afiliados a la CNTE.

El secretario de Educación pareciera que ha abusado de la confianza y amistad del gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, ya que muy pronto saldrán a la luz varias irregularidades que dejarán muy mal parado a ese altanero funcionario.

El gobernador sabrá el número de maestros comisionados que existe en la USET, mismos que violan la ley con el aval de Camacho Higareda. También estará enterado de las sesiones falsas que ha celebrado la Junta de Gobierno del Cecyte para esconder y justificar serias anomalías financieras de ese subsistema.

A caso el mandatario no sabe que hay representantes de instituciones de educación superior que violan la ley al mantenerse en su cargo.

Un claro ejemplo es el director general del Instituto Tecnológico Superior de Tlaxco (ITST), Aníbal George Haro, quien ya cumplió dos periodos como tal y legalmente ya no puede seguir al frente de esa institución, por lo que desde inicios de este año ese funcionario debió dejar su puesto ante la clara violación que existe a la norma.

En fin, en otra próxima entrega hablaremos del cúmulo de anomalías que se cometen en el sector educativo y que tienen un evidente tufo de corrupción.