Un proyecto que seguramente algún día de estos arrancará pero que no será una prioridad para el futuro gobierno federal que encabezará el presidente electo de México Andrés Manuel López Obrador será el nuevo Hospital General de Tlaxcala, debido al alarmante diagnóstico que su equipo de trabajo ha realizado sobre el descuidado, deteriorado y quebrado sistema de salud del país.

La grotesca lentitud con que Francisco Javier Romero Ahuactzi, titular de la Secretaría de Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Vivienda (Secoduvi), ha llevado a cabo el proceso para licitar e iniciar la obra de lo que será el nuevo Hospital General de Tlaxcala es sin duda un factor ha afectado la viabilidad del proyecto que corre el riesgo de no ser terminado en la actual administración estatal.

Aunque parezca increíble, el desarrollo de ese proyecto ha implicado más de un año, pues fue anunciado desde mediados del 2017 y es la fecha que aún no se sabe cuál será la empresa responsable de la obra y cuándo comenzarán los trabajos en un predio de San Matías Tepetomatitlán, municipio de Apetatitlán, donde se edificarán 16 mil 400 metros cuadrados de instalaciones con cinco áreas de atención, 90 camas hospitalarias, dos salas de expulsión, cinco quirófanos y una área de investigación.

Desde febrero de este año se mencionó que el proyecto ya estaba casi listo, pero la realidad es que apenas en octubre se realizaron los últimos procedimientos de la licitación de la obra, sin embargo a casi un mes de que procedió a la apertura de las propuestas del concurso organizado por la Secoduvi se desconoce si hay una empresa ganadora.

Las futuras autoridades que asumirán la responsabilidad de la Secretaría de Salud en el próximo gobierno federal ven con cierto recelo el proyecto del nuevo Hospital General de Tlaxcala. En primera porque apenas si está garantizada (300 millones de pesos) una tercera parte de lo que costará ese nosocomio (más de 900 millones de pesos) y porque antes de alentar un nuevo centro hospitalario pretenden hacer funcionar los hospitales y clínicas que se han construido en los últimos años por las administraciones del panista Felipe Calderón Hinojosa y el priista Enrique Peña Nieto y que hoy en día no están equipados y ni tienen personal médico.

El diagnóstico del sector salud es alarmante, no sólo por el tamaño de la corrupción que prevalece, sino porque el sistema de vacunación se ha descuidado enormemente al grado que en unos años esa negligencia representará un alto riesgo para la salud pública y porque los servicios médicos que se ofrecen a los ciudadanos cada vez son más deficientes.

La fuga de recursos millonarios que se ha tenido a través del Seguro Popular es escandalosa, así como los casos de corrupción en donde no sólo están involucradas las autoridades, sino el sindicato de los trabajadores de la Secretaría de Salud.

En la actualidad hay 19 ex funcionarios que se hicieron cargo del sector salud en diferentes estados del país que están en la cárcel o enfrentan un proceso penal por presuntamente desviar los fondos públicos que manejaron.

Se dice que las futuras autoridades federales antes de pensar en grandes obras en materia de salud tratarán de corregir las enormes fallas que han sido detectadas, de ahí que el Hospital General de Tlaxcala no será una prioridad, lo cual no quiere decir que la obra no se llevará a cabo, sino que ésta avanzará a paso lento como le gusta trabajar al ineficiente Francisco Javier Romero.

Este día el gobierno de Marco Antonio Mena Rodríguez entregará al Congreso del Estado su propuesta de presupuesto para el próximo año, documento que será interesante conocer para ubicar cuáles serán las prioridades y qué rubros registrarán un aumento en su gasto, como seguramente lo tendrá el sector educativo a cargo de Manuel Camacho Higareda, cuya imagen y trabajo seguirán siendo impulsadas con miras a las elecciones locales del 2021.

Ojalá se incremente el presupuesto para la construcción del Hospital General de Tlaxcala, cuyo proyecto ya tiene un subejercicio de 300 millones de pesos que no se ejercieron en este año porque como se ha dicho aún no se concluye con la mentada licitación.

Veremos si para el 2019 la administración estatal etiqueta una partida similar a la de este año y se dan claras señales de que el hospital es una obra prioritaria que será terminada antes de que concluya el gobierno de Mena Rodríguez.