El líder de la sección 55 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación Felipe Ignacio Díaz sabe que los descuentos obedecen a una medida implementada para recuperar el pago de un bono que se entregó a los maestros estatales por parte de la administración de Mariano González Zarur

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Un velo de misterio es el que prevalece en torno al descuento que los maestros tlaxcaltecas sufrieron en sus cheques en la primera quincena de este año y que podría repetirse a finales de este mes, pues hasta el momento el secretario de Educación Pública, Manuel Camacho Higareda, ha optado por evadir ese tema por lo espinoso del mismo.

Las especulaciones por el descuento involucran al hoy ex gobernador de Tlaxcala Mariano González Zarur, quien habría autorizado el pago de un bono por fin de sexenio a los maestros estatales que al parecer la administración de Marco Antonio Mena Rodríguez no reconoció o que más bien el gobierno federal a través de Aurelio Nuño Mayer, titular de la SEP, no avaló y ordenó recuperar esos fondos.

La opacidad que existe en torno al bono del sexenio entregado a los docentes puede ser una de las razones por las cuales el pudoroso Camacho Higareda no le entra al tema y prefiere huir de los eventos oficiales para no dar explicaciones.

Al personal que laboraba en el resto de las dependencias estatales recibió en la última quincena de noviembre del año pasado el pago de cinco mil pesos extras a su salario normal como parte de una gratificación sexenal. En el caso de los maestros éstos lo vieron reflejado en diciembre, con la diferencia de que ellos lo tendrán que regresar sin que alguien les explique los motivos.

Ese asunto que puede convertirse en un tema espinoso podría generar protestas en el sector educativo a partir de los primeros días de febrero, cuando la mayoría de los trabajadores de la educación se entere que los descuentos son para cubrir el bono que recibieron y que según las autoridades se pagó de manera irregular.

Llama la atención la indiferencia mostrada por el líder de la sección 55 del SNTE, Felipe Ignacio Díaz, quien ante las quejas de los docentes ha optado por esconderse y no dar la cara a sus agremiados, cuando está claro que él es uno de los pocos privilegiados en Tlaxcala que cobra más de 120 mil pesos mensuales sólo por aparentar que es dirigente de un sindicato.

Valdría la pena que alguien informara cuántos recursos destinó el gobierno de Mariano González para entregar bonos de fin de sexenio y por qué a los burócratas de otras depedencias si se les hizo efectivo gozar de ese estímulo económico y por qué a los maestros estatales se les obliga a reintegrar esos fondos a las arcas que administra Marco Antonio Mena.

Manuel Camacho tiene la obligación de informar y terminar con las especulaciones que rodean a su secretaría respecto a los descuentos que se aplicaron a los maestros, porque si cree que guardando silencio el asunto se va a arreglar y olvidar está muy equivocado.

En la Secretaría de Salud tampoco cantan mal las rancheras

Donde también se empieza a detectar malestar es en la Secretaría de Salud, donde despacha el hidalguense Alberto Jongitud Falcón, quien se muestra exquisito y alejado del personal médico que labora en esa depenencia.

Hace unos días, el funcionario estatal declaró que el abasto de medicinas en hospitales y centros de salud en la entidad era entre el 80 y 85% y que ya habiá recorrido nosocomios y clínicas para conocer en persona la problemática que enfrenta los trabajadores. Lo primero puede que tenga algo de verdad, pero lo segundo está en duda porque muchos doctores están esperando su visita para recetarle una buena dosis de problemas.

Además, si el secretario en realidad quiere vender que está atento en su nueva responsabilidad, debería empezar por lo básico porque su mismo personal es el encargado de evidenciarlo como un médico que llegó a Tlaxcala a cobrar por la recomendación del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osoio Chong.

Y me explico, hace unos días su dependencia giró un boletín que es una joya, pues habla que se refozará el sistema de vacunación e informa que entre las vacunas que se pondrán a la población de la entidad está la de la Viruela, padecimiento que en el país y en el mundo está erradicado, pero igual el doctor Jongitud Falcón quiere ser noticia mundial al tratar a un paciente con esa enfermdad.

El comunicado también menciona que se pondrán inmunizaciones contra diferentes tipos de hepatitis, cuando el sector salud del país sólo cubre la vacuna contra la hepatitis b según la cartilla de vacunación.

Por lo que se ve, la vocera de esa dependencia Lorena Flores Ordoñez es la principal interesada en dañar la imagen de su jefe al enviar boletínes con errores garrafales y descontextualizados.

Acostumbrada a ser protegida, Flores Ordoñez hoy presume que será ratificada y que el manto protector que tenía del ex secretario de Gobierno Ernesto Ordoñez y del Contralo del Ejecutivo, Hugo René Temoltzin, le alcanzará para mantenerse en el cargo pese a quien le pese.

Pero si deciden despedirla, ojalá le pidan que regrese los cuadros que pagó la dependencia por el 70 aniversario de su fundación, pues para nadie es desconocido que retiró las fotos de los mismos para llevarse los marcos a su casa quizá para enmarcar sus excesos.