Una diputada panista, con pasado amarillo pero con apetito insaciable en las finanzas, hoy se da el lujo de invertir cuatro millones para pavimentar su calle, ¿cómo le hace?

Rafael Moreno Valle, Busca Candidatura PAN Presidencia, Mariano Gonzalez Zarur, Raton Crispin, Tlaxcala Onlline

De los personajes con el antecedente de haber asestado machetazo a las finanzas del estado hay un caso extraordinario y, digamos hoy con la notoriedad que ha cobrado al gestionar una muy buena lana en el Congreso, para pavimentar su calle, uno automáticamente rechaza que con el dinero del Pueblo haya una élite, como tocada por la mano de Dios que hace y deshace. Y hasta cuenta con reservas para comprar curules.

Pues con razón no salimos de pobres.

Este caso surge hace dos sexenios, cuando la casta divina se disfrazó de perredista, y a la voz de ¡Viva la Alternancia!, alentó a todo un grupo a aplicar conocimientos, desbocar sus apetitos y saquear a Tlaxcala, pronunciando la jaculatoria: “que diosito nos permita dejar de por vida todo asunto relacionado con la escasez y la pobreza”.

Ahora que los panistas se pusieron todos de modos con la aprobación de la Ley Anticorrupción (LAC) ya caemos en los porqués en ese partido es como el sueño dorado de todo político fregón, emular al monstruoso Diego Fernández de Ceballos, montarse en su doble moral, traficar con las leyes, hacer dinero hasta hartarse, siempre conservando un aceptable nivel de poder, para defenderse de cualquier desaire de la perrada.

Por eso al enterarnos que la ex candidata perredista a la gubernatura de Tlaxcala en 2010, Minerva Hernández Ramos, hoy diputada plurinominal por el Estado de México (digo, para eso son las reservas de aquél machetazo) mandó a poner linda su calle (a ver si no le da por ponerle su nombre) para que haga juego con el salón de fiestas y las tremendas oficinas y demás instalaciones, en las que ha invertido lo que le ha pegado la gana.

Un panista con verdadera formación gomezmorinista ya parece que se va a prestar a semejante oso.

Pero aquí, ni se trata de una panista –sino de una oportunista- y respecto a los principios, pues debemos entender que los únicos que entiende son: el principio de mi calle, y el final de mi calle.

Mientras la clase política vea los cargos como el expendio de pulques, donde no importa cuántos caigan al piso, sino en qué tiempo se llena el cajón del dinero, nuestro cuesta abajo va a ser inevitable.

Cíclicamente ponemos cara de… pobrecitos tlaxcaltecas, es el estado desigual.

Y eso no es cierto.

Ahí tienen ustedes la prueba. Y hay tantas otras como su vocación de tlaxcaltecas les permita hurgar en las inaccesibles catacumbas de la desvergüenza, atestadas de diputados, alcaldes, senadores y gobernadores, que aprovecharon nuestra bandera de la desventaja, para hacer fortunas ominosas cubiertos con piel de pobres.

Moreno Valle en Tlaxcala

Dicen que va a poner hasta el copete el salón azul, allá por la procu. Que ha escogido a Tlaxcala como su primer punto de campaña promocional en busca de la candidatura panista a la Presidencia, porque precisamente aquí ve un reto mayúsculo, consistente en extirpar los tejidos invadidos por un adrianismo maligno que en esta última elección provocó una gravísima división.

Y no tanto porque haya varios bandos, sino porque una parte de panistas se sintieron engañados, ultrajados por ese nivel de maldad, aparecido de súbito en dicha lideresa. A la otra, le fue peor.

Entonces, aprovechando la inercia de sus altas pretensiones, el gobernador de Puebla no ha quitado los ojos de Tlaxcala, y sobre todo de los panistas, ávidos de liderazgos distintos y con un mínimo de honestidad.

Moreno Valle dejará a Puebla transformada, con puentes, segundos pisos, hospitales, oficinas, carreteras, vamos da gusto echar un vistazo al estado vecino.

Del crecimiento comercial, ni hablar… Puebla subió como la espuma.

Su presencia aquí es estimulante. No la tiene fácil. Enfrente tiene a Ricardo Anaya y a Margarita Zavala Calderón. De esos nombres hacia abajo, vaya si va a haber huesos duros de roer, como el de la apizquense que fue capaz el seis de junio, de declararse ganadora de la elección de gobernadora, plenamente consciente que los resultados no le favorecían.

Dicen que todo se dio en medio de pactos deshonestos con Mariano, de reiteradas peticiones calderonistas para dimitir y de ese río revuelto que ya en dos procesos electorales le han dejado ganancias exponenciales, sin invertir más que mentira tras mentira.

Veremos cómo le va al grandulón vecino Moreno Valle. Si la gran obra, la deuda y también la inconformidad social con sus atropellos, de algo le sirven para alcanzar la gloria.