No hay capacidad para atraer o generar más recursos, salvo los despidos masivos, causa fundamental de hambre e inseguridad… tendrán que pasar años para superar esta crisis.

Caricatura 1, Desempleo, Oficial Mayor, Ubaldo Velasco Hernandez, Tlaxcala Online

El sistema del inusual ahorro presupuestal por medio del terror laboral, envió una invitación personal a la contracción económica, y como no sucede en otras plazas de la República, aquí celebramos las finanzas sanas de una administración con pereza de iniciativas para generar prosperidad.

Al contrario, los bancos dejan Tlaxcala por falta de dinero.

Y los negocios locales cierran sus puertas, dejando lo que queda de mercado a las franquicias golondrinas, poco interesadas en reinvertir en esta tierra.

Pese a la temporada, el movimiento comercial es históricamente bajo. Hay que ver el bullicio en el centro histórico de la Ciudad de México, en Puebla…

En este contexto desalentador ocurren cosas y se pronuncian frases sin el mínimo sentido de tlaxcalidad:

1.- Mariano soltó ayer casi inconscientemente tener problemas para promover el poniente de la entidad, debido a la “pérdida de la confianza” en los hombres de negocios de aquella región. Estoy seguro que un político con visión de Estado se cuidaría de este tipo de expresiones, sobre todo cuando dice: “en cambio el oriente está de moda”.

No es sano ni congruente que un mandatario establezca semejantes diferendos en la entidad que gobierna. Con sus palabras ha condenado al fracaso al poniente estatal, o le ha dado la facultad para ignorar sus parciales estimaciones, sobre todo sabiendo que es en el oriente donde desea imponer a su hijo como candidato a diputado federal, según información que su propio partido ha dejado correr.

2.- Hablábamos ya de los despidos masivos. Y aunque esa acción se nos vende como el rotundo logro para mantener sanas las finanzas del gobierno, el despido de 890 empleados en lo que va del sexenio –según lo reveló el oficial mayor, Ubaldo Velasco- ha empobrecido a igual número de familias. Estas a su vez, dejaron de consumir, y el hambre afecta a Tlaxcala, nada más que somos discretos y nos la aguantamos.

3.- Mientras González Zarur rechaza repartir fertilizante en el primer distrito –vuelve a aparecer el fantasma de las 11 mil toneladas extraviadas- el delegado de la Sagarpa lo contradice y reconoce el envío de dicho químico y otros insumos a los campesinos. Esto ocurre tras la denuncia hecha por el Congreso Agrario Permanente (CAP), cuyos integrantes opinan que dicha acción es abiertamente propagandística a la causa del hijo del gobernador, quien pretende ser candidato a diputado federal por el primer distrito electoral.

4.- Este día, El Universal lamenta en una nota informativa la tendencia caciquil del gobernador de Tlaxcala, autoritario y represor –señala el texto-, pero con una perspectiva muy personal para los negocios, sobre todo en el ramo de la obra pública, con constructoras de dudoso origen, según denuncia del líder del gremio, Delfino Chamorro Macías.

Escenarios poco halagüeños

Así se encuentra el estado de Tlaxcala a dos años que concluya la administración de González Zarur, en plena decadencia aunque de manera personal lo llame la etapa de la consolidación.

Su debilitamiento es manifiesto. Lo acompañan las rechiflas en actos públicos, como la reciente clausura de la Feria de Tlaxcala, donde pasó las de Caín ante cientos de embravecidos ocupantes de un lienzo charro, al cual abandonó francamente contrariado.

Creo que no es aventurado pensar en un final adelantado.

Como van las cosas, los últimos meses de su gobierno tendrán la soledad de un cementerio, aunque plagado de conflictos y cobro de facturas a quien un día dio la espalda a sus otrora aliados.

Tendrán que transcurrir años para refrenar esta inercia negativa.

Imitadores de lo malo

Administraciones como la de Zacatelco  siguen los mismos pasos. Han visto en los despidos masivos una forma de paliar sus administraciones desastrosas.

Otras, como la de Panotla, recurrieron a la violencia contra la síndica para defender el autoritarismo de su alcalde, Saúl Cano.

En Tlaxcala, han saqueado varias veces la oficina de la síndica.

Es una convulsión incipiente que se da de norte a sur y de poniente a oriente de la entidad.

Nada tiene que ver con un desorden injustificado. Las mismas autoridades lo han propiciado. Y luego buscan culpables… como las redes sociales, casi casi obra del demonio, dicen funcionarios espantados de la convocatoria de estas herramientas, aunque se empeñan en no ver la tremenda cola que con mucha frecuencia ellos mismos se pisan.