A periodicazos entre ellos mismos se comunican… bastó que las senadoras advirtieran a Mariano, te vamos a tatemar a nivel nacional para que este las recibiera en Palacio.

Tal vez recuerde usted aquél cafecito en el Hotel Posada, en el cual tiraron rostro nuestras senadoras. Fue por ahí del doce del presente mes. Pues desde entonces, por escrito pidieron reunirse al gobernador Mariano González Zarur. Pero este, ya sabe de qué pie cojea, les mandó contestar que, pues ahora no había tiempo y sería después cuando alguien en su representación las recibiese.

-«Gracias», dijeron aquellas, y también le mandaron un mensajito. «Vamos a declarar a los medios nacionales que al mandatario tlaxcalteca le valen gorro sus representantes ante el Congreso de la Unión».

¿No que no los recibía?

Oiga, no es fácil lidiar con un colectivo tan animado de senadoras y diputados federales. De todos ellos, nada más la ex cuñada, Guadalupe Sánchez Santiago, sostiene una relativa comunicación con el que fuera tesorero de su pá, don Emilio Sánchez Piedras.

De manera escueta ayer lunes, la oficina de prensa de gobierno distribuyó una foto y un texto, dando cuenta de la repentina reunión, en la cual tuvo -según el comunicado- la iniciativa el mandatario tlaxcalteca. Y para no hacerla más cansada le diré que nada más tocaron el tema de Pensiones Civiles y, la urgencia del gobierno local, de acceder al fondo nacional en ese ámbito para sacar la nariz en este que, es un empantanado problemón.

¿Y los despidos masivos?, ¿y la inseguridad?, ¿y la falta de empleo?, ¿y las cuentas públicas que tronaron como ejotes?

Según el comunicado gubernamental, nada de eso te abordó en el desayuno presidido por un Mariano seco -según lo apreciamos en la foto- y un secretario de Finanzas, Ricardito García Portilla, pues con la misma cara de nerd, y un director de Pensiones Civiles, Neto Ordóñez Carrera, con la mirada de me doblo pero no me quebro…

1.- Lo que más me inquieta es el silencio de las senadoras. ¿Acaso la parafernalia con la que suelen andar devaluó tanto que, ya entraron en el selecto grupo de paleros de don Mariano, y de repente se dieron cuenta que deben ser institucionales?

2.- ¿Qué ocurrió con Lorena Cuéllar y, el resentimiento aquél… que Mariano no cumplió con el convenio signado en El Vaticano, que se hizo ojo de hormiga a la hora de dar chamba a sus recomendados, que la anduvo persiguiendo como los chamacos lo hacen con las ardillitas del zócalo?

3.- ¿Es tal discreción senatorial el despreciable gesto de complicidad cupular que suponíamos distante, primero por la pluralidad y luego por la natural adversidad?

4.- ¿Le salió a la mayoría el corazón priísta (de donde provienen, no todas eh) y optaron por aguantar vara en lo que rinde Peña protesta por la puerta chica del Congreso?

Considero que la solvencia moral asignada por el respetable público, sobre todo a las senadoras, no debería ignorarse mediante ejercicios de, «se me subió lo Cisneros hoy que me demandan ser más Cuéllar»; «me inquieta la conformación del consejo panista, por eso ando absorta»; «entre el senador Barttlet y mis retoños se me va la vida», pues son ellas la última esperanza de contrapeso para una administración sin rumbo, dedicada a correr gente, ahorrar mucho dinero con una nómina 40 por ciento más chica, pero sin un detalle del que el pueblo puede expresar orgullo por su gobernador.

No deberíamos reprimir nuestros deseos de ver resultados tras semejante reunión, por ejemplo a la llegada del periódico Rumbo, ese boletín impreso por la senadora Cuéllar, como quien comienza la campaña en automático, sin reparar en los momentos que realmente le demandan mente alerta y dispuesta, y no nada más el mecanismo para pregonar su actuación -que es su obligación en la Cámara de Senadores.

Ah, pero si de lado de los legisladores esta pasividad es exasperante, qué me dice usted de la anfitrionía marianista a huevo y del papel vomitivo de sus pregoneros, los orticistas que un día amanecieron marianistas.

Mire que atribuir a su amo la iniciativa para sentarse a tratar asuntos de estado con las senadoras y diputados, es una ofensa a la inteligencia de los miles de tlaxcaltecas que se dieron cuenta de aquél cafecito, donde Cuéllar, Dávila y Palafox, se manifestaron como el espíritu chocarrero al interior de un gobierno al cual le urge un exorcismo.

A resumidas cuentas, uno y otras nos han dejado frustrados.

Le temen a tratar abiertamente los asuntos que interesan al pueblo.

En otras palabras, hoy que nos hace falta compromiso social de uno y otras, nos salen con una institucionalidad que se desborda, y todo porque les preocupa más el proceso electoral que viene, que cumplir con el compromiso constitucional ante los ciudadanos, muy pendientes por cierto de cada movimiento que dan.

Una de inseguridad

Mientras este fin de semana un solitario atracador quitó el dinero a un despachador de gasolina en La Aurora, municipio de Tepeyanco, y después agujeró la pierna al dependiente de la tienda OXXO ubicada ahí mismo, veinte patrullas nuevecitas parecen exhibirse como si estuvieran en la agencia automotriz equis, en las instalaciones de Bomberos, en Antonio Carvajal.

La gente de Orlandito May Zaragoza (el matón del gobierno) que todo lo dice, nos asegura que esas patrullas no se mueven mientras no rinda protesta Enrique Peña Nieto.

En otras palabras, una vez en marcha la nueva administración federal, esas patrullas que le platico van a comenzar a funcionar.

O sea, el gobierno marianista pretende ganar popularidad para Peña desde el primer día de su gobierno, como no lo pudo hacer durante la campaña para que los tlaxcaltecas votasen por él y su partido el PRI.