El gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez apostó por la política al momento de designar al nuevo secretario de Educación Pública de Tlaxcala.

Lejos de pensar en un perfil con experiencia administrativa y docente que ayude a salir del bache que dejarán las clases en línea no sólo en el proceso de aprendizaje y sino en la deteriorada calidad educativa, optó por designar al ex líder estatal del PRI, Roberto Lima Morales, como nuevo encargado de esa dependencia estatal que volverá, como ha sucedido en los últimos años, ha convertirse en una maquinaria para el ex partidazo.

 

Si bien al inicio de la actual administración estatal se decidió desmantelar la maquinaria priista incrustada en la Secretaría de Educación Pública que estaba ligada a los intereses del ex gobernador Mariano González Zarur con la designación del torpe y soberbio Manuel Camacho Higareda como responsable de esa área, ésta logró mantenerse pero sin llevar a cabo la permanente operación política que venía realizando porque fue debilitada económicamente y porque también perdió posiciones de poder en esa dependencia.

 

Sin embargo, a finales de agosto del 2019 el gobernador Mena decidió corregir esa decisión, para lo cual degrada al voraz aspirante de poeta Manuel Camacho que es removido de la Sepe para asumir la Dirección General del Sepuede e Icatlax. A esa importante dependencia llegó entonces Florentino Domínguez Ordoñez, quien con la venia de su jefe rescató la estructura priista y empezó a trabajar en su proyecto de convertirse en candidato del PRI al gobierno de Tlaxcala.

 

Para nadie era un secreto que los recursos públicos de la Secretaría de Educación Pública eran utilizados para mantener operadores políticos y para financiar la promoción mediática y en redes sociales de “El Profe” Florentino. La abierta campaña de ese mediano político que mantuvo por más de un año nunca tuvo los resultados esperados, pues el amigo y gallo del gobernador para que fuera su sucesor no despegó y ni pudo superar en las mediciones a la entonces alcaldesa capitalina Anabell Ávalos Zempoalteca que finalmente se quedó con la nominación del ex partidazo.

 

Florentino Domínguez se enfermó en noviembre de Covid-19 y a finales de diciembre falleció por consecuencias de esa mortal enfermedad.

 

La estructura priista que rescató “El Profe” y que está incrustada en esa área del gobierno por lo visto no será desperdiciada, ya que ahora estará bajo el mando del rupestre ex líder del PRI, Roberto Lima, quien seguramente la pondrá al servicio de la virtual candidata de la coalición “Unidos por Tlaxcala” Anabell Ávalos que representará los intereses del PRI, PAN, PRD, PAC y PS para los comicios del próximo 6 de junio.

 

Marco Mena ha sido un gobernador disciplinado que ha evitado la confrontación con la administración federal que encabeza el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sin embargo ha demostrado que sí está interesado y que influye en la sucesión en Tlaxcala, de ahí que hará todo lo posible por lograr que la priista Anabell Ávalos obtenga la victoria sobre la candidata a la gubernatura de Morena y sus aliados, Lorena Cuéllar Cisneros.

 

El mandatario estatal no está pensando en la educación de los tlaxcaltecas ni cómo solucionar los problemas en ese sector que dejará la pandemia que obligó a suspender las clases presenciales. Se decantó por su amigo, un disque experto política y en la operación electoral, para hacerse cargo de la Secretaría de Educación Pública, dependencia que muy probablemente entregará malas cuentas no sólo en términos de resultados, sino financieramente hablando.

 

Roberto Lima es un mediocre político que cuando estuvo en el PRI no hizo nada y sólo se dedicó a cobrar su abultado sueldo y en ser un buen acompañante en las borracheras de un personaje muy cercano al gobernador Marco Mena, el mismo que influyó para que hoy la familia Lima Morales pueda presumir que no sólo controla y hace negocios en el sector salud con René Lima Morales, sino a partir de ayer en el sector educativo.

 

Por lo que se ve en los últimos ocho meses del moribundo gobierno menista lo que prevalecerá será el fenómeno de la cuatitud, es decir, el ejercicio del poder de los cuates, por los cuates y para los cuates. O lo duda.

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