Un acostumbrado abuso de recursos públicos en el Colegio de Bachilleres del Estado de Tlaxcala (Cobat) que se encuentra observado y documentado por el Órgano de Fiscalización Superior (OFS) podría convertirse en un escándalo administrativo y político, si es que el caso llega a ser comprobado por el Instituto Nacional Electoral (INE) que ha recibido varias quejas por la afiliación masiva y obligatoria del personal directivo de ese subsistema educativo hacia el Partido Revolucionario Institucional.
El responsable de esas supuestas anomalías no es otro más que el galán y coqueto director general del Cobat, Victorino Vergara Castillo, con antecedentes muy oscuros y de malos manejos financieros en el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado (Cecyte) durante el sexenio del hacendado gobernador Mariano González Zarur.
Antes de que finalizara la pasada administración, el mencionado funcionario fue despedido de su cargo, pero como operó en la campaña del actual mandatario Marco Antonio Mena Rodríguez, éste personaje fue reincorporado al gobierno estatal en noviembre del 2018 cuando asumió el control del Cobat, donde despachaba la desordenada y conflictiva Silvia Josefina Millán López, recomendada del aspirante a poeta y del entonces secretario de Educación Pública, Manuel Camacho Higareda.
Al siguiente año y una vez que tuvo el control y confianza de sus jefes, el voraz Victorino Vergara volvió a la andadas y sin ningún rubor habría presionado y obligado al personal directivo del Cobat para afiliarse al PRI y nuevamente armar una estructura electoral con los trabajadores del subsistema educativo para operar las campañas y apoyar a los candidatos del ex partidazo rumbo a los comicios del 2021, sobre todo porque su hija Mildred Vergara Zavala, actual secretaria general del tricolor en Tlaxcala aspira a una diputación local.
De acuerdo con una revisión contable que realizó el Órgano de Fiscalización Superior entre julio y diciembre del 2019, se detectó la realización de pagos improcedentes por un monto de más de 700 mil pesos, es decir, el director del Colegio de Bachilleres del Estado de Tlaxcala autorizó el pago de compensaciones al personal directivo que violenta diferentes normas, por lo que se giró la instrucción de reintegrar esa cantidad sin que hasta la fecha se haya cumplido con esa acción a fin de solventar la observación del ente fiscalizable.
Según documentos del OFS, los cheques de Banorte entregados a 22 directivos de la Institución tenían fecha del 18 de diciembre del 2019. Entre los beneficiarios destaca el Contralor Interno José Luis Pablo Meléndez que recibió el cheque número 798 por un monto de 66,281 pesos, así como la subdirectora Paola Flores Romano que obtuvo el cheque 918 por la cantidad de 66,281 pesos y el subdirector Jurídico José Alejandro García Vallejo que firmó por el cheque 921 por 66,281 pesos.
El personal directivo del Cobat recibió diferentes cantidades, por ejemplo el subdirector de área de nombre Eustaquio Bonilla Bonilla firmó por el cheque 949 que contenía la cantidad de 13,808 pesos, mientras que un jefe de Departamento como Víctor Conde Sedeño obtuvo el cheque 924 por 16,992 pesos y el más bajo correspondió a David Vega Terrazas adscrito a la Dirección Académica que a través del cheque 950 obtuvo 7,080 pesos.
Lo que llama la atención, es que el nefasto Contralor Pablo Meléndez y el subdirector Jurídico García Vallejo hayan aceptado la compensación y participado en esa irregularidad cuando en teoría son los encargados de garantizar que el Cobat se conduzca conforme a la ley.
Antes de que ese personal directivo del Cobat recibiera esa jugosa compensación ilegal más su aguinaldo y otras prestaciones de fin de año, el director general Victorino Vergara habría promovido la afiliación masiva al PRI de sus subordinados, lo cual se puede verificar si se cruzan los nombres del padrón del partido con los que aparecen en la nómina oficial de ese subsistema educativo del estado, situación que resulta poco creíble que casi todos los jefes sean militantes del ex partidazo y que en muchos casos la fecha de inscripción corresponda al 2019.
Existen evidencias y testimonios que confirmarían que Vergara Castillo entregó esas compensaciones a cambio del trabajo y apoyo a las actividades político-electorales que llevaría a cabo el personal directivo del Cobat para respaldar las campañas y a los futuros candidatos del PRI.
Uno que otro directivo que recibió tal compensación estaría a punto de solicitar formalmente al INE su intervención para que su nombre desaparezca del padrón del PRI, lo cual podría suceder debido a que pretende demostrar que su afiliación fue sin su consentimiento y que en el Cobat se habría entregado recursos públicos para llegado el momento trabajar a favor de ese instituto político.
Quienes conocen a Vergara Castillo saben de sus dotes de mapache electoral priista. Están conscientes que ese funcionario promotor de la cuatitud tratará de involucrarse en los comicios del siguiente año, sobre todo si su gris hija Mildred Vergara aparece como candidata a una diputación local y su solapador jefe de sector Florentino Domínguez Ordoñez, secretario de Educación Pública en el estado, logra también alguna nominación a un cargo de elección popular.
Y no crea que es la única anomalía administrativa que existe en el Cobat, pues pronto le documentaremos otras más que evidencian los malos manejos que imperan en ese subsistema educativo.
Al torpe presidente de la Comisión de Finanzas y Fiscalización del Congreso del Estado, Miguel Piedras Díaz, le urge despertar y salir de su inexplicable letargo, ya que si en realidad quiere hacer un papel digno y diferente al de la diputada morenista María del Rayo Netzahuatl Ilhuicatzi debe pugnar para que todas las anomalías detectadas en las cuentas públicas del 2019 sean sancionadas y se ejerza presión para que se reintegren los recursos públicos que haya ordenado el Órgano de Fiscalización Superior.
Los escándalos por corrupción pronto empezarán a salir.
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