Sin que hasta ahora se tenga definido si Luis Manuel Muñoz Cuahutle, magistrado del Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET), será ratificado o no en su cargo, pues por ley deberá ser evaluado por el Senado que tendrá que determinar si ese labioso abogado debe continuar en su actual posición o debe irse para dar paso a la integración de una mujer a fin de garantizar la paridad de género en el pleno de esa instancia donde actualmente hay tres varones.

 

El futuro de Muñoz Cuahutle que llegó a su cargo gracias al respaldo del PAN y de su otrora líder moral de ese partido Adriana Dávila Fernández, se conocerá en unos días más, ya que en noviembre vence su periodo para el que fue electo como miembro del TET, sin embargo la ley establece que ahora debe ser evaluado a fin de determinar si puede ser o no ratificado.

 

El magistrado que con el tiempo se ha alejado del PAN, toda vez que comprobó que era más redituable ganarse el afecto y respaldo de otros representantes de partidos políticos con mayor fuerza y peso, intentará mantenerse en su cargo y seguir utilizando su posición para beneficiar a su familia como, según dicen, lo ha hecho en los últimos años.

 

Se habla que ese impartidor de justicia en materia electoral pudo influir para que su hermano José de Jesús Muñoz Cuahutle lograra entrar a trabajar en una Sala Civil-Familiar del Tribunal Superior de Justicia en el Estado; su esposa Dulce María Solís Apolinar, fue contratada en el Tribunal de Justicia Administrativa; su prima Martha Muñoz Cuahutle, obtuvo un cargo administrativo en el mismo Tribunal Electoral de Tlaxcala; y su fiel escudero y amigo, José Antonio Hidalgo Cote, pudo hacerse de la Contraloría del Tribunal Electoral de Tlaxcala.

 

Luis Manuel Muñoz quiere mantenerse como magistrado del TET y sabe que muchos partidos políticos no verían con malos ojos que lo anterior sucediera, sin embargo habrá que ver si sus amarres locales le alcanzan y le permiten el respaldo y la fuerza que se requiere para que en el Senado bajo el control de Morena y Ricardo Monreal Ávila logre una evaluación positiva que le garantice la continuidad.

 

De entrada, le puedo comentar que un ex consejero electoral de nombre Mario Cervantes Hernández, que es considerado como un fiel operador priista y marianistas, pero que hoy está disfrazado de morenista, anda más que movido para impulsar a Dulce María Angulo Ramírez, otra ex consejera electoral, para que participe en el próximo proceso que se pudiera abrir para elegir a una magistrada en el Tribunal Electoral de Tlaxcala.

 

Lo absurdo es que Mario Cervantes que se desempeña como Coordinador Operativo de la Delegación de la Secretaría de Bienestar en Tlaxcala anda como loco presumiendo a los representantes de todos los partidos políticos las virtudes y el currículum de su queridísima amiga Dulce María Angulo para que la respalden en su intentona de volver a formar parte de la burocracia dorada del estado.

 

Cómo estarán las cosas que ese par de ex consejeros electorales con pésimos antecedentes en la organización de elecciones y en el manejo presupuestal del extinto Instituto Electoral de Tlaxcala lograron seducir a José Luis Ángeles Roldán, representante de Morena ante la autoridad electoral, para que ahora éste diga que la marrullera Angulo Ramírez es una buena carta para el TET cuando esa conflictiva abogada representa los intereses de la familia Ortiz y del PAC, pues hasta hace poco más de un mes seguía ostentando la representación de ese partido local ante el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones.

 

En unos días más conoceremos qué decisión se toma en el Senado en torno al lugar que quedará vacante en el Tribunal Electoral de Tlaxcala. Veremos si el labioso Luis Manuel Muñoz obtiene la anhelada ratificación o si los senadores optan por abrir un proceso para elegir y designar a una mujer que se sume al trabajo que seguirán llevando a cabo los grises magistrados José Lumbreras García y Miguel Nava Xochitiotzi.

 

La moneda está en el aire. Veremos si los senadores elevan el nivel de las autoridades electorales de Tlaxcala o siguen avalando propuestas mediocres.