En la antesala de la elección local y sin rumbo fijo por parte de los aspirantes a ocupar la silla principal de Palacio de Gobierno, con los tiempos electorales encima, la incertidumbre política y sin un líder moral estatal que los reagrupe, los operadores del marianismo, los que realmente saben ganar comicios, se encuentran sueltos y poco a poco se dispersan buscando otros aires y un nuevo grupo donde sus servicios sean solicitados y valorados.

Los rumores de que esa estructura electoral que mostró su eficacia en la operación política en el 2013 y en el 2016 ha dejado de tener dueño son cada vez más fuertes. Su trabajo siempre resultó positivo para sus jefes porque su mano nunca se veía y porque su intervención se hacía bajo las sombras y sin hacer mucho ruido.

Sin embargo, entre esos operadores también había uno que otro que se dedicaba a jugar no solo con los de casa, sino que sumaba a miembros de otros partidos políticos y a diferentes liderazgos identificados con otros proyectos políticos, lo cual se pudo observar más claramente cuando el hijo del creador de esa estructura, Marianito González Aguirre, buscó el voto popular para convertirse en diputado local por el distrito de Apizaco.

Uno de esos operadores que no ha dejado de presumir su cercanía con el ex gobernador Mariano González Zarur y que con el paso de los meses se ha mantenido vigente porque nunca abandonó sus zonas de influencia tanto en el medio rural como en el urbano, hoy en día se mueve a su conveniencia por en todo el primer distrito electoral federal.

Sin la tutela de los Marianos y en busca de nuevos aires, el llamado “médico” o “el vaquero” como algunos lo conocen, pero que responde al nombre de Jaime Rojas López, amigo del ex delegado de la Sagarpa, Ángel Hernández Olvera, empezó a generar ruido en algunos municipios de la mencionada zona del estado.

Se dice que a través de reuniones con líderes que llevan años operando a favor del PRI, ese mapache electoral les ha pedido que hoy se muestren cautelosos y tengan presente que el priista número uno de Tlaxcala no les cumplió, de ahí que deben pensar muy bien con quién jugarán en las elecciones del 2021.

Sin perder su estilo y fidelidad al priismo marianista y mostrando un enorme rechazo al actual grupo en el poder por no haberlo incorporado a la burocracia estatal que goza de ciertos privilegios, Jaime Rojas también anda caminando por la capital del estado para tratar de posicionar al eficiente ex subdelegado de la Sedesol, Agustín Bretón Stanquiewicz, como un aspirante a la candidatura a la presidencia municipal de Tlaxcala por la mega alianza opositora que busca conformar el PRI, el PAN y el PRD, la cual es impulsada por la alcaldesa capitalina Anabell Ávalos Zempoalteca.

Incluso, se menciona que ese personaje anda sondeando la posibilidad de ser incorporado como aspirante a regidor por el PRI, pues tiene elementos y trabajo para reclamar una posición que le permita crecer políticamente hablando.

Al ser un eficiente machi operador del PRI pero que guarda un enorme rencor a ciertos líderes de su partido en Tlaxcala, Jaime Rojas pudiera convertirse en una piedra en el zapato para muchos candidatos, de ahí que sería un error que el ex partidazo no aprovechara sus talentos y sus conocimientos que muy pocos tienen.

Aunque no lo crea, el mencionado operador ya tiene varias ofertas para apoyar a ciertos aspirantes a un cargo de elección popular, pues para muchos es una pieza necesaria que se debe tener si se desea obtener la victoria en los comicios del 6 de junio del 2021.

El PRI en Tlaxcala que dice dirigir el disminuido Noé Rodríguez Roldán está desmoronándose y cada día son más los operadores y militantes que están buscando otros aires partidistas. En otro momento le daré los nombres de los priistas que están trabajando para otros proyectos, porque sencillamente en su partido no los pelaron.