Dicen que al divo le salen como ronchas nomás de pensar que se tiene que reunir con el gobernador Ortiz. Otros aseguran que ya se vieron y lo que trataron fue lo del reparto de las notarías… a, pillo, no das paso sin huarache…
Ya no sabe uno a quién creerle. El gobernador Héctor Ortiz asegura que ya se entrevistó con su sucesor, Mariano González, y este asegura a sus íntimos que no quiere ver al que todavía despacha ni en pintura porque, siente que nomás de verlo, se quema ante sus amistades y ante el respetable…
De veras, así se las gasta el divo.
Si alguien no le cae, no para hasta humillarlo.
A ver, si quisiera ya se hubiese deslindado de los huevazos lanzados a los patiños, digo a los dirigentes de medio cuño de Convergencia el día que se animaron a venir a Tlaxcala a destituir ante los medios a Rubén Flores Leal.
Ya nos hubiese dicho que la supuesta charla en corto (o a través de un propio) tuvo que ver con el asunto de las notarías y su agandallada distribución dominada por los cuates de Héctor.
Pero no. Nunca lo hará. Prefiere matarnos de la curiosidad (ajá) y tenernos así, para comenzar cinco meses y medio. Y luego los próximos seis años.
Entonces qué. A poco nos vamos a esperar tanto tiempo para saber que a la peseta no se le va a hacer la secretaría de gobierno y que la más comentada es Anabel Ávalos. A poco nos vamos a quedar con las ganas de saber que a Turismo va a llegar uno de confianza de Joaquín Cisneros y que a la gente de Beatriz le van a cerrar las puertas al gabinete porque ella tuvo manga ancha en presidencias municipales y diputaciones.
Acaso no tenemos derecho a saber que Alejandro Guarneros, es el médico que puntea en la lista de aspirantes a suceder a Constantino Quiroz Pérez en la Secretaría de Salud.
O qué, de plano nos cree tan mal informados para no saber que una de las cuotas para su primo Poncho Sánchez Anaya, es colocar al otro Poncho, Brito Sánchez en la coordinación de información y relaciones públicas.
Pero como dice don Mariano, “si me molesta lo que dicen los periódicos, pues no los leo”.
Igual nosotros. Nos choca que nos tengan en ascuas. Entonces mejor no nos preocupamos si los datos estos que le platico ya los palomeó Mariano o, aunque no los palomee, de todos modos se van a dar.
Está bueno.
Es su oportunidad de sacar la frustración por el ayuno de doce años en el poder. Oye, doce años sumados a los ya corridos casi sin aceite de la bola de políticos, listos como perro afuera de la carnicería para cachar lo que sea, aunque se trate de un trozo de tortilla dura.
Y qué chistoso es escuchar las pláticas de, por ejemplo “el profesor y licenciado” (¿?) Femín Sánchez Varela, cuando dice cosas como, “no, ps.. nunca perdimos, nomás les dimos chance de darse las tres así, tantito…”
O de los cuates esos que bien que le hacen la barba al gobernador, pero conservaron su chamba votando por Mariano y nadando de muertito… uta, de estos hay así, así, que por un lado te dicen, “no, qué te pasa, si yo siempre he sido fiel a la causa orticista”, pero por el otro, te gritan: “oye, no manches… si yo siempre he sido priísta…”
Ajá, hijos de su Pink Floyd…
Ya tenemos la lista de gandallas, nadadores de muertito que ahí los ves cobrando puntualmente cada quincena, pero a la hora de saludar a Mariano, lo menos que le dicen: “amo, siempre estuve con usted, hágame lo que quiera, tome lo que guste de mi casa y mi familia (¡!) pero no me deje fuera de la nómina… a ver, déjeme besarle sus delicados piecesitos de hacendado… yo nunca diré que usted es un vil cacique… preferiría que un rayo me partiera o de plano que un toro me cogiera (un toro de lidia, verdad)”.
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