Mientras el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez decidió que Tlaxcala no se sujetará al semáforo epidemiológico que algunas entidades de la Megalópolis establecerán para dar seguimiento y definir el retorno a las actividades ante la pandemia de Covid-19, el secretario de Salud en el estado, René Lima Morales, optó por mostrarse insensible ante los efectos que ha dejado la enfermedad y que ha cobrado la vida de 180 tlaxcaltecas.
Las medidas anticipadas que se establecieron en Tlaxcala desde el pasado 16 de marzo y que han implicado más de 80 días de confinamiento quizá no fueron tan efectivas, porque en la entidad no bajan los contagios ni se ha frenado el número de personas fallecidas por coronavirus, lo que también demuestra que las millonarias jornadas de sanitización emprendidas por las autoridades estatales y municipales no sirvieron para bajar la incidencia de infectados.
La Ciudad de México, el Estado de México, Puebla, Morelos e Hidalgo se ceñirán a un sólo semáforo epidemiológico que pondrán en marcha en coordinación con el gobierno federal, siendo Querétaro y Tlaxcala las únicas entidades de esa gran zona metropolitana las que recurrirán a su propia realidad para determinar la fecha en que estarían en condiciones de reanudar gradualmente las actividades hasta llegar a la nueva normalidad.
El mandatario tlaxcalteca sin recurrir a una violencia verbal o lanzar nuevamente una crítica al manejo de datos y proyecciones de la pandemia de Covid-19 por parte de Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Secretaría de Salud federal, optó por no sumarse a ese semáforo y anunciar que el aislamiento social y la sana distancia se mantendrá porque no existen condiciones para suspender tales medidas de protección, decisión que resulta acertada y que demuestra el interés por garantizar la salud y la vida de los habitantes de la entidad que gobierna.
Marco Mena sabe que los 1103 contagios confirmados de coronavirus son motivo de preocupación, así como las 180 muertes que hasta ahora ha provocada esa mortal enfermedad, porque esos fallecimientos pesarán y los tlaxcaltecas no los olvidarán tan fácil.
De ahí que la actitud asumida ayer por el ineficaz secretario de Salud de Tlaxcala, René Lima, durante la conferencia de prensa semanal para tratar el tema de la pandemia resultó poco acertada, pues si bien es positivo que en el estado haya 766 personas que se han recuperado de la enfermedad de Covid-19, la realidad es que habría que ver cuántas de ellas lo hicieron en los hospitales de la dependencia y cuántas lo hicieron en sus casas y con ayuda de sus familias.
Resaltar ese dato y minimizar las 180 muertes de pacientes por coronavirus no fue lo mejor, porque hay familias tlaxcaltecas dolidas por la pérdida de un familiar y porque hay otros pacientes con distintos males que han empezado a fallecer porque simplemente dejaron de recibir la atención médica en los hospitales estatales y federales que tenían antes de que se hiciera presente la pandemia.
Lima Morales conoce muy bien que no todos los pacientes de Covid-19 son tratados igual. Los recomendados y amigos de líderes sindicales o funcionarios estatales reciben un trato preferencial, mientras que hay otros que son simples ciudadanos que son enviados a sus casas a enfrentar solos la enfermedad.
Ejemplos de lo arriba señalado existen y en cualquier momento se pueden documentar.
Por lo pronto, urge conocer los detalles del semáforo epidemiológico que establecerán las autoridades tlaxcaltecas a fin de ir visualizando las probables fechas en que se podrían reanudar las actividades.
No descarte que el confinamiento social en Tlaxcala se mantendrá aún durante el presente mes.
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