Una pregunta que muchos se hacen y que pocos han obtenido una respuesta, tiene que ver sobre cuando saldrán a relucir en Tlaxcala las pugnas internas en la administración del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, las cuales han implicado la salida de varios personajes del gobierno federal por no estar de acuerdo con el manejo gubernamental y de ciertas políticas impuestas por el tabasqueño.
Tlaxcala no es ajeno a la disputa interna del poder que se vive en el gobierno federal y en el partido de Morena, pues aunque los funcionarios federales lo nieguen al igual que los senadores, diputados federales y locales, así como los líderes estatales de ese instituto político, la realidad es que la lucha por conservar el dominio y la autoridad en el estado prevalece y conforme pasa el tiempo se hace cada vez más evidente.
El gobierno federal que controla el presidente López Obrador ha enfrentado la renuncia de importantes funcionarios como secretario el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, el director general del IMSS, Germán Martínez, el responsable del Instituto Nacional de Migración, Tonatiuh Guillén, la secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Josefa González Blanco, el subsecretario de Turismo, Simón Levy, la subsecretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Patricia Bugarín y otros.
Esos ex colaboradores simplemente fueron sujetos a grillas internas alentadas por personajes cercanos al presidente AMLO o no aceptaron la excesiva política de austeridad del gobierno federal.
En Tlaxcala se replican esos pleitos y confrontaciones. Aunque no han cobrado la renuncia o el despido de algunos funcionarios federales, es muy probable que esas disputas pronto suban de tono al grado que su jefe político deberá poner orden antes de que esa rivalidad se salga de control.
Si bien Lorena Cuéllar Cisneros tiene la representación del gobierno federal y es la encargada de los Programa de Desarrollo, la verdad es que no ejerce un total liderazgo y ni tiene el control de la administración de López Obrador en Tlaxcala, porque no todos los funcionarios designados hasta el momento son de su equipo y porque algunos de ellos se resisten a obedecerla.
La estructura de Morena que logró posiciones en las delegaciones federales suele ignorarla y moverse fuera de la órbita de poder de Lorena Cuéllar. Además, la representante del gobierno de AMLO siempre sufre embestidas y críticas de parte de los senadores de Morena, Joel Molina Ramírez y Ana Lilia Rivera Rivera, así como de otros personajes que forman parte de la llamada cuarta transformación como el diputado federal José de la Luz Sosa Salinas conocido como “Pepeluche”.
Pese a la rebeldía que Lorena Cuéllar ha encontrado en las delegaciones federales que aún funcionan en la entidad, hasta el momento ha cumplido con el trabajo e instrucciones del presidente Andrés Manuel López de lograr la adecuada operación de siete programas sociales, aun con la resistencia de los Coordinadores Regionales del Gobierno Federal en Tlaxcala (Baldemar Cortes Meneses, Isela Rojas Amador, y Jorge Atristain San Germán) que cada que pueden se muestran renuentes a sumarse a ese trabajo.
Las pugnas internas no son buenas y sería un gravísimo error dejarlas crecer en Tlaxcala.
Una más del Pepeluche
Un diputado federal que pronto podría perder la calma es José de la Luz Sosa, quien no sabe cómo evitar un problema legal y la presión de ciertos ciudadanos que lo están buscando para exigirle que les regrese el dinero que le entregaron para financiar la construcción de algunas viviendas.
Al arranque de su precampaña para convertirse en legislador, el lenguaraz político anunciaba con bombo y platillo un programa para ayudar a ciertas familias a construir su casa, pues según él ese proceso lo llevaría cabo con la ayuda de la supuesta organización internacional llamada “Águila Real”, la cual aportaría fondos para edificar viviendas para personas de escasos recursos económicos.
Fue así como ese fanfarrón utilizó ese fantasmal programa como bandera política y hasta decía que se dejaría de llamar José de la Luz sino cumplía.
Los incautos se dejaron sorprender y entregaron recursos al Pepeluche, quien los utilizó para financiar su campaña a diputado federal e impulsar su carrera política. El tiempo pasó y de las casas no se supo nada y menos de José de la Luz Sosa que fiel a su estilo recurrió a mentiras para evadir su responsabilidad y su promesa.
El bragado diputado hoy simplemente se esconde y lo que es peor asegura que él nunca prometió casas y menos que haya recibido dinero de los tlaxcaltecas que confiaron en él.
Los afectados ya recurrieron a la justicia y están en espera de que las autoridades de la PGJE investiguen ese caso de fraude. Tan es así, que los agentes de la policía de investigación ya han acudido al lugar donde operaban las oficinas del hoy legislador federal para preguntar por él y por algunos de sus colaboradores que también fueron señalados como responsables de esa sucia estafa.
Con esos antecedentes difícilmente Pepeluche podrá lograr su fantasía de convertirse en candidato al gobierno de Tlaxcala. O no.
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