En poco más de 24 horas se comprobará cuál es el ánimo del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, respecto al desempeño de sus funcionarios en Tlaxcala, porque las plumas oficialistas fueron instruidas para decir que el trabajo del gobierno federal en la entidad es muy malo al grado que esa situación le podría costar la chamba a la “superdelegada” Lorena Cuéllar Cisneros.
El gobierno de estado se equivoca y comete un grave error al jugarle al bueno y al malo, porque su chafa estrategia de mostrarse servil y al extremo colaborador para organizar la visita que realizará López Obrador mañana viernes en la plaza de toros Rodolfo Rodríguez “El Pana” ubicada en Apizaco y de generar un mal ambiente que se puede comprobar con el excesivo golpeteo mediático hacia Lorena Cuéllar y al gobierno federal le puede salirle contraproducente porque su actitud no pasa desapercibida para el equipo del presidente.
Si el trabajo de Cuéllar Cisneros como encargada de los Programas de Desarrollo y representante del gobierno federal es pésimo o deficiente como dicen sus críticos por consigna, seguramente el mandatario del país no tendrá ningún problema en reconocer esa inconsistencia y quizás hasta decida nombrar a un nuevo funcionario que lleve a cabo esa encomienda en Tlaxcala de una menara más eficiente, pero si los avances de las acciones de su administración son aceptables y hasta ahora han cumplido con las metas establecidas seguramente lo dirá y reconocerá el trabajo de sus colaboradores.
Pronto veremos que versión es la real. Andrés Manuel López Obrador no es un presidente que le guste la simulación. Difícilmente se le puede engañar y por lo tanto la estrategia de montar protestas a modo –con ayuda de connotados morenistas- contra Lorena Cuéllar seguramente no prosperará, de ahí que lejos de dañar la imagen de la “superdelegada” seguramente la fortalecerán ante los ojos del presidente de México.
De acuerdo con la información disponible, hasta este momento el gobierno federal de López Obrador ha beneficiado a más de 220 mil tlaxcaltecas con la entrega global de más de 742 millones de pesos que han sido distribuidos en siete programas sociales.
Si ese avance es malo y el trabajo realizado en Tlaxcala por los funcionarios federales encabezados por Lorena Cuéllar es mínimo y deficiente, lo justo es que sea despedida, pero si es aceptable y eficiente también que se diga para que se reconozca que el gobierno de AMLO si está cumpliendo con los ofrecimientos que se hicieron durante la campaña presidencial de hace un año.
La visita del presidente dará mucho de qué hablar y más cuando la sucesión por el gobierno del estado está en marcha.
Los mensajes del gobernador Mena
El gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez sin salirse de su estilo ha enviado en los últimos días algunos mensajes para dejar en claro que su administración está en sintonía con el gobierno federal y que abrirá el juego de la sucesión a priistas que no estaban al cien por ciento identificados con su grupo político.
Aprovechando la próxima visita del presidente López Obrador, el mandatario tlaxcalteca hizo la presentación oficial del Programa Supérate, con el cual su gobierno pretende combatir la pobreza extrema.
Ese programa busca entrelazarse con los programas federales a fin de generar una serie de oportunidades para 74 mil tlaxcaltecas que viven en pobreza extrema. La intención es que en un plazo de dos años la suma de recursos estatales y federales permita mejorar sustancialmente las condiciones de vida de esas personas.
El gobierno de Mena encontró la forma de empatar un programa estatal con las acciones federales y de esa forma entrar en el ánimo del gobierno federal, que habrá que ver si facilita la operación del Programa Supérate o lo obstaculiza para evitar compartir los logros que se puedan tener.
Por lo pronto, no dude que el mandatario tlaxcalteca aprovechará la presencia de AMLO para destacar y hablar del Programa Supérate.
Por otro lado, le cuento que la actitud del gobernador Marco Mena hacia la presidenta municipal de Tlaxcala, Anabell Ávalos Zempoalteca, a quien ha apapachado en los últimos días no ha pasado desapercibida para la clase política.
En la presentación del Programa Supérate se le vio a la alcaldesa capitalina sentada muy cerca del mandatario mientras otros aspirantes a la candidatura del PRI al gobierno del estado fueron relegados.
Ayer, el gobernador aceptó inaugurar diferentes obras en el municipio de Tlaxcala, las cuales se llevaron a cabo con recursos propios del ayuntamiento, es decir, es la primera vez que el mandatario acompaña a un alcalde a dar el banderazo a obras ejecutadas sin recursos del gobierno estatal.
El trato amigable y camaradería que se observó durante la gira que Marco Mena y Anabell Ávalos encabezaron fue notoria, así como la ausencia de otros miembros del gabinete que buscan la candidatura al gobierno de estado como el secretario de Educación, Manuel Camacho Higareda, la encargada de los festejos de los 500 años del encuentro de dos culturas, Anabel Alvarado Varela y el responsable del Sepuede, Florentino Domínguez Ordoñez.
Pareciera que el gobernador ya dio su visto bueno a la presidenta municipal de Tlaxcala para que se mueva y participe en la búsqueda de la candidatura del PRI al gobierno del estado, sobre todo cuando se sabe que esa priista es hasta ahora la mejor posicionada.
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