Dos de las áreas más sensibles del gobierno del estado, la Secretaría de Gobierno y la Procuraduría General de Justicia en el Estado han tenido en lo que va de la actual administración una inusual rotación de titulares, pues en la primera han pasado ya cuatro personajes y en la segunda está por conocerse el tercer responsable de una dependencia que tiene múltiples pendientes.

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Los ajustes en el gobierno del estado no han terminado y éstos seguirán una vez que el Congreso del Estado designe al nuevo procurador de Justicia. La evaluación de los miembros del gabinete legal y ampliado sigue, por lo que no se descartan cambios, principalmente de aquellos funcionarios que no han entregado resultados o que de plano han cobrado sin hacer nada.

Por lo pronto, ayer el gobernador de Tlaxcala Marco Antonio Mena Rodríguez envió la terna al Poder Legislativo para que los diputados designen al tercer procurador de Justicia que tendrá la entidad en 20 meses.

El primero en ocupar esa dependencia fue Tito Cervantes Zepeda, quien nunca pudo asumir el control total de esa área del gobierno menista, pues los marianistas se atrincheraron y pusieron obstáculos para no perder sus privilegios y sus cotos de poder.

Después llegó el hermano de Margarito Pérez Carro, el ex funcionario de la PGR conocido como José Aarón Pérez Carro, quien paso sin pena ni gloria por la PGJE al estar por poco más de cuatro meses como titular de esa instancia, la cual abandonó en los primeros días de julio para ocupar la Secretaría de Gobierno donde ahora sí se ve su mano y su operación.

El próximo procurador saldrá entre José Antonio Aquiahuatl Sánchez, Nemesio Flores Santander y Betinia Pérez Pluma. De no existir sorpresas, el primero que se desempeña como subprocurador será el elegido.

Al parecer las otras dos propuestas van de relleno en la terna, aunque no descarte que entre esos dos abogados termine saliendo el subprocurador y la fiscal anticorrupción.

Corresponderá a la agonizante legislatura local designar al nuevo procurador de Justicia. Arnulfo Arévalo Lara, nuevo líder de los diputados priistas tendrá bajo su responsabilidad esa operación, la cual podría complicársele si comete el mínimo error, pues sus compañeros andan sensibles no sólo por la derrota electoral del pasado 1 de julio que sufrieron algunos de ellos, sino porque sienten que el gobernador no ha tenido las atenciones que se merecen o la promesa de que serán incorporados a la administración estatal una vez que dejen sus curules.

La Procuraduría General de Justicia en el Estado necesita estabilidad y el nuevo responsable tendrá que dar resultados en el corto plazo, ya que no puede seguir acumulando expedientes y casos sin resolver y encontrar pretextos para justificar la ineficiencia de una dependencia que goza de un enorme desprestigio.

Con la llegada de Pérez Carro a la Secretaría de Gobierno y la virtual designación de José Antonio Aquiahuatl como procurador de Justicia, se dice que ahora sí se llevará a cabo una limpia de marianistas en ambas dependencias al comprobarse que los funcionarios ligados a ese grupo insisten en poner piedras en el camino a la administración de Mena Rodríguez.

Agosto será un mes donde los cambios seguirán, de ahí que habrá que ver si éstos llegan a los titulares de las secretarías que simplemente salen reprobados en sus evaluaciones.