Tlaxcala forma parte de los estados como Hidalgo, Puebla y Veracruz donde por desgracia se comenten el 60 por ciento de los robos a camiones de carga y ferroviario a nivel nacional. Las bandas dedicadas a llevar a cabo esos ilícitos pareciera que han tomado la medida a las autoridades que se muestran incapaces para combatir esos delitos que provocan pérdidas millonarias.
El desmantelamiento que sufrió la policía estatal durante la pasada administración que encabezó el malhumorado Mariano González Zarur hoy le está cobrando la factura al gobierno de Marco Antonio Mena Rodríguez, que deberá agilizar el proceso para aumentar el número de elementos y reforzar las acciones de vigilancia antes de que la inseguridad se desborde y genere más problemas.
La percepción que se tiene es que el encargado de la Comisión Estatal de Seguridad, Hervé Hurtado Ruiz, no ha podido con el paquete y la encomienda para detener a los delincuentes, pues desde que asumió el control de la dependencia los indicadores revelan que la incidencia delictiva se ha incrementado pese a las “inteligentes estrategias” que se han puesto en marcha.
Enrique Armando González Muñoz, presidente de la Canacar no tuvo problemas en describir el grave problema de inseguridad que vive Tlaxcala en materia de robo a camiones de carga y de trenes.
Durante su visita a la entidad para firmar un convenio con el gobierno del estado para instalar un moderno centro de capacitación para operadores del transporte, el empresario reveló que del 2017 al 2018 ese tipo de delitos se ha incrementado en 117 por ciento, pero que de seguir esa tendencia se espera que esa cifra se eleve aún más.
En el gobierno de Héctor Ortiz Ortiz Tlaxcala cumplía con los estándares de tener 1.8 policías por cada mil habitantes, sin embargo al recibir la administración el hacendado Mariano González le pareció un exceso lo que se gastaba en la nómina de los uniformados y ordenó el despido de elementos para adelgazar esa fuerza casi al 50 por ciento y lograr ahorros que hasta ahora se desconoce a donde fueron a parar.
Hoy Tlaxcala tiene 1 policía por cada mil habitantes. El déficit de elementos es evidente y eso explica porque el crimen organizado opera con total impunidad en un territorio donde ha ganado espacio.
Y si tenemos un reducido cuerpo de policía, valdría la pena que alguien explicara si es cierta la versión que los uniformados bajo el mando el sensible Hervé Hurtado están obligados a ofrecer seguridad especial a los trenes de la empresa Ferrosur que cruzan por varios municipios tlaxcaltecas.
Se dice que hasta hace unas semanas la empresa de seguridad privada CUSAEM del Estado de México era la responsable de vigilar los vagones, pero que sus servicios ya no fueron requeridos una vez que la seguridad y el contrato pasó a manos de la policía estatal que hoy se esmera en cuidar a los trenes.
Si es cierto o no pronto lo sabremos, pero lo que es una realidad es que hay elementos de la policía estatal que se suben armados en los vagones para llevar a cabo acciones de vigilancia, lo cual no debería suceder porque los elementos no están para custodiar a un tren cuando para eso existe los servicios de la policía industrial y bancaria.
En materia de seguridad estamos mal y lo peor es que no hay indicios de que las cosas vayan a cambiar o a mejorar.
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