Debe estar alejado de la pachanga en que devino el OFS y, opuesto al bodrio de la Secretaría de la Función Pública, en manos de un veterinario.


Ojalá el ofrecimiento del gobernador Héctor Ortiz, de no permitir desvío de recursos para favorecer a algún candidato, contara con la certificación constante de instancias probadamente imparciales.

En la misma proporción en que las acciones de este gobierno son monitoreadas por el calderonismo yunquista a través de la implantación del terror deberían, organismos ciudadanos, hacerse cargo de observar no sólo a la administración local, sino a los funcionarios federales, cuyas manos, por obligación deben estar completamente limpias.

Es la presencia inútil del centro en los estados. La duplicidad de mandos, lo mismo en labores de inteligencia que, en el campo, las comunicaciones, el agua, la leche para los pobres, en fin… que la oferta del mandatario se acompañe de informes constantes respecto al comportamiento de servidores públicos, estatales y también federales.

Me habría gustado más escuchar que la búsqueda del poder obedece al desbordante oficio de servir a la gente y, a la creatividad como mecanismo que refresque el desértico campo de la democracia en la entidad. Pero además de escucharlo, confirmarlo con toda una trayectoria que, extrañamente habla de una lucha permanente por abatir la pobreza.

Hay, entre el electorado tlaxcalteca la justificada creencia de que estas semanas por venir son harto benéficas para las maltrechas familias. Es en estos días cuando se reparten desde despensas hasta casas, dependiendo del interés que cobre la actuación de quien puede ser un activista o un simple voto cautivo.

¿Por qué los beneficios en temporada electoral?, ¿Por qué no es una constante que deje atrás a la complicidad colectiva?… tú haces como que me convences y yo, como que te doy mi voto, en la misma forma como lo hemos hecho elección tras elección.

Recordemos que el mismo que hoy ofrece no desviar recursos, es el que creó el sistema legal electoral extremo, como otra expresión del terror en contra de quienes ocupan lugares importantes en el IET, en la Sala Electoral.

Que él hubo de ceder ante el firme manotazo de Calderón, quien exigió los mejores resultados para la que hoy reclama el cambio generacional.

La manera como se decide el futuro de un estado queda fuera de nuestro alcance pues somos simples ciudadanos. Pero siempre hay voces que podrán recordar a esos que lleguen al poder que, no tienen de otra más que comprometerse con el verdadero desarrollo, aunque eso no caiga bien a sus planes personales y de grupo; a sus proyectos de mediano plazo con la mira puesta en 2012.

Una contraloría ciudadana, que nada tenga que ver con la pachanga en que se convirtió el Órgano de Fiscalización Superior (OFS) o, el bodrio de la Secretaría de la Función Pública, deben ser creados cuanto antes, para comprobar si las palabras de quien hoy toma la iniciativa para no desviar recursos, cumpla con su palabra.

Mas si las tentaciones y los miedos lo inhiben de cumplir, que existan formas ciudadanas, tan poderosas que no le den más alternativa que cumplir cabalmente con su obligación constitucional.