La elección la ganará el candidato que cometa menos errores durante la campaña constitucional. En mayo se comprobará que tan ciertas son las lealtades que hoy todos se dicen tener.
Las campañas de los candidatos a la gubernatura de Tlaxcala deberán ser manejadas quirúgicamente a partir de este momento, pues un error en la estrategia y en la operación podrá significar la derrota.
Si bien diferentes estudios de opinión realizados para medir el posicionamiento e intención del voto entre los habitantes de Tlaxcala revelan que tanto Adriana Dávila, Minerva Hernández y Mariano González pueden ganar los comicios, lo cierto es que ninguno puede presumir una ventaja que sea determinante para sus aspiraciones.
Los tres políticos tlaxcaltecas han tenido aciertos hasta este momento. Adriana Dávila mostró posicionamiento y presencia electoral por si sola sin la ayuda de la estructura del gobernador Héctor Ortiz . Minerva Hernández ha mantenido su trabajo a ras de tierra por todo el estado y logró una alianza del PRD con Convergencia y el PT pese a los intentos oficiales por reventar esa coalición. Mariano González se alzó con la candidatura en el PRI sin que ese proceso provocara fracturas, aunque habrá que ver si tan grave o no resulta la ruptura con Rosalía Peredo.
Los procesos internos de los partidos son diferentes y en la campaña constitucional se observará una nueva realidad. Los discursos serán diferentes, la imagen de los candidatos cambiará y las estrategias para captar el voto de los indecisos serán determinantes, así como las alianzas que se pacten y que se traduzcan en compromisos reales.
Por ejemplo, dicen los que conocen a Beatriz Paredes Rangel, que si la líder nacional del PRI apoya a Mariano González con el mismo coraje y determinación que utiliza para impulsar la candidatura de María de las Nieves García a la presidencia municipal de Oaxaca, es factible que Tlaxcala sea gobernada nuevamente por el tricolor.
Si Beatriz Paredes tiene su corazon puesto en Oaxaca donde enfrenta al gobernador priista Ulises Ruiz Ortiz, quien pretende que la nominación a la alcaldía de esa ciudad sea para su ex secretaria de Turismo, Beatriz Rodríguez Casanovas, lo lógico sería ver que la lideresa nacional del PRI también siente algo por su estado natal y que buscará derrotar a la candidata del gobernador Héctor Ortiz y del preisdente Felipe Calderón.
Las campañas iniciarán formalmente el 6 de mayo y desde ese momento se verá quienes simulan apoyos y quienes están comprometidos con los proyectos que dicen respaldar. Obvio esto incluirá al mismo gobernador panista Héctor Ortiz, quien en la lucha por la gubernatura puede ser el que incline la balanza, pues a pesar de su nivel de rechazo hay que reconocerle que es un buen operador electoral.
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