Las primeras dos semanas de las campañas dejaron saldos negativos para los candidatos a senadores y diputados federales de las tres coaliciones que buscan el voto de los tlaxcaltecas, porque se encuentran a la deriva dependiendo al cien por ciento de las estrategias que lleven a cabo sus abanderados presidenciales.
Una primera conclusión que ha dejado el arranque de las campañas para el Senado y las diputaciones federales es que las alianzas se equivocaron en la designación de sus candidatos a esos cargos, pues ninguno resultó atractivo para los electores o representó un liderazgo con arrastre propio que le permitiera moverse en su propia órbita de influencia.
Han pasado dos semanas de las doce que se tienen para hacer campaña y la decepción hacia los abanderados que solicitan el voto de los ciudadanos y ciudadanas es evidente, porque basta con ver las críticas de los usuarios de las redes sociales hacia sus propuestas y trayectorias para saber que son rechazados.
La priista Anabel Alvarado Varela se voló la barda con su propuesta de presentar 300 iniciativas en caso de llegar al Senado, cuando no tuvo la capacidad de concluir su periodo como diputada federal y de presentar al menos 50 iniciativas en el año y medio que estuvo en el puesto.
A su compañero de fórmula, el mediocre ex secretario de Gobierno que fue corrido por su tibieza, Florentino Domínguez Ordoñez, nadie le cree su interés por la educación, pues cuando fue líder del bse dedicó a sangrar las finanzas del sindicato para ampliar y modernizar su rancho, así como para beneficiar a sus amigos con las plazas que controlaba el poderoso gremio magisterial.
A la ex perredista y hoy panista metida de nuevo en el partido del sol azteca, Minerva Hernández Ramos, quien aspira a llegar al Senado por la coalición por México al Frente, presume su trayectoria y experiencia, como si fuera un punto a su favor, lo cual resulta negativo para su persona porque los ciudadanos están hartos de políticos que se dedican a vivir del presupuesto y presumir honestidad cuando es todos lo contrario.
O como creer a políticos jóvenes como Sandra Corona Padilla, candidata a diputada federal por el tercer distrito de la alianza Todos por México que defiende a las mujeres y su participación en política cuando su papá J Carmen Corona Pérez, actual diputado local del Panal y ex líder del SNTE, paga fuertes cantidades a reporteros del sur del estado para “pegarle mediáticamente” a Lorena Cuéllar Cisneros, abanderada de Morena al mismo cargo.
Esa actitud cobarde y mediocre, también la ha replicado el pegaazulejos Juan Carlos Sánchez García “El Saga”, quien no supera su frustración de no haber sido aspirante a la diputación federal por el distrito antes mencionado.
El próximo domingo se realizará el primer debate presidencial de los tres que tiene previsto el INE. La coalición electoral denominada Todos por México y su candidato José Antonio Meade Kuribreña están obligados a salir airosos ante las pésimos resultados que han tenido en las primeras dos semanas de campaña.
Aunque los priistas quieren vender la idea de que Meade Kuribreña ya se ubica en el segundo lugar de las preferencias o que encabeza las tendencias en Tlaxcala, la realidad es que el ex secretario de Hacienda lejos de crecer perdió puntos y se mantiene en el tercer sitio en la carrera presidencial.
Lo anterior se replica en Tlaxcala y por eso es primordial que el candidato del PRI a la presidencia de México destaque y gane el debate. Si triunfa en ese ejercicio y hace un buen papel su campaña y la del resto de los candidatos a las senadurías y diputaciones federales recibirán oxígeno puro que les urge para meterse en la lucha por esos cargos.
Sin embargo, es un hecho que el PRI percibe una elección muy complicada para retener el control de la presidencia y del Senado. De los 128 lugares que están en juego para la Cámara Alta del Congreso de la Unión, el partidazo considera que podría tener 20 de ellos, es decir, 35 posiciones menos a las que actualmente controla.
El partido de López Obrador espera tener mayoría en el Senado con 55 representantes, mientras que el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano aspiran a sumar 44 posiciones y el resto para otras fuerzas políticas e incluido un independiente.
Lo malo de esos análisis es que el PRI no incluyó a Tlaxcala dentro de los estados que podrían aportar al menos un senador para su próxima bancada.
Las campañas son un desastre.
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