Aunque las autoridades estatales pretenden negar la presencia del crimen organizado en Tlaxcala, reportes de inteligencia confirmarían que en la entidad hay operaciones de dos cárteles que tratan de ganar terreno, de ahí el aumento de algunos delitos como los homicidios, el narcomenudeo, el robo de negocios, automóviles y casas, así como el atraco de unidades de transporte de carga.
Tlaxcala no puede quedar ajena a la expansión e influencia negativa que en los últimos meses ha tenido el crimen organizado en el país. Tras enfrentar la fuerza del Estado en ciertas regiones, los delincuentes deciden trasladar sus operaciones a otras entidades donde empieza a generar un clima de inseguridad que de inmediato afecta a los ciudadanos y a las autoridades.
Existen reportes de las diferentes áreas de inteligencia que confirman que en nuestro estado hay presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que poco a poco ha ganado terreno en los municipios tlaxcaltecas aledaños a la ciudad poblana de San Martín Texmelucan. Los miembros de esa organización han sido ubicados desde Ixtacuixtla, Nativitas, Papalotla y Tetlatlahuca hasta Calpulalpan.
En esas zonas el robo de vehículos, los asaltos en carreteras y el narcomenudeo han aumentado, así como la presencia de huachicoleros.
En el oriente de la entidad y en municipios como Altzayanca, El Carmen Tequexquitla, Huamantla y hasta la zona de Tlaxco operarían Los Zetas, una organización criminal que si bien tenía influencia en los estados del norte del país ahora la ha expandido a otras entidades como es el caso de Tlaxcala.
Hasta ahora ambos cárteles parecen están conformes con la división que lograron del territorio tlaxcalteca, sin embargo sus actividades ya prendieron los focos de alarma en el gobierno y entre los habitantes que hoy padecen sus operaciones ilícitas.
Y que mejor prueba para demostrar el hartazgo de los habitantes que lo sucedió el fin de semana en la comunidad de Villa Alta del municipio de Tepetitla. Los ciudadanos intervinieron violentamente para detener a cuatro presuntos criminales ajenos a la población que no sólo se dedicaban a la venta de drogas, sino a cometer asaltos y llevar a cabo acciones de intimidación.
Los sujetos que al parecer eran oriundos de la Ciudad de México rentaban una casa en la mencionada comunidad, desde donde planeaban sus actos ilícitos y almacenaban la droga que comercializaban.
Otro ejemplo de la presencia que ha ganado la delincuencia organizada fue el atraco que el pasado viernes por la noche sufrió un negocio ubicado en Galerías Tlaxcala, el cual habría sido perpetrado por una banda de colombianos, misma que es responsable de otros ilícitos cometidos en otras zonas de la entidad.
A esas bandas de criminales sume la que opera en Apizaco y que es conocida como la de “Los Cagones”, la cual tiene azorados a los comerciantes y empresarios de la ciudad rielera, ya que los atracos a los negocios están a la orden del día.
Se dice que esa banda goza de la protección de comandantes de la Policía de Investigación de la PGJE, de ahí que actúan con total impunidad sin que nadie muestre en mínimo interés por detenerlos.
El talón de Aquiles de la actual administración es la seguridad. Herve Hurtado Ruiz, comisionado de Seguridad simplemente no ha podido con el paquete y el nuevo procurador José Aarón Pérez Carro necesita aplicarse a fondo si es que tiene la intención de entregar buenas cuentas, porque el tiempo avanza y su trabajo no se ve por ningún lado.
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