La paciencia está por agotarse y la decisión de remover a dos de los tres comisionados que integran el Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales de Tlaxcala (IAIP) podría ejecutarse de un momento a otro, debido a que la actitud de esos funcionarios ha sido de franca rebeldía y de reto al estado de derecho.
El diálogo que el gobierno del estado estableció como mediador en el conflicto que sostienen los comisionados del IAIP Marlene Alonso Meneses, David Cabrera Canales y Francisco Javier Morones Servín no ha prosperado, pues es evidente que uno de ellos se siente intocable y capaz de someter a todos a su estúpido capricho de ser el jefe aunque sea de manera espuria.
Ante el fracaso que tuvo la política y la negociación en ese caso, se ha llegado a la decisión de recurrir a la ley para poner orden ese organismo autónomo.
Los excesos cometidos por David Cabrera y Francisco Javier Morones que desconocieron a Marlene Alonso como presidenta del IAIP han agotado la paciencia del jefe político del estado, quien sin exabruptos mueve los hilos del poder para poner fin a esa disputa basada en una actitud revanchista y misógina.
Hasta donde se sabe, el Congreso del Estado ya tiene la instrucción de solucionar el problema que entra en su competencia y analizar los elementos jurídicos que permitan cesar de sus cargos al orticista Cabrera Canales y al panista de closet Morones Servín, quienes empezarán a vivir otra realidad una vez que han dejado de tener la protección de la influyente ex secretaria de Gobierno, Anabel Alvarado Varela.
La Procuraduría General de Justicia en el Estado sigue armando la carpeta de investigación iniciada contra ambos comisionados que fueron denunciados por Marlene Alonso, pero en especial contra David Cabrera, quien es acusado de usurpar funciones al ostentarse como presidente del Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales de Tlaxcala, cuando es obvio que nunca ha tenido el reconocimiento legal.
Se dice que hay elementos probatorios ante el Ministerio Público que demuestran claramente la violación a la ley por parte de Cabrera Canales, de ahí que el expediente es armado con facilidad al existir evidencias que encuadran el delito.
En las próximas horas se hará un último intento por encontrar una salida negociada al conflicto, pero en caso de no obtener un acuerdo entre los comisionados se optará por la guillotina que dejará al orticismo y al panismo sin posiciones en el Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales.
Pronto podríamos conocer una nueva faceta del gobierno de Marco Mena.
La consigan es no desembolsar ni un peso
Los académicos del el Colegio de Bachilleres de Tlaxcala tendrán la libertad de hacer paros técnicos y las manifestaciones de protesta que quieran para exigir el pago de prestaciones y adeudos salariales, porque la consigna que tiene la altanera directora general de ese subsistema educativo, Silvia Josefina Millán López, es no gastar ni un peso para satisfacer esas legítimas demandas.
La académica y experta en matemáticas fue adiestrada por su protector y amigo Manuel Camacho Higareda, secretario de Educación Pública, para dar largas a esa problemática y evadir cualquier compromiso que implique el pago de los adeudos reclamados por los docentes, bajo el argumento de que las finanzas del Cobat se encuentran muy dañadas.
Millán López difícilmente podrá lidiar con ese conflicto que tarde o temprano subirá de tono, porque su perfil “académico” y no político le impedirá enfrentar el malestar de los catedráticos que no están dispuestos a ceder en sus demandas.
Algo apesta en el Cobat porque no es posible que de un año a otro se haya matado la bonanza que existía. O no.
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