El nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia en el Estado (TSJE) resultó un toro manso que ya se acostumbró a vivir de las apariencias. Le encanta presumir aquí y en Puebla su cargo, pero por todos los medios trata de ocultar que la magistrada Elsa Cordero Martínez es la que sigue mandando en el Poder Judicial de Tlaxcala.
Si existió alguna expectativa de cambio o de transformación del TSJE con la llegada del poblano Héctor Maldonado Bonilla a la presidencia de ese poder, ésta se fue a la basura cuando se comprobó que el magistrado es la marioneta de Elsa Cordero.
Incapaz de asumir el control del Poder Judicial en Tlaxcala una vez que fue designado como presidente a principios de este mes, el marianista Maldonado Bonilla demostró que lo suyo es obedecer y que será el mejor instrumento para que la ex presidenta del TSJE mantenga el control y los privilegios que compartió en los últimos dos años con un reducido séquito.
Como funcionario en el gobierno del hacendado Mariano González Zarur nunca mostró personalidad o un dote de liderazgo, por lo que Héctor Maldonado siempre fue catalogado como un toro manso y castrado que no daría problemas, porque lo suyo es la obediencia y la sumisión.
Sin dimensionar que su llegada a la presidencia del TSJE se la debe a los marianistas y no la frívola Elsa Cordero, el magistrado Maldonado no pierde oportunidad para consentir y apapachar a su antecesora. Por esa razón decidió dejar en sus puestos a los recomendados de la magistrada para que sigan cobrando sus jugosos salarios, con lo cual la soberbia abogada garantiza el control del Poder Judicial.
Como secretario Ejecutivo del Tribunal se mantiene José Juan Gilberto de León Escamilla, en la Tesorería Floriberto Pérez Mejía y en la Contraloría del TSJE María de Lourdes Parra Carrera.
En la dirección de Recursos Materiales sigue Julieta Sánchez Rojas, como jefa de la Unidad de la Mujer permanece, Erika Cortés Zamora, en la dirección de Recursos Humanos, Judith Marqués, en la dirección del Archivo el marianista Mauricio Rugarcia y en la secretaría particular a una tal Monserrat.
Y para tener a todos contentos, Elsa Cordero antes de irse logró sumar a su selecto grupo a la representante del Poder Ejecutivo ante el Consejo de la Judicatura, Mildred Murbatian Aguilar, quien olvidó sus ímpetus fiscalizadores cuando su marido Miguel Ángel Sánchez Hernández fue contratado como jefe de Inventario del TSJE.
El magistrado Héctor Maldonado no trascenderá como presidente y su gestión será una prolongación más de los excesos cometidos en los últimos años. La verdad es que el papel de marioneta lo desempeña muy bien, ni hablar.
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De no existir algún cambio, será un compadre del ex gobernador Mariano González Zarur el que finalmente ocupe la contraloría interna del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones.
Aunque en este segundo proceso que lleva a cabo el Congreso del Estado para elegir a ese funcionario se inscribieron más personas, la realidad es que los dados se encuentran cargados a favor de Mario Sánchez Domínguez, ex director Administrativo de Cobat.
Patricia González Rojas, ex directora de Recaudación, Enrique Huitrón Sánchez, quien demandara a la CEDH por despido injustificado y Fernando Zamora González, responsable de una Unidad de Transparencia sólo son comparsas de un proceso legislativo que no tendrá credibilidad.
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