Los diputados priístas y aliados de la presidenta del Tribunal Superior de Justicia en el Estado, Elsa Cordero Martínez, no pudieron matar el tema de la no ratificación del ex magistrado Fernando Bernal Salazar, pues el dictamen que proponía negar esa posibilidad con argumentos muy débiles apenas si logró el apoyo de 10 legisladores.

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El Congreso del estado no pudo sacar el fallo que un juez federal le ordenó que emitiera sobre la ratificación o no del ex magistrado Fernando Bernal Salazar.

 La intención del grupo priista comandado por Mariano González Aguirre y la magistrada Elsa Cordero de dejar en la banca al abogado  fracasó, pues al menos hay 10 diputados del PRD y el PAN que están a favor de la ratificación del ex miembro del pleno del TSJE.

 Mariano y Elsa no tienen ya ningún empacho en mostrar su ambición para tratar de controlar al TSJE y garantizar la llegada del ex consejero jurídico y hoy magistrado Héctor Maldonado Bonilla a la presidencia del Poder Judicial. Hay indicios de que ellos buscan conformar un grupo priista que pretende hacer contrapeso al actual gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez.

 Hay que tener presente que el actual mandatario echó de la nómina a la mamá del magistrado Héctor Maldonado, María Inés Bonilla Sosa, quien hasta principios de este año se desempeñaba como titular de la Consejería Jurídica del Ejecutivo. También corrió al el arrogante Mauricio Rugarcía, director administrativo del Despacho del Gobernador, quien hace unos días fue contratado por Elsa Cordero en el TSJE.

 Rugarcía era uno de los funcionarios más cercanos al ex gobernador Mariano González Zarur y manejaba una nómina donde predominaban los aviadores.

Héctor Maldonado está sentido con el mandatario Marco Mena. Nunca ha negado que su lealtad y agradecimiento está con Mariano González Zarur que lo consintió a él y a su familia.

 La Comisión Especial Evaluadora encargada del caso del ex magistrado encontró que Bernal Salazar fue un impartidor de justicia en Tlaxcala que vulneró los derechos a los justiciables porque sus sentencias eran revocadas por jueces federales.

 Dicha comisión que es presidida por el priista Arnulfo Arévalo Lara también detectó que Fernando Salazar fue un magistrado improductivo.

 Al abogado que recurrió a la justicia federal para defenderse de supuestos excesos cometidos por la pasada legislatura, se le acusa de incurrir en el 2012 en un acto ilegal relacionado con el nombramiento de los jueces Mariano Reyes Landa y Juanita Munguía Herrera, pues Fernando Bernal voto para echar abajo tales designaciones cuando en la sesión del pleno del TSJE no existía quórum legal.

Elsa Cordero está empeñada en evitar el regreso de Fernando Bernal y para eso olvido su pasado perredista y morenista para hoy convertirse en una neopriista que busca la protección de Mariano González Aguirre, como si eso fuera suficiente para tapar las irregularidades financieras que ha cometido en el Poder Judicial.

 La hoy magistrada y presidenta del TSJE llegó a su cargo gracias al respaldo del PRD, partido al que ya le dio la espalda. Hace unos meses tuvo acercamientos con el instituto político que encabeza Andrés Manuel López Obrador para lograr  la candidatura de Morena al Senado, posición que se le escapó al comprobarse que no era una mujer seria y que se mueve conforme a sus conveniencias.

 Para sentirse protegida y cuidada una vez que deje la presidencia del Poder Judicial, Cordero Martínez optó por ponerse la camiseta priista y del grupo de Mariano González. Si no me cree cheque las últimas 34 contrataciones de personal que ha realizado en el TSJE y verá que la gran mayoría está ligada con el grupo del ex gobernador y que las personas carecen del perfil para los cargos que hoy ocupan.

Ayer en la noche terminó un episodio más de la novela del ex magistrado, de ahí que no se sabe cuál será el final de esta pantomima porque la justicia y la ley simplemente no se ven por ningún lado.