Llega con el apoyo casi unánime de los legisladores y tras un interesante desempeño, sin confrontaciones, con la oportunidad de limitarse a la correcta fiscalización
Los místicos dirían que hay un alineamiento interesante de planetas a través del cual, estaría renaciendo la dignidad en la disciplina de la fiscalización. Llegó Isabel Maldonado Textle, a la titularidad del Órgano de Fiscalización Superior (OFS) con una votación inmejorable de los diputados -30, nada mal eh- y hasta ella misma se ha dado el lujo de advertir protestas de otros aspirantes al cargo.
Su origen se remonta al primero de los auditores con el poder necesario para tener comiendo de su mano a legisladores, alcaldes y otros responsables de entes fiscalizables: el ya desaparecido Florentino Flores Xelhuantzi, dueño en su tiempo de la facultad de ayudar a los amigos o dejarlos ahogarse en el mundo de irregularidades, propio de todo estado financiero hecho con criterios de políticos improvisados y la complacencia de administradores condicionados.
Hay que advertir la disposición de la conta Chabela, para echar a su portafolio al dandy, el secre de oro, Enrique Valdés Aguilera, para armar con picaportes a las dramáticas cuentas públicas de un Ejecutivo dispuesto a contestar generosamente los gestos para aprobar lo inaprobable en otras condiciones.
Mas en este contexto de imperfecciones legales y manchirreformas que obedecen a una ingeniería adelantada para la mayor parte de la perrada en el poder, Chabelita (por petit) tenía que jugar sus cartas en una partida donde convergen intereses marianistas y orticistas en la materia contable.
Así, pudo escalar los primeros peldaños en esta carrera, que de plano la sentó en un trono, envidia de muchos y prosperidad económica de por vida para ella, un personaje enmarcado en el bajo perfil, y la constancia y la condescendencia, hasta conquistar el anhelado trofeo.
Digo que en sus manos tiene la devolución de la dignidad a la fiscalización porque, así en este mundo tlaxcalteca de las componendas y las negociaciones para aprobar las cuentas al estilo Mariano González, tiene la gran oportunidad de atender cada caso con base en esa obligación de cada autoridad, de rendición de cuentas en una administración ética.
Suena a utopía pero la frágil Chabelita va a estar el suficiente tiempo al frente del ente de las cuentas claras, no solo en la teoría, sino en una realidad aplicable al priísta, perredista o panista; al recomendado del nuevo gobernador o al insistente en presentar la tarjeta del que ya es cadáver.
El crispinazo
Cuenta la leyenda que algún secretario administrativo de legislatura organizó hace varios años la carne asada en La Cabaña –el desplumadero de la Feria de Tlaxcala- y sentó en la misma mesa a los legisladores y al entonces titular del OFS.
Verán que la convivencia en nada se parecía a los comelitones con don Flor, a quien era necesario hacer fila y llamarlo jefe, así se tratara del más fuerudo legislador. Al fin y al cabo todos tenían a sus recomendados, a sus atascados tesoreros a los pies de sus jefes los presidentes al estilo varguitas y demás faunas propias de esta parte del lodazal tlaxcalteca para revolcar al presupuesto.
No, para nada. Porque el secretario ese administrativo, dicen que se cambió de nombre –como de costumbre- luego de ingerir varios farolazos de wisky.
La mesa tenía un constante movimiento. O sea, unos iban al baño y los otros seguían ingiriendo. Hasta que a uno en particular le llamó la atención que el seguro de la puerta impedía el paso al sanitario.
Y como pudo abrió. Y lo que vio dentro no lo entusiasmó.
Dicen que fue así porque el anfitrión apretaba con sus manos el cuello del entonces frágil auditor. Pero sus días no iban a terminar en ese sitio, maloliente y concurrido. Y como pudo los separó.
No fue fácil porque el agresor estaba de veras encabronado. Imaginen la labor de la bebida con la ira incontrolada de alguien a quien con el tiempo le llegó un poder más que interesante.
Imagino que la convivencia aquella no fue la misma después de semejante episodio. Se ha de sentir horrible que el mismo que te invitó a la gorra haya tratado de mandarte al mundo de las calacas, pero así se las juegan en el mundo de las finanzas al estilo tlaxcalteca.
Otro contexto
Por eso insisto en que doña Chabela Maldonado Textle, debe desde un inicio conducirse con seriedad absoluta, inhibiendo el surgimiento de escenas como la bochornosa platicada aquí arriba.
Quien favorece a un grupo o partido lo tiene que hacer con todos.
Y lo que necesitamos en Tlaxcala es que las importantes cifras venidas de la Federación respondan a la oportunidad que tenemos, por ser el estado más pobre, de aprovechar esos dineros para mejorar nuestro nivel de vida y no para adquirir las fichas con las que se sientan a la mesa raterazos al estilo del que se va y copias al carbón… del alcalde de los caballos y la baraja… del alcalde del departamento en la Torre Trump… del de la réplica de la alberca en su rancho… del compadre de tal diputado, o protector de este otro.
Manchis en la Feria
Mírenlo, ahí va con su sonrisa franca y su ángel de hacendado que sobrevivió los seis años bajo la cascada. Espera el saludo espontáneo de cada expositor… algo así como: “estimadísimo gobernador, qué gusto”… como “Mariano… hombre, hermano, pásale”.
Para ser honestos, unos le devuelven la mirada, y asumen la actitud de: sí este es, condenado malquerido, ¡yo no le hablo!, y ven hacia otro lado cuando pasa el bigotón.
O sea, muchas ganas de darle la mano a un cuate que ya huele como a sepulcro con las mismas flores desde hace un mes… la neta no.
Pero él sabe que estas son parte de las pruebas para llegar a tierra firme, de manera parcialmente distinta a la suerte de Javier Duarte de Ochoa, echado de fea forma de un PRI cuyo 99.99 por ciento de militantes es bien honesto… oh, pues qué quieren eso es lo que dice el líder nacional de ese partido, Enrique Ochoa Reza.
Lo cierto es que los pobres son más pobres. Los bienes ya no caben en la valija del mismo. Y que el tiempo se agota, con un factor que lo acelera, llamada la fría de Tlaxcala.
Engorilados
Y ahí tienen ustedes a diez policías estatales separando a dos borrachos rijosos en la Feria. Ya, ya, tense sosiegos, les dijeron y luego los soltaron para que siguieran chupando.
Total, es la feria de los excesos, el mar turbulento donde el pez grande se come al chico… donde el dinero fluye, sin rendición de cuentas. Es el botín en manos del mismo, que feria tras feria se asume en ladino, barbero y ratero.
Post Views: 30