Dos coinciden en que Lorena va arriba; en que Adriana va para abajo, en que Marco Antonio crece conforme se sacude a Mariano y que Martha mantiene el bajo perfil

Lorena Cuellar, Adriana Davila, Marco Antonio Mena, Martha Palafox, Elecciones 2016

Son interesantes las fotografías de los momentos que vive este proceso rumbo al cinco de junio. Candidatos y partidos suben, bajan, acusan los efectos de sus errores o al contrario, se regodean porque alguna maniobra les dio puntitos.

El descontón de tres encuestas alborotó a la gallera. Una, la del lunes anterior en el Sol de Tlaxcala, con la malicia de quien arrojó la piedra manteniéndose apetrechado coloca en una escasa delantera a la panista Adriana Dávila, en empate técnico con la perredista Lorena Cuéllar Cisneros al priísta Marco Antonio Mena lo mandó a la tercera posición y a la morenista Martha Palafox la ubica en una cuarta posición.

Nadie dijo esta boca es mía. Y así dejaron dicho alacrancito en el pecho del imaginario colectivo.

Pero ayer otra maniobra volvió a meter ruido. Mañosamente en la página de Facebook del Partido de la Revolución Democrática (https://www.facebook.com/PartidodelaRevolucionDemocratica/photos/pcb.10154750336378574/10154750334853574/?type=3&theater) publicaron unas horas una encuesta bajo la autoría de Gii360. Por unas horas porque seguramente fueron apercibidos por la autoridad electoral.

Pero el descontón se dio. A Lorena Cuéllar Cisneros le atribuyen 29.10; mientras que 20.85 mencionó que votaría por Adriana Dávila y 15.17 por Marco Mena. Dicho estudio considera que 8.53 de las personas que respondieron al cuestionario apoyaría a Martha Palafox, 4.93 a Jacob Hernández, 2.46 a Algredo Jaramillo, 2.09 a Felipe Hernández y 1.80 por Federico Barbosa.

A, pero falta un tercer estudio, ya sin el pisa y corre de los anteriores. El realizado por el Gabinete de Comunicación Estratégica (http://gabinete.mx/index.php?option=com_k2&view=item&id=533:seguimiento-gce-Tlaxcala) si bien coloca al PRI a la cabeza en el capítulo: Voto por Partido, con 19.1 contra 13.1 del PAN, 13 del PRD y 8.8 de Morena, en la intención voto por candidato pone a Lorena a la cabeza, con 24.9, seguida de Adriana con 20.4, Marco con 11.7 y Martha con 8.3.

Para la encuesta de GCE, el voto negativo, o sea la pregunta ¿por cuál candidato nunca votaría?, se lo llevó el priísta Marco Antonio Mena con 28.3, seguido por Adriana 12.2, Martha 12.2, y deja en el cuarto sitio a Lorena con 6.9.

GCE volvió a preguntar la preferencia por los candidatos y obtuvo estas respuestas: por Lorena 24.9, Adriana 2.4 –ninguna se mueve- pero en cambio el priísta crece de 11.7 a 17.6, lo mismo que Martha Palafox de Morena, quien pasa de 8.3 a 13.7.

Coincidencias

1.       Consecuencias Adriana Dávila observa un comportamiento a la baja, pese a que antes detentó números favorables.

2.       Dos de estas encuestas colocan a Lorena Cuéllar a la cabeza.

3.       El priísta Marco Antonio Mena va al alza, lo mismo que su partido. Solo que también las menciones negativas lo agobian.

4.       Martha Palafox también crece, aunque no lo suficiente para dejar el cuarto lugar.

 

El discurso de la continuidad usado en un principio por el priísta Marco Antonio Mena, ha sido el peor lastre en su ruta al cinco de junio. Mostrarse aún sin percibirlo, como el patiño del odioso Mariano González Zarur, fue sin duda una autoflagelación innecesaria porque seguramente lo hacía para quedar bien con el hostigoso manchis.

Tarde o temprano tenía que cortar el cordón umbilical y alcanzar un equilibrio que lo librase de la historia inverosímil de la abuelita carbonera, en tanto la desvalorización propia tendiente a bajar al nivel de los pobres.

Marco tiene que aceptar que su llegada fue súbita. Hace unos meses aún disputaba el lugar con el subrepticio Ricardo García Portilla –quién recién pidió licencia en San Lázaro, seguramente emplazado por Mariano– y con Anabell Ávalos Zempoalteca.

Entonces no es lo suyo la cercanía con el pueblo. No es su culpa vivir el proceso de desconocido a intensamente promovido, así que su discurso podría ser más realista y de convocatoria para involucrar a los altos mandos de su partido, para tratar con inteligencia la caída en picada del presidente Enrique Peña Nieto, y sobre todo para sacudirse garrapatas y pulgas convidadas por Mariano.

Marco compite con una Lorena, en campaña desde 2010, cuando vivió la persecución de Mariano, quien la engañó prometiéndole apoyarla a cambio de cederle la candidatura al gobierno.

Meses de estar en el candelero en un atropellado proceso de iniciación no son suficientes para confrontar a los más de 75 mil atendidos por la fundación de Lorena, una herramienta que se vale de los pobres para sumar promotores, pero al fin y al cabo un medio del cual se vale en esta guerra sin cuartel en pos de los grandes negocios del gobierno.

Adriana, por qué a la baja

La abanderada del PAN optó por ganar violentamente la candidatura de su partido. Primero rompió a sus contrincantes, luego se declaró enemiga de las alianzas y finalmente encaró el airado reclamo de una militancia encabronada porque regaló a la priísta Guadalupe Sánchez Santiago, la pluri uno al Congreso local.

Uno la supone una estratega, mas catafixiar la perla negra del partido por un convenio de promoción con la radiodifusora de Apizaco, no solo sería negativo y poco inteligente. Yo diría que es estúpido, porque los costos con su ejército son impagables. Cómo van a aceptarlo los mandos medios haciendo fila desde hace años. Los hirió en el corazón. Un convenio de publicidad no lo vale.

Respecto a su declarada guerra contra las alianzas, Adriana no tuvo más alternativa que confrontarse con el gobernador de Puebla Rafael Moreno Valle. No solo era anteponerse a Lorena sino asumir un papel protagónico a manera de extensión de sus dueños, Felipe Calderón y Margarita Zavala, exigentes cobradores de aquella fortuna en 2010 –de la cual la mayoría no se ha aclarado- y sus intereses.

Así que la hábil senadora no tuvo mucho de donde escoger. Su reto fue pegarle a Moreno Valle para limpiar el camino a Margarita, y aprovechó para hacer lo mismo con Lorena.

Otras ocasiones, caos como este le redituaron ganancias. Hoy no. La dejaron sola, y por ejemplo es la fecha en que 25 candidaturas panistas a presidencias municipales están volando. Casi la mitad del estado, una minucia…

Así que su baja en las encuestas es resultado de la lógica.

Factor Peje

Parece que la candidata de Morena mantiene una estrategia de bajo perfil. Pero subir de 8 a trece, según GCE es un atributo por el cual nadie debería darla por muerta, pues esto apenas comienza.

Un factor que a diario la mantiene vigente es la esgrima de AMLO hoy, el más favorecido por los números rumbo a 2018.

No descartemos que se sume al boicot nacional en contra del Instituto Nacional de Elecciones (INE) en protesta por haber quitado el registro a David Monreal en Zacatecas y a Guillermo Fabela Quiñones en Durango.

Ese tipo de movimientos, de carácter nacional sacan a su lucha del agobiante contexto local, donde pareciera que los grupos y liderazgos de siempre comienzan a degustar el caldo de manipulación dado a grandes cucharadas a una ciudadanía mayoritariamente dispuesta a dejarse consentir con regalitos chatarra.

Conclusión

Interesante la cuasi clandestinidad de las encuestas. Que hoy ellas pierdan credibilidad porque pareciera que cada quien tiene a la empresa, siempre foránea para dar tendencias sin comprometerse localmente.

Esto deviene en un vulgar palenque con gallos borrachos, mal amarrados y con apuestas millonarias porque lo que está en juego son los jugosos, los millonarios negocios de un gobierno estatal que hace muy poco, gana muchísimo y tiene en la oposición (los acametitla, los montieles, los sesines y los cambrones) a viles mamarrachos con las manos extendidas para recibir su parte proporcional de estas linduras.

Por cierto, los organismos electorales, metidos en el lodo hasta abajito de las axilas.