Mariano no tiene más opción que el triunfo; no caben ni traiciones, ni voto diferenciado, ni errores de operación
Entre el CEN del PRI y el gobernador Mariano González Zarur, la liga se había estirado hasta casi romperse. Nos dicen que en una reunión, Ubaldo habría pronunciado un, «ya nos llevó la chin…» cuando su jefe reconocía a Anabell Avalos, como la favorita del centro. También estaba Sergio, el de Apizaco.
El parto se prolongaba, más de lo esperado. Y de súbito, el líder nacional del Revolucionaio Institucional, Manlio Fabio Beltrones Rivera, retiró todo argumento que cuestionaba al mandatario local.
¿Se había doblado ante la terquedad mariana?
En apariencia sí. Pero el fondo de lo que el sonorense justificó en una conversación telefónica es muy amplio. El propio Beltrones lo llamó, «estrategia política».
Nos parece que el CEN llevó a Mariano al límite. Descubrió su plan aliancista con la panista Adriana Dávila Fernández, para refugiarse en él ante lo odioso que le resultaba aceptar a Anabell, y optó por inmovilizar dicha alianza, haciendo público el voto de confianza a Mariano.
Esa versión de prian, la adrimanchi alianza, quedaba desarticulada.
Todavía la víspera hubo oportunidad de demostrarse más detalles, como el entronamiento del diputado local Angelo Gutiérrez mediante el voto de priistas y marianistas de la oposición, pero con la ausencia de panistas, abiertamente opuestos a premiar a Angelo.
Mañosamente fueron convocados por el mayordomo adrianista del PAN, Carlos Carreón. Se trataba de que sus propios compañeros de partido no exhibieran su rechazo a quien en ese momento era ungido como nuevo encargado de la caja del Poder Legislativo.
¿Campaña para perder?
Este viernes Adriana Dávila se registra como candidata del PAN a la gubernatura. Veremos de qué está hecha, y si es capaz de oponerse al continuismo mariano que significa más de lo mismo; terror laboral, devolución de recursos públicos, opacidad, monopolio de la obra pública.
Si su proselitismo se hace desentendido con el político puesto de pecho para que le peguen, nadie dudará del amasiato perverso.
Y aquí es dónde aplica la estrategia política de Beltrones… A ver Mariano, tienes todo para ganar. Nos respondes. Observaremos cada acto tuyo y de Marco Antonio. También de Adriana.
No nos vayas a salir con:
Cobros perjudiciales de facturas, voto diferenciado, traiciones de tus subordinados, fenómenos electorales o mediáticos que perjudiquen tu causa.
En otras palabras Mariano carece de cualquier alternativa o justificación; tiene que ganar la elección de junio o atenerse a las consecuencias.
Los números
Al PRI no le van mal según encuestas. Con Marco Antonio Mena, incluso supera a la senadora pianista y virtual candidata del albiazul.
Pero no caben errores al estilo Angelo en el PAN.
Sus competidores aprovecharan cualquier coyuntura para remontar.
La elección será encarnizada.
Falta una gira más de Andrés Manuel López Obrador, ya en plena campaña de la senadora Martha Palafox Gutiérrez.
La otra senadora, Lorena Cuéllar; no dará tregua para remontar las filtraciones de los amagos de Basabe de renunciar a la dirigencia nacional perredista, atribuidas por cierto a Héctor Bautista, y su oposición a las alianzas contranatura.
Mariano se salió con la suya
Si triunfa el continuismo con Marco Antonio Mena, el hacendado gobernador del estado más pobre y pequeño del país, habrá mandado al archivo muerto la creencia que gobernador no pone gobernador.
Entonces el presidente Enrique Peña Nieto y sus poderosos brazos electorales, Osorio Chong y Manlio Fabio, no tendrán más que aceptar la rasposidad mariana como el nuevo lenguaje de eficiencia en un partido que se decia moderno, pero obligado a retroceder por sus propios demonios, uno de los cuales se dedica a criar toros bravos.
Y seremos testigos de cómo la superioridad habrá convalidado a una de las administraciones estatales más desaseadas y arbitrarias.