El gobernador de Tlaxcala, Héctor Ortiz, aún no tiene delfín y esperará hasta el último momento para mostrar su simpatía por algún panista.
La incertidumbre que se percibe entre el grupo político del mandatario de Tlaxcala, Héctor Ortiz Ortiz, sobre la sucesión gubernamental se mantendrá en lo que resta del año y quizá hasta los dos primeros meses de 2010, para la fortuna de él y para la desgracia de quienes aspiran a ese cargo.
Legalmente los comicios en Tlaxcala arrancan el 3 de enero y el registro de los candidatos al gobierno del estado se hará del 20 al 30 de abril, de ahí que los procesos internos para designar a los abanderados de los diferentes partidos se llevarán a cabo entre febrero y marzo del próximo año.
Mientras en otras entidades vecinas como Puebla y Veracruz donde también se llevará a cabo la elección de gobernador, los mandatarios en turno ya promueven y apoyan las aspiraciones de sus delfines, en Tlaxcala Héctor Ortiz ha cuidado las formas y nadie sabe con certeza si ya tomó una decisión respecto a quién le va a heredar su puesto.
Para nadie es un secreto que tanto el gobernador, como el CEN del PAN ya contrataron encuestas para medir y conocer el posicionamiento y potencial de voto que tienen algunos militantes panistas rumbo a los comicios del 4 de julio de 2010.
De los resultados de esos estudios se conoce muy poco, por lo que no se sabe si las tendencias favorecen al candidato del orticismo o a otro panista ajeno al actual grupo en el poder.
Adriana Dávila mantiene su estrategia y sin llevar su confrontación con el grupo del gobernador a los medios de comunicación, ya envió señales de que por lo menos controla el 50% de las estructuras del PAN en Tlaxcala, lo cual le representa un gran apoyo para sus aspiraciones.
Además, la ex diputada federal cada vez recibe más respaldo de la dirigencia nacional de su partido y de la Presidencia de la República, situación que la ubicará como una de las finalistas por la candidatura del PAN al gobierno de Tlaxcala.
Este domingo, cuando se realice la elección de los consejeros estatales del PAN, Adriana Dávila mostrará nuevamente su influencia y buscará tener una presencia importante en ese órgano del partido.
Aunque muchos piensan que la ex legisladora trabaja para obtener la dirigencia estatal del PAN, lo cierto es que esa posición no le interesa y dejará que el grupo del gobernador la mantenga, quizá en la persona de Damián Mendoza, quien podría arribar a ese cargo a finales de noviembre o principios de diciembre.
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