¿Y por qué en otros ranchos del sexenio, que también estaban en bancarrota sí se puede crecer exponencialmente?
Lo llamaremos: “urea-gate” y podríamos visualizarlo a través de ese filtro vengativo del alto mando que ya en ocasiones pasadas y con otros personajes ha usado la expresión: “déjalo, lo va a vomitar…”
Desató la ira vengativa mariana y su predisposición a llevar los castigos al terreno personal.
Es una muestra de cómo uno de los 32 hombres más poderosos del país puede sembrar el terror.
Del tres al veintitrés de abril, el director de agricultura de la Secretaría de Fomento Agropecuario, a la sombra. Lo pasan por el filtro de los patrimonios, conservan el rancho de 30 hectáreas con cambios fabulosos mientras fue posible la conversión de sacos de fertilizante con la manchigreca por dinero constante y sonante, 150 pesos sería el costo super rebajado, aunque obtenido bajo el nombre de quien jamás imaginó ser descubierto.
Los cambios en ese rancho eran manifiestos. Tendía a parecerse a las grandes haciendas de ganado bravo, quebradas antes; en bonanza hoy, transformadas… pavimentadas y con nueva infraestructura nunca soñada.
Un detalle. El ranchito ese, hoy depositado para liberar al, ¿único responsable?, no disponía de la protección indispensable en estos tiempos del resurgimiento de los hacendados.
Y quedan inscritas en la historia de la impunidad de Tlaxcala, aquellas declaraciones del diputado rastrero… un tal Domínguez: “el secretario (el chipileño) no tiene la obligación de conocer todos los detalles de la Sefoa”. Y lo defendió para no citarlo a comparecer.
Con un poco de dignidad, ese güero desabrido, el que recibe caballos de ensueño a cambio de favores en, ¿adjudicaciones?, no requeriría del llamamiento del Congreso. Sólo llegaría a deslindarse, digo, si nada tiene que ver.
Centro de Huamantla. El padre de Misael Palafox, es detenido por ministeriales. Alegan contar con un proceso, el 111/2014, por el delito de amenazas en contra de los acusadores de su hijo.
Un bello mensaje al estilo de la mafia siciliana. Te libero a cambio de quitarte todo, pero te advierto que en cualquier momento lastimo a tu familia. ¿El beso de la muerte?
Pero el rancho, hoy a buen resguardo no es el único bien que experimentó cambios formidables. Hay desde la casa, de uno cuyo nombre nunca ha dejado de sonar y cuyos chipileños y charros gustos pueden observarse en el ofensivo palacio erigido en medio de bodegas y depósitos de estiércol de su opulenta propiedad, hasta otras inversiones, de docenas de involucrados en el urea-gate, insomnes, temblorosos… angustiados.
Si la furia mariana no fuera tan hipócrita ordenaría barrer las escaleras de arriba hacia abajo.
¿Y qué tal si la escoba lo perjudica?
Por eso la venganza se da en términos complejos por misteriosos, aunque a la vista de todos, como parte de las incontenibles ganas de seguir acopiando el resentimiento de un estado a cuya vista transcurre la cinta de inverosímiles argumentos que aun sin dejar de ser mierda pura reaviva nuestra capacidad de asombro.
En la cortedad de miras del alto mando, este proceder es ejemplar. Sí, un interesante curso intensivo de cómo no debe gobernarse a un estado, por mucho aguante de sus habitantes y por la mala imagen lograda merced este tipo de comportamientos.
De algo estamos seguros. Hay tantos involucrados en este escándalo que ya los veremos cayendo por la propia inercia desatada por Misa, el que rescató el rancho heredado por su tía y lo hizo próspero aunque fuera por tiempo limitado.
Y me pregunto, verdad, ¿por qué no tiene el mismo destino el resto de nuevos ricos a costa de la pobreza de los tlaxcaltecas?, ¿por qué el monopolio de la violencia en manos del Estado, aquí puede agilizarse de semejante forma… en divorcios para poder casar a la nena… en dejar a familias en el desamparo, nada más para divertir a la nueva casta divina, con todo y discapacidades?, ¿por qué a estas alturas, de vociferada equidad y admirada democracia, la ley no se aplica con igual rasero?
En esta dinámica de Florentinos rastreros y chipileños como equinos de oro, ya verán ustedes lo bienvenida que será la reforma a la Ley de Fiscalización porque, entre los desfiguros de los crispines y las panzas de los otros nuevos ricos con el escudo perredista en la diestra y el acero del latrocinio en la otra.
Oigan, ya basta de entregar informes en blanco, de adjudicar obra pública anteponiendo el interés del vástago… de burlarse de un pueblo que no merecía semejante castigo.