Híjole, de dos programas federales un alcalde desvió casi tres millones de pesos, pero ya mero los paga, descontando la mitad de su salario a los 400 empleados de la comuna.
Ignoro qué pasará por la mente de determinados alcaldes al tomar ciertas decisiones que, sencillamente golpean a sus administraciones.
Ahí tiene usted el caso del presidente municipal de Contla de Juan Cuamatzi, Moisés Roldán Rodríguez, que de manera inexplicable dispuso de casi tres millones de pesos de dos programas federales para financiar una serie de gastos, improvisados, chuecos y con graves consecuencias.
Ello significó una serie de observaciones del Órgano de Fiscalización Superior (OFS) cuyos auditores nos filtraron que de plano la cuenta pública de 2008 no va a pasar.
Ahora bien, lo escandaloso de este asunto particular de Contla no solo es la disposición de dinero para programas dentro del Fondo para la Infraestructura Social Municipal (FISM) y otro programa de fomento a la economía municipal (FMM); el primero por 1.825 millones de pesos y el otro por 840 mil pesos, sino el espeluznante anuncio hecho hace unas semanas.
Va a descontar la mitad de su salario a los alrededor de cuatrocientos empleados de la comuna contlense, haciéndolos solidarios de una falta que ellos no cometieron. Es más, don Moisés Roldán Rodríguez, llegó al cinismo de declarar a un propio que con tres descuentos más a la planta trabajadora tenía suficiente para cubrir el grave déficit causado, ni más ni menos que en un ejercicio de desvío de recursos, a los programas federales, intocables según la legislación vigente.
Pero si la acción detectada en el municipio de Contla de Juan Cuamatzi no le parece suficiente, ahí tiene usted lo que hizo nuestro amigo el presidente municipal de Apizaco, Alex Ortiz Ortiz.
Regaló al sindicato siete de mayo un automóvil. Así, los burócratas adheridos a este gremio devolverán la atención de tan singular caballero, cuando este “inicie su campaña a gobernador de Tlaxcala”, porque dicho sea con respeto, el señor alcalde de Apizaco quiere ser gobernador de Tlaxcala…
Ajá y qué, cualquier chango puede declarar que quiere ser gobernador de Tlaxcala.
Bueno, lo acepto, pero no todos anuncian que la comuna está obligada a disponer de sus bienes inmuebles para poder afrontar la gravísima crisis económica que, quincena tras quincena obliga al mágico contador Gregorio Cervantes a sacar dinero, de las piedras si es preciso.
En estos momentos apremiantes, al médico político cirujano partero y próximo candidato a gobernador le da por regalar un coche al gremio de los burócratas.
Mire usted, eso es proyección, eso es ver en perspectiva (ajá). Quién quita y lo logra… y todo gracias a un coche que regaló en los tiempos en que no alcanza para nada y los proveedores pernoctan frente a la tesorería con la esperanza de que algún día les pagarán por productos entregados y servicios prestados.
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