Sin el concurso de la cónsul de México en Milán, Maricela Morales, la gira de Mariano González por Italia, no habría tenido los rotundos aciertos que consiguió.

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Con el plus de un encuentro fuera de serie en la gira por Italia, la autoridad de Tlaxcala tuvo el privilegio de la organización, allá. Reuniones de tan alto rango habrían sido imposibles con el sólo fuero de la movida supersecretaria (con más millas acumuladas).

Creo que los afectos de don González lo retratan como un ser humano, y que haciendo equipo como lo ha conseguido (¿nada más en este viaje?) con la cónsul de nuestro país en Milán, la ex procuradora general de la República, Marisela Morales, hay un potencial importante.

Son de aplaudir los cascabeles tlaxcaltecas en Milán y el interés de relevantes autoridades de allá para cumplir con una agenda ya diseñada que, en el mediano y largo plazos puede significar inversiones de aquella nación.

Vale su peso en oro la relación con tan un personaje de tan agradable imagen y mejores sentimientos.

Esto deja un gran aprendizaje: vale más tener amigos que dinero…

Por eso es imposible explicarse la arrebatada decisión de abandonar el estado, sin consultarlo con el Poder Legislativo.

Ese error manchó más de la mitad del viaje.

Las actitudes de lobo de las estepas, apartado de los valores para lamer las heridas de su soledad, no van con la lidea de un estado próspero, propuesta para la mitad del sexenio e inisisto, con la valiosa ayuda de Maricela Morales.

La cercanía entra ambos no debería ser asunto de misteriosos montajes. Es tan humana como la pena asimilada por Angélica Rivera de Peña, cuando Francisco hizo su mano a un lado y no le permitió besarla. ¿Qué hubiesen podido hacer?, ¿protestar?, no, simplemente saberse vulnerables, humanos pues, y aceptarlos con la humildad de la que seguramente demandaron para culminar aquella visita.

Ahora sabemos gracias a quién Mariano cruzó palabras con el Papa, y hasta le regaló la talla de Tizatlán.

En otras circunstancias no habría tenido ni la iniciativa, ni la dirección para hacer una de las acciones de las que puede superar los sentimientos de culpa.

En el distrito XIII

Suena con fuerza un río de arbitrariedades en el distrito donde el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) anuló aquella polémica elección del siete de julio anterior.

Supuesta compra de votos, por adelantado, ¡a quinientos pesos cada uno y sin más compromiso que el haber aceptado el recurso!

La cantidad de propaganda tricolor es desproporcionada, dicen que a causa de un financiamiento oficial casi infinito, lo cuan vuelve a convocar al fantasma del cochinero aquél, causa original de la anulación.

A diferencia, en Antonio Carvajal, los abanderados a la alcaldía protagonizan una batalla campal y sin tregua, en un contexto de competencia, despiadada pero al menos tendiendo a lo parejo.

No como en el XIII, donde la ventaja para uno solo, desde hoy descorre el telón de una inequidad atroz.