Lejos de ayudar a los indignados albiazules apizaquenses, enseñó el cobre que tal vez durante el calderonismo produjo resultados positivos a ese grupo.
Creo que los panistas de Apizaco cuentan con mejores argumentos para reclamar al PRI por los evidentes chanchullos que le costaron el triunfo a Jorge Luis Vázquez Rodríguez, que el petate del muerto mostrado por el senador Ernesto Cordero, amagando con boicotear el apoyo de su partido a la reforma energética del presidente Enrique Peña Nieto, que por cierto, hoy presentan en San Lázaro.
¿No le parece hilarante que el partido impulsor de otra reforma, peor de entreguista a la IP que la de Peña con Pemex, quiera chantajear a los tricolores y a quien resultó el mapache más importante en el caso Apizaco, ni más ni menos que el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong?
Habría sido menos traumático ver a los senadores Cordero y Adriana Dávila, mostrando las pruebas sobre la famosa alteración de las boletas, sobre la existencia de boletas apócrifas en los distritos y sobre el cochinero en que se convirtió la actuación de algunos consejeros del Instituto Electoral de Tlaxcala (junto con los consabidos operadores, los Mendoza, los González, los Orta, los Espinoza), que salirnos con el chantaje: Apizaco o Reforma.
1.- Suponemos que Cordero juega con esta apuesta el peso del calderonismo al interior del PAN. Debería recordar que hoy, no vivimos los tiempos en los que su ex jefe hacía y deshacía en el blanquiazul.
2.- Con base en el contenido de las iniciativas de la Reforma Energética, el PRI ganaría más si se inmoviliza a sí mismo y deja prosperar los argumentos panistas, así prestarse a la extorsión con un parecido muy relativo a la concertacesión de Baja California, aquí en Apizaco, se nos hace aventurado y nada ético.
3.- A Cordero no le entregaron completa la tarjeta informativa para hacer el reclamo por Apizaco. Una argumentación que habría sido valiosa, es el papel del magistrado Pedro Molina, de la Sala Electoral Unitaria, quien opta por ratificar el triunfo del matador de toros Rafael Ortega Blancas, ante la inexistencia de una legislación con la cual pudiese decidir lo contrario.
Es decir, Molina cantinfleó legalmente, y ante su escasa voluntad para hallar el ordenamiento que se hace de la vista gorda a la hora que esperaríamos un castigo para el cochinero en que convirtieron la elección, se dijo a sí mismo, mi Peter, démosle el gane a Rafa y conservemos la chamba…
A propósito de las boletas falsas
Un silencio cómplice de dirigentes partidistas ha frenado lo que podría llegar hasta la anulación de los comicios del pasado dos de julio.
En el PRD y en el PT, prefirieron no mover un dedo para condenar el posible mega fraude en los distritos electorales, pues ello pondría en riesgo su llegada a la nueva Legislatura.
Así que son cómplices de ese uso asqueroso de boletas nada más con ocho elementos de seguridad y no los quince por los que pagó el IET.
¿Cómo quejarse del agravio al voto de los ciudadanos, si la oposición no es tal? Al contrario, desde hoy diputados electos, han dado muestras de su prisa porque pase esta parte espinosa del proceso electoral y llegue la hora del chantaje-embute, hacedor de los nuevos ricos a costa de hacer creer a los ciudadanos que los van a representar con honorabilidad.
Huamantla
Este bello municipio ostenta por su naturaleza fresca y aire de provincia el título de Pueblo Mágico, el único en Tlaxcala que capta miles de visitantes nacionales y extranjeros, interesados en conocer sus paisajes, sus templos y otros edificios como el Museo Nacional del Títere.
Me pregunto si las autoridades de Huamantla están conscientes de la pésima difusión de este lugar de ensueño, con imágenes de heridos en su mayoría en avanzados grados de alcoholismo, víctimas de un caos llamado huamantlada.
Soltar toros bravos conlleva una responsabilidad muy delicada. Los sanfermines se preparan, son ágiles y repetuosos de las imponentes bestias hastadas.
Aquí, somos libradores de cerveza hasta el grado del vómito, desafiantes aventureros, ridículos y tambaleantes, ante los toros bravos, cuya naturaleza asesina es incuestionable.
Cerros de basura coronan la venta incontrolada de alcohol. Grupos ajenos a los aficionados a la fiesta brava copan de desenfreno esta suerte de carnaval de suciedad.
Así no es un Pueblo Mágico.
Ojalá esa conducta relajada no cueste perder el título, sería una miserable realidad por el papel desempeñado por autoridades en las mismas condiciones.
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