Pese a pisotear aquella caja de cristal, y la promesa de rechazar a familiares y amigos para hacer negocio, hoy, en la víspera de la elección, una nueva declaratoria de ética, vuelve a concitar a partidos con representantes inmorales.

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Ayer fue instalada la Comisión Plural Estatal de Preservación del Entorno Político y Equidad de la Competencia Electoral. El gobernador Mariano González Zarur, empeñó su palabra en que su administración no hará uso de recurso o programa social alguno para sesgar la voluntad de los votantes.

Lo hizo en presencia de la mayoría de representantes de partidos políticos, del coordinador de Gobernación en Tlaxcala, Alberto Banck Muñoz, del secretario de Gobierno, Miguel Moctezuma Domínguez, y los medios de comunicación.

Nada más le faltaron dos partidos. Alianza Ciudadana y el PRD. ¿Por qué?

1.- Creo que ambos institutos políticos, uno local, manejado por el ex gobernador Héctor Ortiz Ortiz, y el otro con registro nacional y con un interesante posicionamiento en la víspera de los comicios, podrían ocupar en ese orden (tal vez a la inversa) los niveles de intención de voto en encuestas que en promedio reservan para el PRI el tercer lugar, y hasta un cuarto lugar para Acción Nacional.

2.- La oferta del mandatario estatal no es mala. Al contrario, teóricamente nos dibuja a un gobernante preocupado por preservar la estabilidad política de la entidad ante la inminencia de los comicios más importantes de su sexenio. Insisto, teóricamente, porque gente del PRI, con el cinismo de Manuel Cavazos Lerma por ejemplo, dio la puntilla a la credibilidad, cuando afirma que es obra del Photoshop la evidencia de despensas repartidas en campañas de candidatos del tricolor.

3.- Tal vez con una jetatura semejante, el gobernador advirtió al iniciar su gestión que combatiría con una caja de cristal los negocios entre familiares, el nepotismo, en fin, acciones que al paso del tiempo se confirmaron en sentido contrario y abrieron una seria herida de desconfianza colectiva… hoy lo vemos repartiendo chamarritas conseguidas, dicen sus críticos, por su hermano, de sobre nombre Tonchis… después asignando obra pública declarada desierta en las licitaciones a empresas constructoras con un halo de misterio en su reciente creación, con capitales sociales que parten de cinco mil pesos, pero hoy son millonarias.

4.- De todas formas, partidos como Acción Nacional y su muy señalado secretario general, Rolando Romero, el Partido del Trabajo, donde el reparto de candidaturas entre familiares ha ennegrecido la trayectoria de Silvano Garay Ulloa y otros institutos con altibajos morales, con un apego de desprecio a la defensa de sus principios acudieron prontos a la convocatoria de quien hoy puede estar de ánimo para jurar ante la Virgen que no va a meter las manos, pero con una memoria de tan corto plazo que mañana hará lo contrario sin sufrir el menor trastocamiento emocional.

Así que Comisiones como esta que se instaló ayer miércoles en Tlaxcala, tienen que superar el reto de la falta de credibilidad, no crea usted que en detrimento de la creencia popular, sino al contrario, dejando a tantos hombres y mujeres de buena fe colgados de la brocha que, expreso mi más fundada desconfianza ante la instalación de esta suerte de pachanga a la que se invitan gentes con la calidad moral de Romero López o Garay Ulloa, urgidos de reponer su fama pública.

Pero tomemos la palabra al mandatario.

Ninguna acción sospechosa debe ser tolerada al gobierno y a su partido. El gobernador lo ofreció. Y lo tiene que cumplir.

Una súplica a Cavazos Lerma y su patiño. Desistan en su ejercicio decadente de ironizar las marranadas denunciadas. Devuelvan el dinero a tantos precandidatos de buena fe, sorprendidos por la estrategia «mitosquis», mediante la cual cobraron fortísimas cantidades en un tráfico inédito de, ¡precandidaturas!

Cuando estas fallas sean superadas, le aseguro que el entorno de preservación de la equidad (el inventor del nombrecito andaba elevado) tendrá los fundamentos necesarios.

Paco Hernández en la tablita

A contrapelo de la impopularidad generada por su imposición, pero impugnada ante la instancia electoral, un  zigzagueante Paco Hernández, ha sido incapaz de contener entre sus dedos lo que se puede convertir en el primer revés a la revoloteada causa de la senadora Lorena Cuéllar Cisneros y sus creencias de detentar la plaza Tlaxcala como una finca a cuya puerta puede colocar a placer a algún miembro de la servidumbre.