Los dirigentes del PRD y PAN, dejaron ir la oportunidad de coaligarse para ofrecer resistencia ante un PRI-PVEM, determinado a crecer, no importa a qué precio.
Hay un trecho muy amplio entre la expectativa de las militancias opositoras en Tlaxcala y el comportamiento de sus dirigentes, seducidos por proyectos personales, de miras cortísimas, las cuales jamás habrán de abrevar en la fuente ideológica implícita en los emblemas con los cuales aparecen en las boletas de la próxima elección.
Salvo una o dos excepciones, panistas y perredistas prefirieron ir cada cual por su lado al compromiso del siete de julio. Antepusieron afianzar la chamba para unos cuantos y mandaron al relleno sanitario la posibilidad de llegar, robustos al siete de julio, impulsando un proyecto de amplia envergadura, capaz de competir contra el pseudo priísmo que en cambio sí se sirve de la élite de ciertas tribus amarillas y compromete los votos que estas puedan generar.
Los dirigentes de PRD y PAN, Salvador Méndez Acametitla-Cristobal Luna y Sergio González Hernández, respectivamente vivieron momentos de flirteo y, hasta se dejaron ver juntos en sitios públicos, como analizando sus capacidades mutuas para llevar al amasijo sus pobres propuestas, tratando de obtener -horno de pormedio- algo parecido a una alianza, bajo la mirada de pragmatismo a la cual dificilmente pudieron conceptualizar.
Tenían la cabeza puesta en otras empresas.
No podían desconcentrarse de las acciones mediante las cuales cíclicamente se destruyen, como el preámbulo habitual de sus etapas de limado de asperezas. Pero, ¿qué liman si sus enfrentamientos se limitan al terreno personal de unos cuantos?
Se trata de aquellos, apoderados de instalaciones y sellos, que ven en las prerrogativas el paliativo a la descomunal hambre y en las candidaturas la oportunidad de conseguir empleo los siguientes tres años.
¿Planes de largo plazo?, ¿qué es eso?, la política en la oposición tlaxcalteca es el aquí y ahora, es el efectivo en la bolsa, así haya que besar los pies de su alteza (la de ellos), la que autoriza cheques y envía propios a negociar los nuevos escenarios.
Bajo esa tónica, de vergonzosa inacción aparece Salvador Méndes Acametitla, feliz de su segundo lugar en las listas de candidatos plurinominales. Ex presidente del sol azteca, hábil para la declaración al estilo Jesús Zambrano -todo lo venden- y ladino, bastante, aprendió a jugar el: engarróteseme ahí… y ahí lo tiene, como conejito mañoso que aguarda en silencio su oportunidad para hacerse con la codiciada zanahoria.
¿Y el partido?
Pues que se lo lleve el diablo, mientra él asegure un lugar en el Congreso. Oigan, ya son años de no cobrar como su dios manda. Chance haya algo que negociar con el ejecutivo y entonces: ¡adiós pobreza!… hasta guapo se va a poner.
¿Y en el PAN?
Les ha llevado años aprender a odiarse.
Y lo hacen muy bien. Si se disponen a destruirse, no desperdician la mínima oportunidad, hasta que al osado y estorboso compañero o compañera de partido no le quede un hálito de vida.
Ese desamor lo prolongan elección tras elección. Ah, pero cuidado. Cuando se acerca un cotejo en las urnas -como el del siete de julio- esas hormonas filicidas de plano se desbordan.
Si alguna vez, Sergio González Hernández y Adriana Dávila Fernández, se condujeron hacia un mismo rumbo, hoy no solo se desprecian… hacen lo que sea para perjudicarse.
Es la democracia interna panista… tan de ellos… pues ni para aplaudirles, verdad.
El asunto que nos ocupa es la línea central que permitía alianzas con el PRD. Fíjese como antepusieron pretextos mil para posponer minicumbres con sus potenciales aliados, fingieron demencia, tomaron vacaciones y… ¡se les fue el tiempo señores!
No concretaron esa alianza.
En cambio, los priístas -¿curioso verdad?- si formalizaron su alianza con el partido verde. Para diputados y para alcaldes.
Y pese al reguero de escombros en que se ha convertido esta administración, sus pasos son consistentes. No le hace que desfonden al Congreso -como si no hubiera otros prospectos-, o que la gente los llame chapulines. Creo que en esos momentos utilizan la centaviza obtenida por la prestación de servicios y favores a la autoridad, necesitada de un coro mañoso para conseguir lo mismo la aprobación de leyes impopulares como la de Pensiones, que en la defensa de lo indefendible que resultan el amo y los peones de moda en la muy maltratada patria chica nuestra.
¿Qué sigue?
La lógica nos dice que al coordinador de los esfuerzos lo deberían ocultar, para no iniciar nuevas fracturas al ritmo de sus habituales pifias habladas. Y creo que así va a ser.
Que entes con más maña que fuerza -no crea que la llegada de Cavazos Lerma fue fortuita- van tomando una verdadera postura de poder.
Y claro, con la tremenda ayuda de panistas y perredistas para no conformarse en un proyecto re respeto, el resultado ya lo puede usted avizorar: va a ganar la impunidad… nuestros políticos apostaron al cortoplacismo y renunciaron a su legítimo derecho de asumirse en el contrapeso de un sistema impune, cuya panza no resiste un abuso más, pero ante la estrechez de sus adversarios, lo único que le queda es usar agua fría para bajar la hinchazón… y seguir devorando al estado.
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