Documentamos cómo el secretario de Fomento Agropecuario (Sefoa), regala tractores y otros implementos a sus familiares, y aprovechamos para dar un vistazo a la opulenta propiedad, donde se alza una casa al estilo negro Durazo.
Lo interesante del rancho Santa Clara, en Huamantla, es el vertiginoso progreso de quien era su encargado, hoy ni más ni menos que el propietario, un próspero funcionario de primer nivel del gobierno estatal.
Y cuando uno se entera que en esa propiedad, el poderoso jefe de dicho servidor público, dicen le regaló más o menos cincuenta millones de pesos, vamos, sin mediar recibo alguno, automáticamente advierte que ahí hay gato encerrado.
Una de las características del poblado Francisco Javier Mina, perteneciente al municipio de San Gregorio Atzompan, en Puebla (mejor conocido como Chipilo) es la expresividad de sus habitantes, cuyo origen se remonta a un grupo de inmigrantes europeos de la región septentrional del Véneto, aunque también hubo algunos piamonteses y lombardos entre los fundadores.
De allá es nuestro joven secretario de Fomento Agropoecuario, Jonhatan Bretón Galeazzi.
Y en el rancho Santa Clara, de Huamantla, habría motivos de sobra para auditar un repentino crecimiento, en el que mucho han tenido que ver personajes oriundos de aquella comunidad chipileña, donde además de comunicativos nadie será capaz de negar que se trata de gente muy trabajadora.
De bota cara, gusto por los gallos de pelea y una lengua bien floja, chipileños asociados con el dinámico servidor público referido, no han tenido rubor para confesar su admiración por la dinámica manera de aquél para hacer fortuna.
Y aquél, consciente de la chequera en blanco a su disposición, se ha convertido en generoso líder, dispuesto a salpicar a sus parientes con el infinito chorro de dinero que, a manera de cascada empapa, pero no a todos, nada más a sus muy íntimos y a algunos de sus parientes.
Es así como e-consulta documentó la entrega de tractores y otro tipo de implementos agrícolas a presuntos primos del multicitado funcionario: Gabriela Guadalupe Llaca Bretón, con un tractor de 150 mil pesos, Enrique Alfredo Llaca Bretón, con una aspersora de más o menos 35 mil, Guillermo Bretón Díaz con un agitador de aire con costo de 90 mil; y hasta a uno de sus empleados en el rancho, José Reyes Jiménez Ángeles, le tocó tractor, también de 150 mil varos.
Es obligación de los diputados tlaxcaltecas denunciar a las autoridades estos extraños movimientos, consistentes en la adjudicación de maquinaria agrícola a presuntos parientes, por cierto adinerados todos ellos, lejos de otorgar ese beneficio a los campesinos pobres, aunque sean de piel morena y aunque sean auténticamente tlaxcaltecas, sin gota de sangre europea como la que tiene el hacendado gobernador.
Con relación al rancho que le platico, los comunicativos chipileños del team Jonhatan, han llegado a comentar sobre un ambicioso proyecto para procesar lácteos, erigido ahí de una manera harto novedosa: sin documento alguno que avale la millonaria aportación gubernamental, sencillamente porque un día el muy dadivoso patrón de su amigo el güerito (sí el que pasó de encargado a dueño del rancho) les soltó aquella cantidad.
– «Oiga señor, pero el dinero nos lo da en calidad de qué… préstamo o regalo?
-«Ustedes tómenlo (y no la hagan de tos) que para eso soy el go… nada más, cuando ya no lo sea, recuérdenlo».
Caracoles, con alguien tan generoso y tan confiado, de qué manera va uno a reaccionar. No, pos con harta sorpresa.
Y lo que es la humanidad, verdad. Un día, por una descompostura casi sin importancia, se detuvo el tremendo proyecto ese de la inversión sin papeles.
Los asociados nomás se quedaron viendo y como que los invadió la desconfianza para meterle dinero del suyo a semejante negocio. Entonces el millonario sistema quedó varado, como tantas cosas en esta administración.
Yo creo que esa es una chamba para la Auditoría Superior de la Federación.
Aunque esa investigación debe partir de las denuncias más básicas. Por eso le decía que los señores diputados locales tienen ahí trabajito para ocuparse, antes de entregarse de lleno a las fiestas septembrinas, cuando su sede cambia de la casa del pueblo, a una enorme y bien surtida cantina.
Por cierto, en el trabajo de campo a propósito de este nuevo rico, pudimos percatarnos que en haciendas como Santa Clara y otras tantas de la región, la esclavitud es vigente a los ojos de quien quiera ir.
Es ahí donde habitan los pobres entre los pobres.
Nacidos en un esquema de acasillamiento, no han tenido oportunidad para asomar los ojos fuera de una jurisdicción donde, en esta esquina sobreviven entre la miseria más indignante; pero en aquella la opulencia de los amos ofende a quien piense que todos los hombres y mujeres valemos lo mismo (y tenga en la punta de la lengua la fracesita esa tan molesta: restituir el tejido social, ¡carajo!)
Y en medio de las vacas, los caballos y cerros de estiércol, construyen una casa que, oiga usted, ¿quién dice que en Tlaxcala no hay dinero? (eso sí, un poco charra).
Código Rojo
Al parecer aquellos presuntos actos violentos que horrorizaron a más de uno tras el espantoso hallazgo de sendas cabezas humanas muy cerca del palacio, ocurrirían el miércoles por la madrugada, y se trataría de supuestos agentes, tomados como venganza por grupos armados disputando la plaza. Eso es lo que se dice, aclaro.
El proceso contra notarios
Ya con nuevo despacho poblano (Romero Beristáin) para tapar el ojo al macho (sí porque en el anterior el titular es el papá del actual consejero jurídico, Héctor Maldondado Villagómez), llegamos a una sesuda conclusión: ambas firmas pertenecen a amigos, que laboraron en la Universidad de las Américas, que comparten el mismo interés (no dejar morir el litigio… una verdadera mina de oro) y que tienen la consigna de acabar con los notarios 2010.
Así que iniciaron un nuevo procedimiento jurídico contra dichos fedetarios, en las mismas o tal vez en peores circunstancias que los anteriores, cuyo común denominador fue un rotundo fracaso ante instancias federales.
Hay dinero de sobra, hay coraje de sobra y también hay una ignorancia sobrecogedora en el contador que firma los cheques (bueno, hoy hay que decirle lic… si no te llueven las onfensas, o no te responden).
En el fondo, ganan tiempo. Aun a costa de la economía de quienes tienen la necesidad de contratar algún trámite notarial.
Sí, porque ante el conflicto que enfrentan los dieciséis ortinotarios y la saturación de los notarios viejos, el negocio ha sido rescatado por notarios poblanos, hidalguenses, del Edomex y hasta de Morelos.
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