Reformas fundamentales podrán seguir esperando porque hoy es día en que los diputados sostienen una encarnizada lucha: decidir la marca de tequila que consuman durante la noche del 15 de septiembre.
A excepción de casos como el del legislador panista, Justo Lozano Tovar, que en los hechos encarna el enfrentamiento entre los grupos políticos de siempre, la desdibujada legislatura acusa los altibajos del temperamento marianista, habituada para su desgracia a responder a líneas tiradas desde la sede del ejecutivo estatal, sobre todo cuando a aquellas las acompañan los sobre$ de e$tímulo al quehacer legislativo.
Hay que ver esa especie de sobrepeso en materia de compromisos de la otrora ligera y activa panista Lilia Caritina, en quien propios y extraños tenían grandes expectativas porque no adelantaban que una vez instalada en sus mullidas butacas, pues sencillamente hay que disfrutar el momento… qué digo el momento, el período constitucional.
Para los intereses de un colectivo que da más importancia a los preparativos de la fastuosa noche mexicana del 15 de septiembre ha resultado un buen negocio el altibajo emocional del de enfrente, limitado a últimas fechas a seguir con la misma agenda de principios de administración… o sea, en blanco.
Por eso, nosotros conformamos a ese grupo de estados desentendidos de la reforma para que las fuerzas locales combatan al narcotráfico.
Espero que no sea otra causa, por ejemplo el compromiso que pudiera haber adquirido algún influyente asambleísta con los cárteles de la droga cada día con más presencia en nuestra entidad.
De las promesas de aquellos candidatos críticos y ganosos en campaña, lo que queda es el grupo más representativo de rollizos, consecuencia de los excesos de beber, comer y pasear, a costa de que los tlaxcaltecas nos privemos de un reformado Código Electoral, que haya superado las inexactitudes y lagunas del vigente.
¿Para eso querían ser diputados?
Lo invito a recorrer los pasillos del edificio de Allende 31 para ver con sus propios ojos la ilusión de varios por seguir con su brillante carrera política, dispuestos a dejar su productiva curul para permitir a sus múltiples simpatizantes impulsarlos en lo que será su llegada a la presidencia municipal del sitio que los vio nacer.
Hablamos que su paso por el Congreso es la parte más importante de su carrera política.
¿Entonces cuál fue la menos importante?
Pero no opaquemos la próxima salida legislativa a destinos del norte del país, pare presumir a los de allá las novedosas maneras para hacer como que se esfuerzan (y los de allá han de hacer lo mismo) en esta etapa histórica en la que el presidente del aiga sido dice adiós al poder y en estados como este el gobernador con un hijo bien travieso puede hacer de las suyas cuando su altibajo conductual se lo permite (y cuando no… pues también).
Mire usted el caso del suplente de la hoy senadora Lorena Cuéllar. Andaba muele y muele conque se le hacía tarde para revolucionar a la legislatura, pero hoy írelo, írelo, ahí quitecito, conforme con lo que dicte la superioridá. Y eso sí, sin perder de vista a su jóven secretaria técnica.
Vivimos una horrible devaluación de nuestra clase política.
Lo malo es que a estas alturas, por ejemplo, sigue la duda en relación con el tema aquél salido de una ocurrencia marianista: ¿el Instituto Electoral del Estado, debe o no seguir existiendo?
En realidad el tiempo apremia para la selección de quienes habrán de conformar al nuevo consejo general, pero por ahora los diputados tlaxcaltecas sostienen la más encarnizada disputa para decidir la marca de tequila que compren para la tradicional noche del 15, cuando dos compromisos los tienen más que estresados: cómo ir vestidos y a quién llevar a la pachanga de la gente bonita, en el palacio de gobierno, y de qué manera salir, cual cenicientas obesas cuando el reloj marque la hora de regresar a su sede, donde el guateque estará a cuarenta grados.
Oh, pues hay de alguna manera hay que celebrar la productividad legislativa.
Conste que nada más estamos hablando de la pachanga del 15, porque después de tal compromiso, viene la quebradera de cabezas para ver cuánto les va a tocar de aguinaldo.
¿Entonces para qué quieren ir a contender por presidencias municipales?
Déjalos, allá ellos y su mala cabeza.
-¿Oye y son flojos?
– ¡Cómo crees!
La frivolidad del junior
Mostrarse en esas fotos de la revista rosa que hemos comentado aquí, al hablar del inolvidable paseo de Mariano junior por el lejano oriente puede ser como las fotos de sociales donde las quinceañeras enseñan los olanes y los caireles a los niños bien para que puedan encontrarse siendo la envidia de muchos.
Nada más que nuestro rollizo quinceañero no debería olvidarse de los riesgos que hoy corren los ricos fuera del contexto de pobreza y violencia, en el que tantas familias han sido afectadas.
Si el chapo Guzmán aparece en Forbes, por qué uno no ha de aparecer en TVnotas…
¿Para qué?
De alguna manera hay que promocionarse, ¿verdad?
Pero a veces, uno lo hace sin pensar en los riesgos que ello implique.
Vea usted cuántos casos de secuestro y extorsión.
Pero a pesar de ello hay quien insiste en ver errónea la nota que será la envidia de esos envidiosos opuestos a que un joven apuesto -guapote lo califica la alegre Rosario Robles Berlanga- se comporte como el triunfador y millonario que ahora es.
Los fracasados, los candidatos quebrados, los miembros del crimen organizado, los miles de pobres, ancianos, niños, mamás solteras y los demás que usted considere, son ahora potenciales lectores de esas fotos, divis-divis, tomadas curiosamente unos días antes de aquél acto desesperado mediante el cual el municipio de Tlaxcala fue despojado de su policía.
O sea, quien no disfrute viendo al triunfador recorriendo el mundo, debe enfrentar su complejo de inferioridad.
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