De antología el enfrentamiento entre panistas y priístas por ganar los distritos electorales federales, al grado que ya preparan a sus mejores prospectos y se disponen a invertir toda la lana que puedan.
Un adelanto de la tremenda disputa por los distritos electorales federales, nos permite ver a varios personajes, sobre todos de PRI y PAN –pues en el PRD campea la desorganización- dispuestos a dar la batalla con tal de dejar el anonimato.
En el primer distrito, con cabecera en Apizaco (son veinte municipios donde contrastan la mejor parte del campo tlaxcalteca y la mayor parte de empresas ubicadas en las tres ciudades industriales) dos personajes tienen rato de efectuar reuniones y calcular alcances.
Por el PAN, el actual secretario general, Rolando Romero López, ex delegado de la Sagarpa –de donde fue echado por decisión de la coordinadora nacional de delegaciones, la ex candidata panista al gobierno, Adriana Dávila Fernández- aprovecha su condición de oriundo de Apizaco.
Su relación es todavía fresca, con comisariados ejidales y otros líderes campesinos dentro de la bandeja de amigos del ex gobernador Héctor Ortiz Ortiz.
En los hechos, sería uno de los principales beneficiarios de la estructura campesina lograda por Antonio Velázquez Nava, el ex secretario de Fomento Agropecuario, auto exilado de Tlaxcala debido a su identificación con el grupo orticista y, por consecuencia en la mira del actual gobierno de Mariano González Zarur.
En la otra esquina
Seguramente el nombre del ex alcalde de Tlaxco, Silvestre Velázquez Guevara, actual diputado local, presidente de la Comisión de la Comisión de Puntos Constitucionales y Asuntos Jurídicos, es el que más resuena como la apuesta tricolor para contender por el primer distrito electoral.
El papel promotor de la candidatura de Mariano González Zarur, en el proceso electoral de 2010, dio a Silvestre, el derecho de picaporte a la oficina del patrón, de donde recibiría la instrucción de mantener activa la relación con comités municipales y seccionales, para encarar el reto en la elección de 2012: vencer al orticismo-calderonismo que, tiene en la mira a este distrito, donde habita buena parte de su estructura campesina.
El segundo distrito, muy interesante
Al parecer, será el rector de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, Serafín Ortiz Ortiz, quien contienda con los colores del PAN por el segundo distrito electoral federal, con cabecera en Tlaxcala de Xichotencatl y con catorce municipios del centro-sur de la entidad.
Al culminar su rectorado en Octubre, un eventual triunfo electoral del académico le posibilitaría un promisorio horizonte, primero al ocupar una curul en San Lázaro, como pasaporte para una vigorosa participación en la sucesión de gobernador, cuya actual gestión concluye en 2016.
Actual líder de los grupos que convergen en la Universidad Autónoma de Tlaxcala, Ortiz Ortiz, es la apuesta de los orticistas para recuperar los espacios perdidos en circunstancias donde mucho tuvo que ver la falta de voluntad del presidente Felipe Calderón, imponiendo a Adriana Dávila, a cualquier costo.
Y del otro lado
Pensar en Anabel Ávalos Zempoalteca, como abanderada una vez más en pos del segundo distrito –tras protagonizar un efímero liderazgo al frente de su partido, es regresar a un escenario donde a la priísta ya le tocó perder, cuando aquél escándalo de las bicicletas de la fundación Vamos México, encabezada por la controversial Marta Sahagún.
Pero le quedaría como anillo al dedo, luego de su maniatada gestión frente a la Secretaría de Gobierno, misma que según gente de palacio, la llevaría a ser factor de sacrificio, primero enviándola a dirigir su complejo partido y luego impulsando una eventual candidatura, a diputada federal por el segundo distrito.
Y es aquí donde añosas adversarias se encuentran, pues tanto suena el nombre de la secretaria de gobierno, como de la diputada local y ex alcaldesa, Lorena Cuéllar Cisneros.
Aunque la mira de la Cuéllar estaría puesta en la candidatura al Senado, no le caería nada mal ser tomada en cuenta como abanderada al segundo distrito, en vista de que los planes del ¿primer priísta de Tlaxcala?, consistirían en ponerle enfrente a su tío el ex senador Joaquín Cisneros Fernández.
Cuéllar, con el reto de una candidatura en estas condiciones es garantía de triunfo para su partido y, como prueba el antecedente de los buenos resultados a la alcaldía, cuando su partido era dirigido por la trágica chiautempense de apellido Munive Temoltzin (trágica porque fue en su gestión como lideresa del PRI cuando ese partido perdió cada distrito local y la mayoría de las alcaldías).
De pronóstico reservado el tercer distrito
Otras dos antiguas adversarias podrían verse nuevamente las caras en este distrito, con cabecera en Zacatelco; el más amplio y complejo –por contar con un mayor número de habitantes- y donde el PRD se desplomó, pese a haber surgido aquí, en Papalotla.
Esos dos personajes son la actual alcaldesa de Zacatelco, Blanca Águila Lima y la actual senadora panista, Minerva Hernández Ramos.
Blanca
Bajita la tenaza, pero la enfermera y gran amiga de Mariano González Zarur, creció en forma exponencial con el triufo electoral del señor Manchis.
En sus dominios se encuentra el Hospital Infantil de Tlaxcala, conservó el liderazgo en la sección XXVII del sindicato de la Secretaría de Salud y hoy más que nunca detenta poder al interior de dicho sector.
Ni qué decir de su hegemonía en Zacatelco, donde hasta se ha dado el lujo de desconocer el activismo en su favor de otrora adversarios, como el anterior alcalde de ese municipio, de quien existen pruebas de un importante apoyo “perredista” a la causa tricolor.
Pues Blanca Águila Lima, también tiene una factura por cobrar a Héctor Ortiz Ortiz, quien en los pasados comicios federales, gastó lo impensable por hacer diputada federal a Perla López Loyo (sí, la hoy priísta que pasea a sus bisnietos en la Plaza de la Constitución, ante la apretada agenda que tiene).
Aquella maniobra despertó una de las más enérgicas protestas de la entonces presidenta del CEN del PRI, Beatriz Paredes, a quien los excesos cometidos por Ortiz le parecieron atroces.
Del otro lado
Cuando Minerva Hernández decidió renunciar al PRD, antepuso un pragmatismo que, de gran enemiga del Héctor Ortiz, se convirtió en una pasiva compañera de partido, aguardando mejores tiempos.
Quién no recuerda su dimisión a favor de Adriana Dávila Fernández y, su posterior ingreso a la bancada albiazul, pese al persuasivo izquierdismo en el cual pudo alcanzar importante nivel en la política.
Hoy se le considera la candidata natural del PAN a diputada federal por el tercer distrito electoral federal.
Tiene capital propio y el apoyo de Ortiz. Tiene también el respaldo de Calderón y seguramente hará a la poderosa Blanca Águila, ver su suerte en la próxima elección del tres de julio de 2012.
Claro, se trata de un ejercicio de adelanto.
Pero ya ve… piensa mal y acertarás.
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