Una peligrosa célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), fue detenida y desmantelada en Tlaxcala, lo que confirma la operación y existencia del crimen organizado.

 

 

El gobierno federal en coordinación con el Gabinete de Seguridad puso en marcha el pasado 30 de noviembre un operativo para detener a Jorge Alberto Guzmán García, alias “Termi” y a Carlos Eduardo Chavarría Contreras, quienes estarían vinculados a redes de extorsión, secuestros y homicidios.

 

El primero sería un operador del CJNG y estaría relacionado con la ejecución en noviembre pasado de Julián Abed Muñoz Berruecos, alias “El Lobo”, quien pertenecería a otra organización criminal dedicada a la venta de narcomenudeo en Apizaco y sus alrededores.

 

Ayer, se supo que el “Termi” fue detenido por fuerzas federales en los alrededores del centro comercial Gran Patio localizado en el municipio de Apetatitlán, a quien se le acusó de ser responsable del delito de extorsión agravada y otros, mientras que su cómplice Carlos Eduardo Chavarría enfrentó fuerte un operativo de las fuerzas federales en la colonia Lomas de Apizaquito, en Apizaco donde en flagrancia se le encontraron 14 armas de fuego largas, 23 chalecos balísticos, equipo táctico, 60 cargadores, municiones y dosis de marihuana y cristal.

 

Ambos son integrantes de un grupo delictivo vinculado al CJNG, según lo confirmó el poderoso Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de México quien posteó en las redes sociales lo siguiente:

 

“Como resultado de acciones para detener a generadores de violencia en el país, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana junto a integrantes del gabinete de seguridad, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, la Fiscalía General de la República, la Guardia Nacional, en dos acciones distintas detuvieron a Jorge Alberto “N” y Carlos Eduardo “N” en Tlaxcala; eran integrantes de una célula criminal dedicada al secuestro, homicidio, extorsión y robo de vehículos; se aseguraron armas largas, equipo táctico y dosis de droga”.

 

Está claro que las autoridades tlaxcaltecas como el secretario de Seguridad Ciudadana de Tlaxcala, Alberto Perea Marrufo y su recomendado director de Seguridad Pública de Apizaco, José Ramón Jacques Mena, fueron marginados y excluidos por alguna razón de los operativos emprendidos por las fuerzas federales que sí han reconocido la existencia del crimen organizado en la entidad y que hoy lo demuestran a detener a dos peligrosos delincuentes.

 

En días pasados le comenté que la ejecución de “El Lobo” en el estacionamiento de una plaza comercial estaba ligada a la disputa por el territorio entre grupos criminales y el tiempo lo está confirmando.

 

Lo extraño es que en Tlaxcala curiosamente se empezó a hablar con más fuerza de la presencia del crimen organizado desde que arribó a la entidad Perea Marrufo y sus marinos. Para nadie es desconocido que los asaltos violentos, los homicidios dolosos y otros delitos se incrementaron en todo la entidad, recrudeciendose en Apizaco en donde al parecer estaban asentados esos miembros del CJNG que, curiosamente ,no eran vistos ni molestados por José Ramón Jacques y sus policías municipales ni los elementos estatales.

 

Una vez más el gobierno lorenista vuelve a fallar en su línea discursiva y en negar una y otra vez la presencia del crimen organizado.

 

Ahora no se trató de un documento oficial, sino de un hecho que implicó dos operativos para aprehender y llevar ante la justicia a miembros de una poderosa célula del CJNG que trabaja en Tlaxcala.

 

Lo bueno es que el gobierno federal sí está haciendo su trabajo y está combatiendo el crimen organizado en la entidad, considerada como una de las más seguras del país.

 

Un alcalde miserable

 

Mientras las fuerza federales trabajan y llevan a poderosos criminales ante la justicia, el presidente municipal de Apizaco, el bobo abarrotero Javier Rivera Bonilla, quien ni se enteró del operativo que se llevó a cabo en la ciudad que dice gobernar, anda más ocupado en organizar su fiesta de cumpleaños a fin de presumir que goza del afecto de sus subordinados.

 

Resulta que Karina López Guevara, la actual directora de Gobernación del Ayuntamiento de Apizaco y quien por momentos se siente la primera dama en la ciudad rielera, está recabando la cooperación obligatoria de tres mil pesos entre los directores para festejar a su querido jefecito como se merece, para lo cual se hace acompañar de la ex senadora y ex panista Maura Hernández Fernández, que sabe cómo complacer a los ediles.

 

Antes de exigir la coperacha, el abarrotero metido a alcalde, les informó a sus directores que no les pagaría la parte proporcional de aguinaldo que les corresponde porque sencillamente no encuentra la fórmula de tapar el hoyo financiero que le dejaron los panistas.

 

El torpe de Javier Rivera no sólo ya se puso en contra a los ciudadanos de Apizaco que están arrepentidos de haber votado por él, sino que también a los trabajadores del ayuntamiento y a sus jefes, quienes lamentan la llegada de ese indefinido político que hoy dice pertenecer a Morena, pues no sólo porque paga mal, sino que es un miserable que le duele gastar.

 

Hace unos días organizó una celebración con motivo de la temporada navideña y rifó algunos “pomos” para quedar bien, sin embargo cuando los beneficiados se dieron cuenta que se trataba de botellas de mala calidad como las que suele vender Javier Rivera en su cadena de supermercados, se desataron las críticas y los señalamientos porque hacia el personal se mantiene una exagerada austeridad, pero no hacia sus funcionarias consentidas y colaboradores cercanos a los que apapacha como todo un galán en plena conquista.

 

Pobre Apizaco, en manos de quién fue a caer.

 

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