Todo apunta a que el Congreso del Estado seguirá sometido a la gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, quien sigue operando y moviendo los hilos del poder para imponer su voluntad y su proyecto político en el Poder Legislativo, en donde pareciera que existe unos dóciles aliados y una oposición convenenciera incapaz de mostrar tantita dignidad para exigir respeto a la ley.

 

 

Hasta ahora es un misterio lo que habrá negociado el coordinador de la fracción parlamentaria del PT, Miguel Ángel Covarrubias Cervantes y el dirigente de ese partido, Silvano Garay Ulloa, para aceptar de la noche a la mañana y sin ningún problema que el grupo legislativo de Morena asuma por un segundo año consecutivo la presidencia de la Junta de Coordinación y Concertación Política (JCC) a través de la diputada fifí Marcela González Castillo.

 

La ley es muy clara y establece que la presidencia de ese órgano debe ser rotativa si ningún grupo parlamentario tiene mayoría absoluta como es el caso. Al inicio de la Legislatura esa posición se la quedó Morena y en el segundo año de ejercicio tal cargo debería pasar a un o una diputada del PT, sin embargo eso no pasará porque la intención es que esa presidencia siga bajo el control del partido de la gobernadora morenista Lorena Cuéllar.

 

En las próximas horas se comprobará si lo anterior se cumple y es una realidad, porque existe el riesgo de que alguien se inconforme legalmente con esa flagrante violación a la Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado de Tlaxcala.

 

Morena no sólo se quedará con la JCCP, sino que mantendrá el control de Comité de Administración donde despachará nuevamente Vicente Morales Pérez, pese a que nadie de sus compañeros legisladores y legisladoras querían que se mantuviera en el cargo.

 

Hasta la noche del domingo, había la intención de no permitir los excesos de Morena en el Poder Legislativo de Tlaxcala, pero algo pasó que el PT de mantener una postura firme para presidir la JCCP aceptó sin ningún escándalo la presidencia de la Mesa Directiva y la oposición que pretendía el Comité de Administración para imponer al perredista Ever Alejandro Campech Avelar terminó por recibir como premio de consolación la Comisión de Puntos Constitucionales Gobernación y Justicia.

 

Y para que todos se sintieran incluidos, la presidencia de la Comisión de Finanzas y Fiscalización donde aún despacha la morenista Guillermina Loaiza Cortero pasará a manos del gris diputado verde ecologista Jaciel González Herrera.

 

Todas las fracciones parlamentarias y diputados están sometidos al poder de la gobernadora Lorena Cuéllar que sin hacer grandes operaciones financieras o de presión ha logrado mantener sin problemas el control de la actual legislatura, incluso hasta recibió la burda y tonta colaboración de dos diputados priistas (Fabricio Mena Rodríguez y Diana Torrejón Rodríguez) para tratar de retirar de la JCCP a la incómoda y aguerrida legisladora y líder de los trabajadores de salud, Blanca Águila Lima, lo cual no prosperó.

 

El PAN está desaparecido y ausente en el Congreso local. La madura diputada del PAC, Alejandra Ramírez Ortiz, perdió la actitud crítica para abrazar la sumisión y la obediencia ciega a la que considera un ejemplo político a seguir y que no es más que la actual gobernadora Lorena Cuéllar.

 

Lo increíble es que casi todos los diputados y diputados siguen bailando al son que les toquen, pero no crea que la tonada la pone la intrascendente Marcela González, sino el secretario del Medio Ambiente y enlace del gobierno del estado con los legisladores, Luis Antonio Ramírez Hernández, lo cual nunca antes se había visto y sobre todo permitido por los legisladores locales de Tlaxcala.

 

Luis Antonio Ramírez debería dedicarle tiempo a su secretaría y evitar que sus recomendados morelenses sigan cayendo en prácticas de corrupción que pronto se las daremos a conocer, porque si bien quiere fungir como el super diputado 26, lo mejor sería que renunciara a su trabajo en el Poder Ejecutivo porque lo tiene tan abandonado y no tardará mucho en brotar cientos de problemas.

 

La sumisión de casi todos los integrantes de la actual legislatura es tan obvia que resulta lamentable porque sencillamente la oposición se está extinguiendo en el Congreso del Estado.

 

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