La designación de Serafín Ortiz Ortiz nuevamente como rector de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx), reveló que el orticismo está en crisis, desgastado, dividido y sin cuadros que garanticen lealtad y obediencia.
Si bien al interior del grupo orticista se dice que el “Tatiaxca” Héctor Ortiz Ortiz, ex gobernador de Tlaxcala y el principal dueño de la UATx consideró dejar en el cargo a su sobrina consentida la engreída diputada local Alejandra Ortiz Ramírez, esto no fue posible porque la déspota mujer encontró un rechazo entre los directivos de la Universidad, de ahí que se pensó en su marido y sobrino de los Vázquez Galicia, Enrique Vázquez Fernández, quien se desempeña como titular de la Secretaría Académica de la Institución, sin embargo generó más animadversión.
Héctor Ortiz ya no es el mismo de hace algunos años. El ex priista y ex panista dejó de hacer política, de asistir a reuniones o eventos sociales. Hoy deambula sólo por su oficina de Ixtulco y opta por no recibir a nadie. Su debilidad al interior de su grupo quedó evidenciada y no pudo más que ceder al capricho de su hermano Serafín Ortiz de convertirse, otra vez, en rector de la UATx.
Cuentan que el cansado Héctor Ortiz incluso solicitó la anuencia de la actual mandataria tlaxcalteca, Lorena Cuéllar Cisneros, sobre la designación del rector, pero la respuesta habría sido contundente en el sentido de que era respetuosa de la autonomía y no daría ningún comentario.
La postura de Serafín Ortiz es entendible luego de sus constantes fracasos en la política tlaxcalteca, pues nunca pudo ganar un cargo de elección popular pese a los millonarios recursos invertidos y a que utilizaba la estructura de la Universidad para hacer campaña. Siempre ha estado a la sombra de Héctor Ortiz y nunca ha brillado como su hermano que fue dos veces rector de la UATx, alcalde capitalino y gobernador de la entidad.
Tuvieron que pasar años para que el académico se diera cuenta que en política representó un chasco y una decepción. Está claro que el hoy rector de la UATx no permitió que nadie más de la familia o de sus aliados fuera considerado para el cargo que dejó el pasado viernes el ahora ex representante legal de la Universidad, Luis Armando González Placencia.
Serafín Ortiz pretende convertirse en el nuevo “Tatiaxca” del grupo orticista y aprovechando que su hermano se encuentra cansado y aislado, decidió reaparecer en la posición más importante de la Universidad Autónoma de Tlaxcala sin que le genere ninguna molestia que vuelvan a tener vigencia acusaciones de corrupción y el uso de la Institución para enriquecimiento de su familia.
Aunque por ley Serafín Ortiz dejó la presidencia del Partido Alianza Ciudadana (PAC), puesto que ahora desempeñará la limitada sobrina consentida, Alejandra Ramírez, ésta sólo tendrá funciones de ornato porque le guste o no el rector seguirá controlando y moviendo ese instituto político local.
Desde que inició la actual administración estatal y la legislatura local, el PAC dejó su papel opositor que mostraba al estar vinculado al PRI y prefirió convertirse en un aliado obediente del gobierno morenista. En el Congreso del Estado Ramírez Ortiz aprueba todo lo que se le ordena y el partido estatal es incapaz de lanzar una crítica a las acciones de las autoridades.
El clan orticista se está debilitando y es obvio que carece de cuadros y figuras que estén preparadas para asumir el liderazgo y los retos del futuro.
La debacle se tendría que registrar un día y me parece que el proceso de debilitamiento ha empezado.
Finalmente, le cuento que la destituido el director general Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Tlaxcala, (Cecyte-Emsad), José Luis Flores Aguilar, no debe pasar inadvertida para los miembros del gabinete legal y ampliado, pues su baja se da a pesar de que era uno de los funcionarios más cercanos a la gobernadora Lorena Cuéllar.
El mensaje es claro, si en la actual administración cometes errores o no cumples con las expectativas, serás dado de baja, de ahí que muchos funcionarios deberían concentrarse más en su trabajo y dedicar menos tiempo a la grilla y a la pachanga si es que no quieren seguir los pasos de José Luis Flores.
El nuevo director general de ese subsistema educativo es Norberto Cervantes Contreras, quien deberá mostrar resultados y garantizar un adecuado manejo de los recursos públicos.
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