Mientras el proceso para la revocación de mandato que organiza el Instituto Nacional Electoral (INE) avanza una vez que se validó el mínimo de firmas para requeridas para llevar a cabo ese ejercicio, los operadores de Morena y de presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ya establecieron la meta de votos que se deberá conseguir en Tlaxcala.

 

 

La cifra no es menor y es similar a la votación que alcanzó la actual gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, en el pasado proceso electoral y que le permitió hoy detentar el poder.

 

El equipo de López Obrador está convencido de la popularidad y el respaldo social que tiene el presidente del país, por lo que a Tlaxcala se le está solicitando que aporte 300 mil votos, cantidad que suena muy complicada si consideramos que para celebrar la consulta de revocación de mandato faltan 80 días.

 

La estructura electoral de Morena en Tlaxcala no es visible ni tampoco se le ve trabajando en el tema, de ahí que se desconoce si el encargado de la dirigencia estatal de ese partido, Víctor García Lozano, tendrá la capacidad de movilización que se requiere para sacar a los simpatizantes del presidente de México a participar en esa consulta popular prevista para el próximo 10 de abril.

 

El ejército lorenista está ocupado aprendiendo a hacer gobierno y a superar las grillas internas que se han desatado en la administración estatal por ver quién es más cercano a la mandataria. Para ninguno de los operadores es una prioridad trabajar en torno a ese ejercicio que para el presidente López Obrador es muy importante.

 

En Tlaxcala las estructuras del lorenismo y de Morena no se ven coordinadas ni tampoco se percibe que haya un trabajo en conjunto para tratar de conseguir la meta de los 300 mil votos, mismos que para alcanzar será necesario no sólo canalizar recursos económicos, sino una estrategia de movilización que permita llevar a los simpatizantes a las casillas que se instalarán para tal propósito.

 

A nivel nacional el INE tiene prevista la instalación de 161 mil casillas, de las cuales se calcula que al menos mil 500 se pongan en Tlaxcala.

 

El tiempo es un factor que está jugando en contra de los morenistas y lorenistas que están confiados y que piensan que los tlaxcaltecas saldrán a participar en la mentada consulta, sin embargo es evidente que los operadores de López Obrador en la entidad no están dándole la seriedad al tema porque hay poca información y porque a nadie se le ve trabajando.

 

Un gris debut de la dirigencia panista

 

El PAN está muy lejos de asumir el papel de la verdadera oposición en Tlaxcala donde gobierna Morena a través de la mandataria Lorena Cuéllar, pues la nueva dirigencia de ese partido encabezada por la bisoña política Miriam Martínez Sánchez que ayer ofreció su primera conferencia de prensa se le vio tímida, insegura, sin fuerza y sin una línea discursiva contundente.

 

Ese partido sigue dando tumbos y sin aprovechar los errores que comete el gobierno estatal para ganar espacios y marcar la agenda mediática. Hasta ahora el PRD sigue siendo la fuerza política que muestra más contundencia y capacidad para criticar a las nuevas autoridades estatales, posición que se ha ganado porque el PRI prácticamente está desaparecido y porque el PAN no tiene contundencia ni liderazgos que provoquen alguna preocupación o reacción.

 

Miriam Martínez empezó mal y su supuesto liderazgo no provocó nada, más que ternura por ver a una mujer que quiere jugar a la política cuando se nota a leguas que no tiene experiencia, ni liderazgo y la preparación para sacar al PAN del tobogán en el que se encuentra y que cada vez se hunde más por no tener la capacidad de ubicarse como un verdadero partido de oposición en Tlaxcala.

 

El PAN en manos de Martínez Sánchez va encaminado a seguir teniendo una pobre presencia en ayuntamientos y en el Congreso de Estado, pues sencillamente no se puede hacer política y ganar reflectores y simpatías haciendo señalamientos tan obvios y exigiendo de manera tan tibia resultados al gobierno de Lorena Cuéllar en materia de seguridad.

 

En fin, el PAN tras los resultados de los pasados comicios estaba desahuciado, pero con Miriam Martínez me queda claro que en unos meses más ese partido quedará enterrado. Lástima.

 

**************************************************************************************************************