Querido Santa:
Escribo esta carta no para pedirte unos juguetes como antaño, sino para que ayudes a nuestras autoridades a cumplir los propósitos y buenos deseos de la mayoría de quienes vivimos en Puebla y que estamos decepcionados de los últimos gobiernos, que nos han quedado a deber en materia de obras y servicios.
Por principio de cuentas quiero, aprovechando que Morena y sus partidos aliados dominan o controlan los tres poderes, las principales ciudades e instituciones públicas autónomas, se coordinen y trabajen de verdad por Amor a Puebla, sin resentimientos y sin revanchismos, anteponiendo el bien común por encima de intereses particulares o partidistas.
Que ayudes al nuevo gobernador Alejandro Armenta a cumplir por lo menos la mitad de las veintitantas promesas y compromisos que planteó en su discurso y video futurista el 14 de diciembre durante su mensaje de toma de posesión.
Que no permitas que la soberbia lo haga perder el piso y el sentido común, ni que la ausencia de contrapesos y la debilitada oposición lo hagan un gobernante autoritario, insensible, autócrata e intolerante a la crítica constructiva y fundamentada.
Que permitas a los diputados locales actuar como un verdadero poder, para que ejerzan las facultades que les corresponden con libertad, independencia y altura de miras, para que dejen de ser la Oficialía de Partes en que se han convertido y para que legislen, creando leyes generales e impersonales, o modificando las existentes con un sentido de justicia, equidad y humanismo.
Que hagas entender a los diputados locales que no son empleados del gobernante en turno, ni soldados al servicio de la 4T, sino representantes populares que deben controlar el accionar del Ejecutivo y fiscalizar sus gastos para que éstos se apliquen con eficiencia y eficacia, sin desvíos ni malversaciones.
Santa, también quiero pedirte por los magistrados del Tribunal Superior de Justicia y el Poder Judicial de Puebla.
No permitas que con la llegada de nuevos magistrados y la renuncia de otros y con los cambios que se avecinan en la presidencia del Tribunal y en la presidencia del Consejo de la Judicatura este poder, ya de por sí poco independiente y autónomo, termine totalmente supeditado al Ejecutivo.
Necesitamos que los magistrados realmente interpreten y apliquen las leyes con justicia, resuelvan los problemas entre particulares con prontitud y apegados al Estado de Derecho, protejan los derechos humanos y actúen como árbitros imparciales y no como jueces de consigna al servicio de influyentes o poderes fácticos.
Santa, sé que mis solicitudes son muchas y complicadas. Pero quiero incluir en mis peticiones al presidente municipal de Puebla, Pepe Chedraui, y a la nueva titular de la Fiscalía del estado, Idamis Pastor Betancourt.
Ilumina a Pepe Chedraui para que Puebla se convierta en una capital imparable por su seguridad, tranquilidad y paz social, por la sensibilidad, compromiso y disposición de sus autoridades, y por generar condiciones de desarrollo, bienestar, infraestructura y servicios públicos de calidad.
Ayúdalo a convencer al gobernador y al Congreso de que los 7 mil millones de presupuesto anual son totalmente insuficientes para la quinta ciudad más poblada del país, con gente en colonias populares y juntas auxiliares en condición de marginación y pobreza absoluta y estructural.
Finalmente permite a la nueva titular de la FGE, Idamis Pastor, hacerse de un equipo de fiscales, ministerios públicos y policías investigadores honestos, diligentes y prestos a sacar el rezago que enfrenta la Fiscalía para disminuir la impunidad prevaleciente.
Ayúdanos a que ella y sus colaboradores se hagan los exámenes de control de confianza y no permitas que aquellos que no pasen las pruebas médicas, toxicológicas, psicológicas, poligráficas y de investigación socioeconómica, sean contratados.
¿Cuento contigo?
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