Para nadie es un secreto que la zona metropolitana de Puebla es la más redituable para el PAN y, quizás, para la coalición Mejor Rumbo para Puebla; sin embargo, tal situación podría cambiar si sus principales figuras —candidatos y dirigentes de los partidos que la integran— mandan un mensaje equivocado a sus potenciales votantes.
Este mensaje podría desprenderse de la selección de candidatos para los distintos cargos de elección popular que estarán en juego en las elecciones del 2 de junio.
El mensaje equivocado al que me refiero se resume en la palabra nepotismo, que la Real Academia Española define como la desmedida preferencia por parientes cuando de concesiones y empleos públicos se trata, pero que la gente común y silvestre identifica como la propensión de los políticos y funcionarios de favorecer a sus familiares y amigos con puestos, contratos y otro tipo de privilegios, no por sus méritos y capacidades, sino por sus lazos consanguíneos y sus relaciones de amistad y compadrazgo.
Lo anterior viene a cuento por las insistentes versiones, hasta ahora no desmentidas, en el sentido de que esposas e hijas de ciertos candidatos, presidentes municipales y dirigentes partidistas con presencia e influencia en la zona metropolitana de Puebla, podrían aparecer en los próximos días como candidatas a diferentes posiciones locales y federales.
En concreto se dice que Liliana Ortiz Pérez, esposa del candidato a gobernador de la coalición Mejor Rumbo para Puebla, Eduardo Rivera Pérez, podría verse beneficiada con una candidatura a diputada federal por la cuarta circunscripción nacional que comprende a la Ciudad de México y a los estados de Guerrero, Morelos, Puebla y Tlaxcala.
También se menciona que por cuota de género en San Andrés Cholula será mujer la candidata a la presidencia municipal, y que la favorecida podría ser Guadalupe “Lupita” Cuatle Torres, presidenta del Sistema Municipal DIF, y esposa del alcalde saliente, el panista Edmundo Tlatehui Percino.
Otro trascendido es que el presidente estatal del PRD, Carlos Martínez Amador, estaría impulsando a su hija Karla Adriana Martínez Lechuga, actual directora del Instituto de la Juventud del ayuntamiento de Puebla, como candidata a diputada local por el distrito 16 con cabecera en la capital.
A la lista de políticos nepotistas de la zona metropolitana hay que agregar el nombre del presidente municipal de Cuautlancingo, el panista Filomeno Sarmiento Torres, quien impulsa a su esposa Mayra Rodríguez Escamilla, para sucederlo en el cargo o para que sea nominada al Congreso del Estado por el distrito 9 local, lo cual se vislumbra complicado pues dicha demarcación quedó en el convenio de coalición en poder del PRI.
¿Se imagina qué mensaje mandarán los de la coalición Mejor Rumbo para Puebla a los electores con estas candidaturas? ¿Usted cree que los ciudadanos votarían por las esposas de los presidentes municipales salientes o por la hija del dirigente del PRD? ¿A poco enviando a parientes a cargos de elección popular se corrige el rumbo de Puebla?
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