El próximo domingo iniciarán las campañas de los siete candidatos a la gubernatura de Tlaxcala y por fin los ciudadanos y ciudadanas podremos escuchar sus propuestas y los proyectos que desarrollarían en caso de ganar las votaciones el próximo 6 de junio.

 

 

 

El proselitismo que se hará y se verá en esta ocasión será diferente al de otros procesos electorales. El ingenio de los candidatos y sus estrategas estará a prueba, porque hoy el reto no sólo es convencer a los ciudadanos y a las ciudadanas que siguen padeciendo y resintiendo los efectos de la pandemia de Covid-19, sino lograr que éstos acudan a las urnas y emitan su voto.

 

Son seis mujeres y un varón los que estarán en condiciones de arrancar su campaña. Hay dos candidatas que llegan en condiciones deplorables porque sus partidos carecen de un trabajo previo y su participación es de mero trámite, de ahí que la empresaria Liliana Becerril Rojas, abanderada a la gubernatura del Partido Encuentro Solidario y Evangelina Paredes Zamora, candidata al mismo cargo por el partido local Impacto Social Sí se estarán disputando el último lugar de la contienda.

 

En un segundo bloque se ubica la candidata al gobierno de Tlaxcala del partido Fuerza por México, Viviana Barbosa Bonola, quien respaldada por la estructura de esa fuerza política espera sumar simpatías y sobre todo mostrarse como una opción diferente. Eréndira Jiménez Montiel, la abanderada del partido Movimiento Ciudadano está generando expectativas porque se le considera una buena oradora y una política seria que tiene la capacidad de conectar con los electores.

 

El único hombre registrado en la contienda es Juan Carlos Sánchez García “El Saga”, quien dejó al PAN para convertirse en el candidato a la gubernatura del partido Redes Sociales Progresistas. Su trabajo previo al actual proceso electoral le ha permitido tener presencia y posicionamiento que sin duda lo ayudará a dar una sorpresa por la cantidad de votos que podría sumar el día de los comicios.

 

La competencia real por la gubernatura de Tlaxcala se centra hasta ahora entre la candidata de la coalición “Unidos por Tlaxcala” conformada por el PRI, PAN, PRD, PAC y el PS, Anabell Ávalos Zempoalteca y la abandera de la otra alianza denominada “Juntos Haremos Historia” que integraron Morena, PT, PVEM, Nueva Alianza y el PEST, Lorena Cuéllar Cisneros.

 

Las encuestas ponen a Cuéllar Cisneros como la puntera para ganar los comicios en la entidad, pero nada está escrito porque la priista Anabell Ávalos mantiene una operación permanente que le ha permitido sumar y lograr un crecimiento constante en las preferencias electorales.

 

En las elecciones del 2016 la entonces perredista Lorena Cuéllar tenía una cómoda ventaja sobre su principal rival el priista Marco Antonio Mena Rodríguez, la cual nunca fue determinante porque el que ganó la gubernatura fue el PRI y sus aliados.

 

La morenista Lorena Cuéllar está aislada y sólo confía en los consejos y en la operación que le dan su embustero coordinador territorial, Rubén Terán Águila, así como su asesora política, especialista en marketing y la encargada del “lleva y trae”, Marcela González Castillo, nuera del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, que por cierto ya empieza a ser llamada “La Torquemada”. Otro elemento importante es el esposo de la candidata, Salvador Ballesteros Rodríguez, encargado de la operación electoral.

 

A este trío hay que añadir al morelense Luis Antonio Ramírez Hernández, Coordinador General de la campaña, quien fue impuesto por el ex senador Rabindranath Salazar Solorio. Su operación es tan mediocre que al final su intervención se ha limitado en ordenar que se pague a los proveedores por los servicios contratados.

 

Del otro lado aparece como Coordinadora General la senadora panista Minerva Hernández Ramos, la estratega y especialista en campañas políticas Gisela Rubach Lueters y Ernesto Ordoñez Carrera, quien tiene bajo su mando toda la estructura territorial de la coalición “Unidos por Tlaxcala”.

 

El tablero está listo y sólo se necesitan ver cómo se mueven las piezas.

 

En 65 días se conocerá qué estrategia funcionó mejor y quién hizo una adecuada operación política electoral.

 

En la noche del 6 de junio se sabrá quién será la sucesora o el sucesor del gobernador Marco Mena.

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