Será el tiempo y los tlaxcaltecas los que determinarán si el evento masivo de la coalición “Unidos por Tlaxcala” que abarrotó el domo blanco del Centro Expositor fue un acierto o un error.

 

 

Las mediciones de las preferencias electorales de los siguientes días arrojarán datos que indicarán si los tlaxcaltecas vieron bien esa muestra de músculo o no.

 

Negar que se percibió un masivo rechazo y una reprobación de los usuarios de redes sociales a esa concentración donde Anabell Ávalos Zempoalteca rindió protesta como candidata del PRI, PAN, PRD, PAC y el PS a la gubernatura de Tlaxcala sería tonto y hasta ridículo, así como señalar que los simpatizantes de Morena fueron los encargados de aumentar las cifras de asistentes para denunciar que representó un riesgo a la salud por haberse realizado en plena pandemia.

 

Si a los tlaxcaltecas se les ha pedido en más de un año acatar las medidas sanitarias, evitar las concentraciones, suspender fiestas, cancelar la celebración del carnaval, no acudir a misas e interrumpir otras actividades económicas, era lógica su reacción y protesta porque las autoridades estatales y municipales permitieron que esa coalición reuniera a miles de simpatizantes, sobre todo cuando unos días antes el secretario de Salud, Roberto Lima Morales, anunció la tercera ola de contagios de Covid-19, prevista según él, para abril una vez terminada la semana santa.

 

Los tlaxcaltecas están hartos y encabronados por la pandemia. Hay familias dolidas porque han perdido a uno o varios seres queridos. Hay desesperación porque sus ingresos han venido a la baja y porque sencillamente no se le ve fin a los contagios que permita regresar a la normalidad.

 

Si esa concentración de priista, panistas, perredistas, aliancistas y socialistas se hubiera dado en otro tiempo y circunstancia el músculo mostrado quizá hubiera impresionado y preocupado a los morenistas y sus aliados, pero la realidad es que las señales de rechazo social hacia ese evento fueron generalizadas y demoledoras.

 

Los líderes nacionales del PAN, PRD y PRI, Marko Cortés Mendoza, Jesús Zambrano Grijalba y Alejandro Moreno Cárdenas, respectivamente, dejaron bien claro que los une su odio hacia el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Sus intervenciones fueron utilizadas para lanzar duras críticas y acusaciones contra el gobierno del tabasqueño, sin embargo se les olvidó que él no estará en las boletas de los comicios del 6 de junio y que en Tlaxcala el mandatario del país goza de un gran respaldo ciudadano.

 

El gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez acudió a la enorme concentración y optó por el bajo perfil. No pronunció ningún discurso ni emitió ninguna declaración.

 

La candidata Anabel Ávalos reveló dos propuestas con las que busca captar el voto de las mujeres y de los jóvenes. Se comprometió a ampliar el programa “Supérate” que creó la actual administración, pues de atender a 36 mil beneficiarias pretende llegar a 150 mil.

 

En el caso de los jóvenes que reciben apoyo del programa federal “Jóvenes Construyendo el Futuro”, la priista dijo que en caso de ganar su administración haría una aportación similar a la del gobierno de López Obrador para que éstos reciban el doble de la cantidad que obtienen en estos momentos.

Habrá que ver si las propuestas son bien vistas o pasan desapercibidas.

 

Para bien o para mal el registro de Anabel Ávalos acaparó la atención y minimizó los registros que también llevaron a cabo Eréndira Jiménez Montiel y Evangelina Paredes Zamora, candidatas al gobierno de estado por Movimiento Ciudadano y el Partido Impacto Social Sí, respectivamente.

 

Antes del jueves se espera que el candidato a la gubernatura de Redes Sociales Progresistas, Juan Carlos Sánchez García “El Saga” quede registrado, al igual que la deslucida Viviana Barbosa Bolona, que representa los intereses del Partido Fuerza por México y la abanderada de la coalición “Juntos Haremos Historia por Tlaxcala”, Lorena Cuéllar Cisneros.

 

La sucesión ya arrancó, pero sigue sin emocionar a los tlaxcaltecas.

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