Si hay una cosa que han dejado en claro los actuales diputados locales, es que les encanta la simulación y vivir una doble moral, porque en privado y en ciertas reuniones no se cansan de hablar mal de la actual administración estatal y del gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, pero en los hechos dejan pasar toda oportunidad que les otorga la ley para no molestar ni con el pétalo de una rosa al mandatario y a sus colaboradores.

Hace unos días el delicado ex perredista y hoy casi petista, Miguel Ángel Covarrubias Cervantes, junto con su inseparable homólogo el diputado morenista Víctor Manuel Báez López, lanzaban una serie de descalificaciones contra el gobierno del estado y su propuesta de ley de egresos, al grado que pedían no avalar esa iniciativa y meterle mano y tijeras a todas las partidas, según ellos para que el mandatario entendiera que los debe respetar y de paso enseñarle como se debe ejercer el poder en Tlaxcala.

Esa pareja de legisladores que se ausentó por unos días y que curiosamente coincidió por una travesía en Europa, eran los más beligerantes hacia la actual administración estatal, postura que sorprendió a sus compañeros porque hace unos meses eran sus principales defensores y operadores para aprobar las iniciativas que enviaba el Poder Ejecutivo.

Sin embargo, toda su molestia y encono la suelen mostrar en reuniones privadas al interior del Congreso del Estado y de vez en cuando la hacen pública como Víctor Manuel Báez que en tribuna se ha quejado de la evidente “falta del gobernador” en algunos asuntos y problemas que existen en Tlaxcala.

El asunto es que a ningún legislador le interesó promover y llevar a cabo la glosa del Tercer Informe de Gobierno de Marco Mena, pues el plazo para pedir la comparecencia de los funcionarios y realizar ese ejercicio democrático venció ayer, por lo que ahora habrá que esperar si algún día de estos un miembro del gabinete se dignan a explicar las razones por las cuales las principales obras de la actual gestión se encuentran tan atrasadas.

Es obvio que a los diputados locales les interesaba garantiza el fondo de los moches y uno que otro ajuste en el presupuesto de egresos del 2020, así como concluir algunos pendientes legislativos antes de que finalizara el año, con la clara intención de estar en condiciones de celebrar que por el momento forman parte de la lista de los nuevos ricos de Tlaxcala y planear su futuro político.

Incluso, ayer más que dedicarle tiempo para programar la glosa del informe y agendar las comparecencias de los miembros del gabinete estatal, los legisladores tlaxcaltecas estaban más preocupados por todos los detalles de su convivio navideño, el cual decidieron realizarlo en el vecino estado de Puebla a fin de degustar los mejores vinos y los alimentos más exquisitos, sin que corrieran el riesgo de que en Tlaxcala se enteraran los ciudadanos y los medios de comunicación de su comportamiento fifí.

A los diputados locales les encanta simular que les importa el desarrollo del estado, la correcta aplicación de los recursos públicos y que están pendientes para ver que ciertos problemas se solucionen como la inseguridad y la mala atención en los centros de salud y en los hospitales, porque en los hechos son omisos e indiferentes al mal desempeño de las autoridades estatales y municipales.

Resulta extraño que nadie tenga curiosidad por saber las razones por las cuales la modernización del estadio Tlahuicole no ha concluido cuando la obra ya tiene dos años y porque se autorizó su inauguración cuando faltan por construir otras gradas o por qué la ampliación de la carretera Tlaxcala Apizaco se ha llevado más tiempo de lo prometido al grado que nadie sabe la fecha en que concluirán esos trabajos.

También hubiera resultado interesante conocer la fecha en que se prevé estará funcionando el nuevo Hospital Regional de Tlaxcala y si éste ofrecerá todos los servicios o sólo abrirá sus puertas en una primera etapa para consultas externas de primer nivel y no para llevar a cabo operaciones y otros servicios médicos más especializados.

En materia de seguridad también abundan las preguntas y las dudas, de ahí que es inexplicable cómo los legisladores desaprovecharon la oportunidad para llamar a los funcionarios encargados de esa área que han quedado a deber a los tlaxcaltecas como el evasivo Eduardo Valiente que se hace responsable de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y el ineficiente procurador de Justicia José Antonio Aquiahuatl Sánchez que todo lo justifica con sus tontas y desgastadas frases de que son hechos atípicos o casos aislados.

En fin, es obvio que a los diputados no les interesan estos y otros temas. De pena o no.