El programa que se armó, se diseñó y se planeó para combatir la pobreza extrema en Tlaxcala no termina por ser una realidad a casi 10 meses de que fuera anunciado por el gobernador del estado, Marco Antonio Mena Rodríguez, pues ningún peso de los 200 millones que se prometieron para ayudar a mejorar la condición de vida de más de 14 mil tlaxcaltecas de 13 municipios se ha canalizado durante el presente año y en lo que sería la primera etapa de esa acción gubernamental.

Como suele ser en este gobierno, los colaboradores del mandatario tlaxcalteca son quizá los responsables de que las acciones y programas de la actual administración tarden tiempo de más en ejecutarse.

Esa actitud no sólo se ha visto en el desarrollo de las obras más relevantes que se llevan a cabo como la eterna modernización del estadio Tlahuicole, la tortuosa ampliación de la carretera Tlaxcala Apizaco y la lenta construcción del nuevo Hospital Regional de Tlaxcala, sino en la operación del programa social de carácter estatal que busca combatir el fenómeno de la pobreza extrema en la entidad que involucra a más de 74 mil habitantes.

Durante el segundo informe de gobierno de Marco Mena que se realizó el 4 de diciembre del 2018, el mandatario priista anunció con bombo y platillo el programa Supérate y cinco meses después, en mayo del presente año, detalló sus alcances y los siete componentes del mismo, teniendo como testigo a la representante de la Organización de las Naciones Unidas, Cynthia Valdés Galicia.

José Luis Bustos Villegas, presidente de la Coordinación Técnica Estatal de la estrategia, fue el encargo de describir sus componentes. “Apoyo Monetario Mensual” que entregará 743 pesos para beneficiarios urbanos y 516.4 pesos para tlaxcaltecas que viven en zonas rurales, con topes por hogar de cuatro mil 177.9 y dos mil 237.8, respectivamente.

“Un esquema de aseguramiento de vida”, que será un seguro gratuito que cubrirá a todos los miembros del hogar.

“Entrenamiento en habilidades para asegurar la sustentabilidad de las actividades productivas de los beneficiarios” que incluye capacitaciones sobre educación financiera, emprendimiento, asesoramiento en oficios conectados a sectores estratégicos y actividades agropecuarias, dirigidas a personas de 15 a 64 años.

El cuarto componente considera “Una transferencia de activos para desarrollar una actividad productiva”, donde máximo se podrán tener dos activos productivos por hogar.

“Acompañamiento, apoyo e incentivos monetarios para abrir una cuenta de ahorro” fortalecerá la educación financiera de la población y brindará incentivos de ahorro individualizados por hogar; además, facilitará la apertura de una cuenta en sucursales bancarias.

“Atención a la primera infancia de 0 a 5 años de edad”, con lo cual se brindará servicios de salud especializados a este sector de la población, y se entrenará a los padres con diversas actividades de estimulación temprana para mejorar las habilidades cognitivas y de lenguaje de los niños.

Finalmente, “La identificación de las carencias sociales por hogar y su atención mediante su acceso a los programas sociales federales y estatales”.

Después de esa faraónica presentación del programa Supérate, los pobres siguieron esperando que esas acciones y apoyos se hicieran realidad, pero los días pasaron y de nuevo la burocracia se apoderó de las buenas intenciones porque fue hasta a mediados de septiembre pasado cuando el ineficiente José Luis Bustos volvió a declarar que ahora sí en octubre el gobierno de Marco Mena estaría listo para poner en marcha los primeros tres componente antes descritos.

Ya pasamos la primera quincena de octubre y simplemente no se ve claro para cuando Supérate se haga realidad en Tlaxcala. Al gobierno federal del presidente de México Andrés Manuel López Obrador le llevó varios meses operar sus siete programas sociales en la entidad, pero después de eso empezaron a fluir los apoyos económicos a más de 200 mil tlaxcaltecas, por lo que no se explica uno las razones por las cuales las autoridades estatales no puedan aterrizar su dichoso programa que en una primera etapa incluye sólo a 14 mil personas de 13 municipios.

Desde diciembre del año pasado se sabía el monto que se invertiría en este 2019. También se tenía presente que el programa se elaboró con la experiencia y evidencia de iniciativas exitosas de 20 países, tan diversos como India, Paquistán, Perú, Etiopía, Yemen y Ghana, mismas que recibieron la opinión de especialistas internacionales en la materia, de ahí que su inoperancia es injustificable porque prácticamente se han desperdiciado 10 meses que en nada ayudan a los tlaxcaltecas que viven en pobreza extrema.

Supérate es un programa de buenas intenciones que difícilmente podrá ser evaluado para determinar si cumplió o no con su objetivo primordial. Si en este año se empiezan a aplicar los recursos etiquetados y se mantienen en el 2020, la estimación de su impacto quizá se podría llevar en el 2021, año en que terminará el gobierno de Marco Mena.

El programa estatal de combate a la pobreza extrema en Tlaxcala hasta ahora es solo una buena intención.