Un diputado local que había ganado presencia y hasta cierto respeto de la clase política tlaxcalteca por ser el único que logró vencer la ola morenista en las elecciones del 2018, es el ex perredista y hoy nuevo neopetista, Miguel Ángel Covarrubias Cervantes, a quien lo invadió la fatuidad y la enorme necesidad de recuperar en el menor tiempo posible la millonaria inversión que realizó en su campaña electoral, por lo que desde que asumió su cargo ha buscado embolsarse todo el dinero que se le aparezca en su actividad legislativa.


El supuesto experto en mercadotecnia no ha tenido el cuidado en esconder su ambición económica y política, por lo que en su momento supo aprovechar su posición de coordinador de la fracción parlamentaria del PRD para unir a la chiquillada y ganar espacios y poder al interior del Congreso de Estado, sobre todo cuando también conquistó al diputado líder de Morena, Víctor Manuel Báez López, con quien hizo una mancuerna que le permitió sacar muchos beneficios.

El granuja Covarrubias Cervantes siempre ha tenido injerencia en los asuntos delicados y de importancia en la actual legislatura. A la par que crecía su presencia también aprovecharía esa condición para impulsar sus negocios relacionados con la venta de calentadores solares y el impulso de empresas constructoras que acapararon la obra pública no sólo en el ayuntamiento de Texoloc que encabeza su mamá, Maribel Cervantes Hernández, sino en el de Zacatelco en manos del ex perredista Tomás Orea Albarrán.

Su victoria electoral del 2018 que le generó buena fama fue tan efímera que hoy todos relacionan al diputado en asuntos de corrupción, negociaciones obscuras, manejos pocos claros de los recursos públicos y con el engaño y el fraude, sobre todo porque se dedicó a entregar animales enfermos dentro del Fondo del Fortalecimiento al Campo que dispusieron la mayoría de los 25 legisladores locales.

Las quejas de los beneficiarios de ese programa que recibieron animales viejos y enfermos se han multiplicado, al grado que las autoridades estatales y federales tuvieron que intervenir no sólo para comprobar el pésimo estado y calidad del ganado, sino para controlar las enfermedades que se empezaron a multiplicar por el contagio de esas especies que tenían ciertos males.

El problema ha sido más que documentado en las dependencias, donde al delicado diputado Miguel Ángel Cervantes se le ha visto para tratar de evitar que se hagan públicas esas observaciones que lo dejarían muy mal parado, sin embargo el caso ya es del conocimiento del gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, quien está más que molesto con la actitud del legislador por la crisis sanitaria que generó en ciertos municipios de la entidad.

El caso podría terminar en la Procuraduría General de Justicia en el Estado una vez que los beneficiarios reúnan todos los elementos que necesitan para documentar las transas del trácala Miguel Ángel Cervantes y su mami la nefasta alcaldesa Maribel Cervantes.

Si los Cervantes pensaban que podrían seguir escalando posiciones y mantener por otros años más su actual ritmo de vida a través del engaño de los ciudadanos, tenga la certeza de que eso difícilmente pasará porque la credibilidad de esa familia está por los suelos y el rechazo que han empezado acumular crecerá conforme se conozcan los otros supuestos negocios que han llevado a cabo bajo el amparo del poder.

Por cierto, no lo cuente en voz alta pero una diputada local que de plano resultó ser un decepción ante su monumental carencia de oficio político es la bisoña petista Irma Garay Loredo, quien en cada sesión de la Junta de Coordinación y Concertación Política suele cagarla y en meter en aprietos a los legisladores de la Cuarta Transformación conformada por Morena, el PT y el PES.

Ayer, la voluminosa mujer avaló que en el orden del día de la sesión se incluyera la lectura de un exhorto propuesto por el PRI para que el gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador liberara y restituyera recursos destinados al campo tlaxcalteca contemplados en el presupuesto de egresos de este año, iniciativa que los diputados locales de Morena y el PT pretendían aprobar hasta que alguien les hizo ver que tal decisión sería un pésimo error como el que cometieron días atrás con el exhorto que respaldaron para pedirle al gobernador de Veracruz, el morenista Cuitláhuac García Jiménez, que respetara la autonomía de la Fiscalía General del Estado.

Garay Loredo quedó mal con la diputada del PRI Zonia Montiel Candaneda y con la chiquillada que se quedó con las ganas de aprobar el exhorto contra la administración de López Obrador. La limitada petista ya perdió la confianza de casi todos los legisladores y no dude que pronto se proponga su remoción de la Junta de Coordinación y Concertación Política del Congreso de Estado.