Los actuales diputados locales tendrán que definir claramente en qué lado de la cancha quieren jugar, porque sus vaivenes generan confusión y les hace perder la poca credibilidad que aún tienen. Si de ahora en adelante los legisladores serán una oposición al gobierno de Marco Antonio Mena Rodríguez que lo demuestren y que no sólo recurran a la descalificación para quejarse del mandatario que se negó a publicar una ley por tener errores.
Hace algunas semanas le advertimos que la luna de miel lograda al inicio de la actual legislatura entre diputados locales y la administración de Mena Rodríguez llegaría a su fin, debido a que serían inevitables las descalificaciones y a que los encargados de hacer y aprobar las leyes estaban incurriendo en excesos que el gobernador no aceptaría.
Los primeros desencuentros se registraron a finales de este año cuando los diputados aprobaron el presupuesto de Egresos del 2019 y la Ley de Austeridad. Ambas fueron observadas por el mandatario Marco Mena que frenó su publicación al detectar que contenían errores y que algunos conceptos atentaban contra la separación de Poderes, la Constitución y la autonomía municipal.
La primera fue revisada y los legisladores aceptaron algunas observaciones del Ejecutivo, con lo cual se pudo corregir y concretar su publicación en el Periódico Oficial del Estado. La segunda ya no fue revisada y los “honestos y aguerridos” diputados optaron por mandarla a la congeladora porque al final la ausencia de una Ley de Austeridad no sólo beneficiaría a la administración estatal y a los ayuntamientos, sino a ellos mismos porque estarían en condiciones de mantener sus privilegios económicos.
En este año, el gobernador Mena ha frenado la publicación de otras dos leyes aprobadas por la inexperta legislatura local controlada por Morena, el PT y el PES que siempre comete errores o inconsistencias en su trabajo. Se trata de la Ley de Protección Civil y la Ley de Ecología con la que se pretende prohibir el uso de desechables, popotes y otros artículos de plástico y unicel.
Aunque parezca increíble, el gobernador está convertido en un legislador más, ya que ahora debe revisar con lupa las leyes aprobadas a fin de evitar que se publiquen normas que lejos de ayudar complique las labores administrativas del gobierno o de los ayuntamientos o permita la invasión de competencias que generen un descontrol.
Sobre la Ley de Protección Civil hasta ahora los diputados no han demostrado que les asiste la razón jurídica de los cambios avalados, como tampoco han hecho lo propio respecto a la Ley de Ecología.
A través del área de comunicación social del Congreso del Estado se emitió un boletín oficial por el cual culpan al Ejecutivo de carecer de “voluntad” para tratar el tema ambiental al negarse a publicar el decreto que prohíbe el uso de desechables, bolsas de plástico y popotes, de ahí que los diputados le pidieron al mandatario Marco Mena gobernar sin “caprichos”.
El comunicado que está planteado más como una declaración de guerra que en una postura oficial que busque la negociación política no precisa cuántos de los 25 legisladores avalan los señalamientos contenidos en ese documento.
Pareciera que al líder del Morena, el priistas de closet, Víctor Manuel Báez López, palomeo un boletín que no sólo le provocará problemas internos en el Congreso del Estado con sus aliados del PAN, PRD, Nueva Alianza, Movimiento Ciudadano, Verde Ecologista y el PRI, sino con un sector de Morena, el PT y el PES, así como con los enlaces del gobernador que dejarán de confiar en su operación.
Al Congreso del Estado le urgen asesores en todos los rubros, pero especialmente en materia legal, porque los errores en ese punto son la constante y cada vez se exhiben más, al grado que su novatez ya paso a la estupidez.
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