Cansados de esperar para ser incrustados en la administración del gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, los marianistas decidieron concluir su asalto en el Tribunal Superior de Justicia del Estado para establecer su coto de poder y desde ahí jugar la sucesión que seguramente será en contra del actual mandatario que, ante ese grupo, se muestra como un espectador incapaz de frenar sus ímpetus para obtener dinero público y fuerza política.

Una vez que los marianistas empezaron a ser eliminados de los puestos que controlaban en el Poder Ejecutivo, optaron por jugar las contras a Marco Mena y decidieron arrebatarle el control del Poder Judicial donde los primeros impusieron como presidente al poblano Héctor Maldonado Bonilla, quien llegó gracias a la operación que emprendió el ex gobernador Mariano González Zarur con los magistrados que logró imponer a lo largo de su administración.

Una vez que el ex consejero jurídico asumió la presidencia del Tribunal Superior de Justicia del Estado empezó a registrarse la llegada discreta de marianistas a la nómina de ese poder, quienes también controlaban la pasada legislatura del Congreso Local con Marianito González Aguirre, hijo del ex mandatario.

La dolorosa derrota que sufrió el PRI, el marianismo y el menismo en los comicios del 1 de julio del 2018 provocó que todos perdieran presencia y el control del Congreso del Estado, por lo que el ex diputado vedette González Aguirre adelantó que él y su grupo sería invitado a colaborar en el gobierno de su amigo Marco Mena, lo cual no sucedió y siete meses después de esa terrible fecha tuvieron la osadía de afianzar su control en el Poder Judicial.

Sin consultar al gobernador y como lo han hecho desde hace más de un año, el marianismo se apoderó el pasado viernes de la Tesorería del TSJE a través de Lilian Rivera Nava, prima de Marianito y quien fuera titular de la Secretaría Administrativa de la pasada legislatura, donde presumió sus amplios dotes para desaparecer el dinero público sin tener alguna consecuencia legal.

Antes, esa mujer se desempeñó en el gobierno del hacendado gobernador como Directora de Presupuesto y Egresos de la Secretaría de Planeación y Finanzas.

Y para confirmar que el marianismo es el que manda en el Poder Judicial de Tlaxcala, también designó al ex diputado local Ignacio Ramírez Sánchez como Contralor Interno, lugar que antes ocupaba Noé Cuecuecha Rugerio, quien ahora es el Director Jurídico del TSJE, posición que obtuvo gracias a los buenos oficios de la convenenciera magistrada Rebeca Xicohténcatl Corona, quien desde hace muchos meses olvidó su menismo para revivir su amor por los González.

Los marianistas cobrarán más que un juez y su poder e influencia ya se dejó sentir inmediatamente.

El dócil y sumiso magistrado Héctor Maldonado resultó un buen peón para el marianismo, pues desde su llegada a la presidencia del TSJE no ha tenido más que atenciones para ese grupo que ya controla la impartición de justicia, los negocios y los recursos públicos del Poder Judicial.

Si hay un grupo político en el estado que no ha mostrado miedo ni respeto al gobernador Mena es el marianismo, quien seguramente tendrá en la próxima sucesión gubernamental prevista para el 2021 un candidato propio que jugará a la vencidas con el abanderado que impulse el mandatario priista.

Aunque parezca increíble, el gobernador Marco Mena ha hecho efectiva la separación de poderes más por debilidad que por voluntad propia o por una decisión de estadista. El Congreso del Estado está en manos de Morena y sus aliados el PT y el PES, mientras que el Poder Judicial responde a los intereses de los marianistas que mantienen oídos sordos a las órdenes de quien en teoría debería ser su jefe político. Ni hablar.